Las credenciales de Ernesto Cordero
La mañana del miércoles el secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero Arroyo, renunció al cargo para asumir la cartera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público , en sustitución de Agustín Carstens Carstens, quien, a su vez, fue presentado por el presidente Calderón como candidato para Gobernador del Banco de México. Heriberto Félix Guerra sustituirá a Cordero en Sedesol .
El anuncio no fue una sorpresa. Desde hacía semanas se discutían los movimientos en el Gabinete dada la inminente conclusión del segundo mandato de Guillermo Ortiz Martínez al frente del banco central. No obstante, la decisión presidencial tardó más de lo esperado.
Tanto así que muchos creyeron a principios de esta semana que no habría cambios, y que Ortiz permanecería como jefe del Banxico. Más aún, se pensaba que el proceso se estancaba porque como el Banco de México es una institución autónoma, las preferencias presidenciales se topaban con restricciones institucionales.
En concreto el artículo 38 de la Ley del Banco de México establece que el jefe del Ejecutivo nombrará al Gobernador del banco de entre los miembros de la Junta de Gobierno de la institución -que son propuestos por el jefe del ejecutivo al Senado de la República-parecía limitar la acción presidencial en este terreno.
Sin embargo, como quedó bien claro la mañana del miércoles, de hecho, el presidente designó a Agustín Carstens como Gobernador del banco central. Durante su discurso reiteró una y otra vez su respeto a la autonomía del Banxico, que es una condición central en toda democracia; no obstante, esta profesión de fe se vio desmentida tanto por la propuesta de Carstens como por las afirmaciones a propósito de la política monetaria y fiscal deseable.
Después de escuchar al presidente Calderón, los memoriosos recordamos la declaración de Luis Echeverría en septiembre de 1973: "La política económica se hace en Los Pinos".
El presidente Calderón manifestó también su determinación de involucrarse directamente en el diseño de la política económica con el nombramiento de Ernesto Cordero como secretario de Hacienda, cuya carrera ha transcurrido a la sombra de la carrera del propio presidente.
La credencial más sólida del nuevo secretario es su amistad y cercanía con Felipe Calderón, así como su militancia partidista -un atributo que comparte con su sucesor en Sedesol, el senador con licencia Félix Guerra. Cordero fue director de una de las fundaciones del PAN, la Miguel Estrada Iturbide, trabajó con el ahora presidente en Banobras y en la Secretaría de Energía; pero su experiencia hacendaria es limitada. Fue subsecretario de Egresos menos de dos años, y en diciembre de 2008 ocupó la Secretaría de Desarrollo Social, es decir, apenas un año.
Por amargas experiencias sabemos que los funcionarios del sector financiero y hacendario no se improvisan. Por esa razón no fueron pocos los comentaristas que compararon la situación creada por las nuevas designaciones con aquella que surgió en diciembre de 1994, cuando Jaime Serra se estrenó en la Secretaría de Hacienda con resultados catastróficos.
El secretario Cordero tiene la plena confianza del presidente, ahora falta saber si tiene la capacidad de ganarse la confianza de los inversionistas, de los contribuyentes, de los ahorradores y de los empresarios.
*La autora es profesora/investigadora de ciencia política del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México, donde da cursos en las licenciaturas de relaciones internacionales y de ciencia política y administración pública, así como en la maestría de ciencia política.
Sus principales líneas de investigación son la transición y el proceso de democratización en México, el Partido Acción Nacional, y las transformaciones de la sociedad mexicana en el Siglo XX.
