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Museo Mercedes-Benz Genética automotriz

Barroco y futurista. Elegante y rotundo. Con alta tecnología constructiva y una propuesta expos
vie 05 octubre 2007 01:52 PM

Desde la autopista que enlaza la ciudad de Stuttgart, Alemania, con los alrededores, se asoma la figura plateada, ondulante y rotunda de una suerte de pacífica ballena de aluminio y cristal que muestra sus grandes dientes transparentes.

De la sofisticada geometría transformada en volumen, y de la mano de UNStudio —el equipo holandés de arquitectura liderado por Ben van Berkel y Caroline Bos—, nace el Museo Mercedes-Benz, nuevo hito de la firma automotriz que invita a descubrir que detrás de la grandiosidad de esa fachada hay al menos 120 años de la trayectoria industrial de la escudería.

A su lado, el emblema de la estrella de tres picos encerrada en un círculo gira en lo alto del techo del Centro Mercedes-Benz, un edificio de cristal contiguo al museo, unido a éste a través de un puente transparente.

El gran edificio estuvo entre los siete finalistas del último Premio Mies van der Rohe y, con casi un millón de visitantes en poco más de un año, se ha transformado en un icono de la ciudad. En él, no sólo es virtuoso el ensamble entre volumen y contenido, sino que su relación con el paisaje urbano que lo rodea —el estadio de fútbol, la pista de pruebas y el propio Centro, los tanques de gas y petróleo cerca del río, y las verdes colinas de viñedos— entabla un diálogo nítido. Desde el exterior, parece una curva más de la autopista B14 por sobre la que se eleva, además de funcionar claramente como una nueva puerta de entrada a la ciudad. Al llegar, nos recibe una amplia explanada con escalones y una plaza al aire libre de granito, en donde ya priva la idea de circularidad.

El habitáculo
UNStudio desarrolló su geometría a partir de una planta simétrica de tres hojas, evocando la espiral del ADN que guarda la herencia genética humana. La metáfora alude a la información que conserva dentro de sí: por un lado, la herencia de la marca Mercedes-Benz y, por el otro, en el aspecto constructivo, esa forma de trébol es la espiral que se forma con dos rampas entrelazadas de 80 metros de longitud, sin escalones, y que sirven como caminos principales para que los visitantes se desplacen, una propuesta que, reconocen sus autores, tiene una referencia a Frank Lloyd Wright, con su Museo Guggenheim, en Nueva York, y a Renzo Piano, con el Centro Pompidou, en París.

El interior es el reino de la curva y el doblez: el concreto se pliega, y suavemente las líneas que dividen techos, paredes y suelos se diluyen creando la sensación de un espacio único y fluido. Al traspasar la puerta, nos recibe una amplia, luminosa y diáfana galería central. Este vestíbulo de entrada conduce, en los laterales, al guardarropa, sanitarios y tiendas, y actúa como un conector vertical entre la doble historia expositiva desarrollada por el estudio HG Merz: Salas de las Leyendas y Salas de la Colección. Allí es en donde comienza la experiencia del museo con un pre-show: en las inmensas paredes se suceden imágenes que acompañarán el camino de tres ascensores panorámicos de corte futurista.

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El recorrido continúa por lo más alto, en el noveno nivel, desde donde se desciende caminando de manera continua, siguiendo cualquiera de los dos montajes planteados o intercambiándolos, a gusto de cada uno. El primer recorrido, Leyendas, incluye siete salas que relatan en orden cronológico la historia de la marca. En el segundo recorrido, los vehículos están agrupados en cinco salas independientes de Colección, que representan sin distinción de épocas la variedad de la cartera de motorizados.

Las dos trayectorias se cruzan continuamente imitando las bandas interconectadas de la hélice del ADN, permitiendo que el visitante se mueva entre ambas.

Para realizar la complejas formas del museo ha sido necesario recurrir a los últimos avances de la tecnología: "Sin el control riguroso de la geometría no hubiera sido posible la libertad de la arquitectura", explican Bos y Van Berkel.

Todas las especificaciones y premisas del trabajo se encuentran en el libro Design Model, que recoge además el desarrollo de los programas que se implementaron: un modelo de datos tridimensional —a cargo del informático alemán Arnold Walz—, actualizado constantemente durante la fase de construcción, a partir del cual se elaboraron 35,000 planos de obra. "Trabajar con un modelo madre reduce los riesgos de errores y de malos cálculos; ayuda a lograr una economía de materiales y hace controlable el proceso de construcción. Es lo que llamo sustentabilidad digital", ha señalado el holandés van Berkel.

Durante el proceso de diseño de lo que UNStudio llama ‘girar y torcer’, se formó un grupo especial para lidiar con este concepto. La construcción de la estructura en forma de hoja de trébol lleva a puntos donde el techo se torna muro y simultáneamente cierra una esquina, conectando directamente con el siguiente espacio expositivo.

Esta construcción abarca dos pisos; en el nivel más alto forma la base de la curva o bucle de la escalera, a la entrada de las salas de la colección, y en el nivel más bajo, resulta un arco abierto en el centro del concreto que permite llevar la luz natural a la galería de manera oblicua. El vacío central de las torceduras aloja espacios técnicos e instalaciones de servicio.

La carrocería
La serpenteante continuidad que caracteriza la circulación interior también forma el principio estructural de la fachada.

Cristal y aluminio están envueltos alrededor de la subestructura de concreto en líneas horizontales inclinadas. El cristal de la fachada es tratado como ventana y sigue el soporte del perímetro a lo largo de la exposición.

Los ventanales están hechos de paneles trapezoidales, cuyos límites verticales y diagonales se amoldan a los perfiles de acero. El cristal es transparente, incoloro y aislante. Sobre éste se realizó un estampado de puntos esmerilados (patrón que aparece en todo el edificio) que reduce el impacto de la luz del sol y se aplica en todos los paneles dando la impresión de doble dimensionalidad de fachada. El innovador cristal reforzado con fibra de carbono ayuda a maximizar la prestación del material. El aprovechamiento de la luz solar permite, en los ambientes demasiado grandes, un notable ahorro energético.

Para UNStudio, la demanda geométrica sólo podía ser satisfecha con el concreto, que además era el telón de fondo ideal para la exposición de los coches. Es lo que Bos y Van Berkel llaman la "búsqueda de la perfección del concreto".

Los interiores
UNStudio reglamentó el uso del color. Así, por ejemplo, los colores saturados se circunscriben a los centros de los ascensores, a los baños y a las salidas, mientras que las salas principales del museo son neutras asegurando que el foco esté en los objetos. El empapelado de las paredes y superficies de los suelos se apoyan en los puntos como única trama de diseño. Esto contribuye a unificar y a dar coherencia a todo el edificio: el punto evoca el círculo, que es el paradigma geométrico del edificio como un todo.

Por su parte, el ingeniero climático Matthias Schuler, en conjunto con Transsolar Energietechnik, estableció un sistema de ventilación basado en un principio de deslocalización. Todos los conductos están integrados en estructuras curvas tridimensionales; las unidades climáticas abarcan dos niveles y están insertadas en ductos que se alojan en las rampas.

Dentro de los paneles del suelo se ubican las instalaciones eléctricas, extractor de salida de incendio y salida de humo que corren paralelos a los tirantes de acero, minimizando los puntos de interferencia y de intrusión espacial en las áreas
expositivas.

En caso de siniestro, el humo se mantiene fuera de las zonas de exhibición mediante presión positiva. El humo se canaliza fuera del edificio mediante un ventilador a través del techo. El atrio central funciona como una chimenea al tiempo que provee luz profunda al interior del edificio.

Los faros
Los caracteres distintivos de las salas de Colección y de Leyendas se deben, en parte, a sus diferentes sistemas de iluminación. La luz natural actúa de manera dramática y omnipresente en la primera. Aquí se necesita apenas la luz artificial que se usa sólo para acentuar detalles y para dirigir las luminarias en las superficies reflejantes de los coches. Para este propósito UNstudio desarrolló un techo especial con ondulaciones que incorporan luces empotradas, con forma de burbuja que pueden rotar para cambiar sus focos.

En las salas, la luz tiene un tratamiento teatral y sutil. Bajo la dirección de la experta Ulrike Brandi, de HG Merz, distintos tipos de luminarios y efectos fueron diseñados para cada espacio del edificio. Destacan especialmente, la Starry Sky (cielo estrellado), realizada con 76 cristales de Swarovski que penden glamorosamente del techo, y las lámparas del tercer piso, estilo art déco.

Por la noche el museo está iluminado desde dentro hacia fuera por lo que no hacen falta proyectores exteriores.

A lo lejos, el gigante de concreto y aluminio parece una única y gran ventana que tiene la peculiaridad de mirar a la gente y ser mirado en forma inevitable y constante.

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