En pro de una reforma eléctrica
¿Es necesaria una reforma eléctrica?
Es indispensable porque no podemos seguir con el esquema actual de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, ya no está a la altura de las necesidades del mercado ni de los consumidores. Necesitamos una apertura a la inversión privada complementaria a la del Estado; sería un nivel óptimo porque el consumidor se beneficiaría en términos de suministro, precio y calidad.
Las fuentes renovables son una opción sustentable para la generación de energía; sin embargo, en el país es muy poca la que se genera a través de estas fuentes…
El modelo de generación eléctrica en este país ha sido muy ortodoxo; estamos con los combustibles fósiles, los pétreos y la hidroelectricidad; no obstante, la CFE ya ha invertido en energía eólica.
Otro esquema que se está utilizando en Europa con mucho éxito es el de generación a través de la marea de los océanos pero aquí todavía no se está viendo porque los costos para la infraestructura son verdaderamente extraordinarios.
Aproximadamente, ¿qué porcentaje de la población todavía carece del servicio?
Las cifras oficiales hablan de alrededor de un 15% de la población, pero el problema también está en la calidad del suministro que es muy deficiente porque las redes están sobresaturadas.
¿Qué soluciones serían viables implementar en México para el ahorro de energía?
Hay una cultura muy importante con la que está comprometida la Expo Eléctrica Internacional, y es la difusión y la concientización en el usuario. También estamos pidiendo que se revisen las instalaciones eléctricas por lo menos cada 10 años para que en la suma de todos los consumidores el ahorro sea importante. La otra medida es el horario de verano que se debe seguir aplicando año con año y, finalmente, la actualización constante de los precios del suministro.
¿Cómo afecta la piratería al sector?
Es un tema muy delicado en el sector; los reportes del 90% de los incendios en este país nos habla que tuvieron su origen en un corto circuito. Si a esto le sumamos productos de dudosa calidad, contrabandeados o reconstruidos se pone en riesgo no sólo el patrimonio, sino la vida de las personas.