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Los consejeros de Pemex

La reforma de 2008 se quedó corta, pero la designación de consejeros independientes fue un logro; ayer dejaron ver razones para cierto optimismo.
mié 13 enero 2010 06:03 AM
La calificación de deuda de Pemex está muy ligada a la del Gobierno, por lo que podría sufrir con la baja.  (Foto: Archivo AP)
Pemex (Foto: Archivo AP)

Hay risas inquietantes. Tres consejeros profesionales de Pemex respondieron con una carcajada nerviosa y con ojos de "quién saaaabe" a la pregunta sobre cuándo repuntará la producción de Pemex", que está en 700,000 barriles diarios, 21% por debajo de su máximo de hace sólo dos años.

¿De qué se reían? Están ahí supuestamente para resolver el colapso de Cantarell -de Pemex- que nos hace pagar más impuestos y encarece nuestros créditos (sí, los de todos). Increíble: reían. Y hasta lo dijeron: "es muy difícil de saber cuándo".

Luego entendí. Era su primera batalla con los medios y aún les falta ese colmillo imprescindible para lidiar con un auditorio implacable. Rogelio Gasca Neri, ex director de CFE (en el periodo que investiga la PGR), que se las sabe todas, nunca llegó a la reunión, una comida de dos horas y media en el piso 45 de la Torre Pemex. Sí aparecieron los consejeros independientes (ellos prefieren llamarse "profesionales") Héctor Moreira, responsable del comité de Estrategia e Inversiones; Fortunato Álvarez, que lleva el de Adquisiciones, Obras y Servicios y el de Auditoría, y Fluvio Ruiz, del comité de Investigación Tecnológica. Y su risa, se disculparon más tarde, era de que están negociando el plan de negocio de Pemex a cinco años con la administración de Juan José Suárez Coppel. Y con lo mal que están las cosas, no debe ser fácil.

Tienen aspecto de lo que son: doctores, contadores, académicos. Pero tienen más poder del que aparenten, aunque sólo son cuatro entre 15 (seis secretairos de estado, cinco del sindicato y ellos). Las decisiones no pasan sin el visto bueno de al menos dos de ellos (es decir, que si tres de ellos dicen no, ya puede pasar todo el gobierno sobre sus cabezas que no va).

Para empezar las reuniones de Consejo ya no son una pugna de cada secretario de Estado (Hacienda, Energía, Economía, Semarnat, Función Pública)  por llevarse todo para su casita. Sobre todo, ya no despachan en una hora los asuntos de la primera compañía de México: tienen consejos de seis horas, afirma un Fulvio Ruiz con cara de labor cumplida.

En auditoría, en estos siete meses han impulsado sistemas de administración de riesgos, sistema sde control de riesgos autogestionados y confiabilidad de la información de riesgos (por ejemplo, ya establecieron que sus auditores no pueden ser consultores, algo tan básico y pre-Enron). Se está empujando el desarrollo del Instituto Mexicano del Petróleo para potenciar el desarrollo tecnológico. Moreira está indagando en el enigma de Chicontepec, ese yacimiento que conocemos hace 80 años y que no se deja sacar petróleo. En febrero veremos plan para este difícil yacimiento dividido por sus distintos retos: el tecnológico, el del tipo de contrato, el de la organización de la producción.

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Hay motivos para cierto escepticismo. Insisten en eso de que no hay nada de inconstitucionalidad en los contratos que prevé la nueva ley y que su énfasis para el reglamento publicado en el DOF el 6 de enero fue que no hubiera pagos ligados a producción (es decir, inconstitucionales de acuerdo con el artículo 27) así que no parece que vayan a ser los que impulsen una reforma de verdad al marco jurídico que tiene maniatada a la compañía.

Pero se ve un cambio radical. En lugar de menospreciar a los proveedores privados (a los que, como muestra la multa de 350 millones de dólares que deben pagar a KBR, se maltrató penosamente durante décadas), se están desarrollando incentivos en lana transparentes por la tan urgente transferencia tecnológica, los incrementos de productividad o entregas antes de fecha.

Sobre todo, estos consejeros tienen resuelto el gran enigma: la misión de Pemex. ¿Desarrollar la industria nacional, crear empleos, sumar al presupuesto de ingresos, hacer más barato el transporte...? Nada de esto es prioritario. Me quedo con las palabras de Álvarez: "Ayudar a la administración de la empresa a cumplir con su meta económica y genera valor económico para los accionistas, que somos todos los mexicanos".

¡Pemex va a generar valor! Habrá métricas con las que se evaluará el desarrollo del plan de negocio, aclaró Moreira: indicadores de producción e incluso un indicador sintético que medirá si se está creando valor agregado.

Si estos consejeros-académicos no se nos pierden en los vericuetos de la inercia, la corrupción o la desesperanza, este proyecto moverá al elefante moribundo. Estoy convencido.

 

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