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Un voto de confianza para Obama

Para valuar el primer año del presidente de EU, hay que ponerlo en un punto medio, opina Luis Colín; el mandatario requiere de más tipo para cumplir todas sus promesas de campaña; dice el catedrático.
mié 20 enero 2010 06:00 AM
A un año de ocupar el puesto, el presidente Barack Obama ha sorteado ya varios desafíos, como la crisis financiera mundial. (Foto: Reuters)
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El 20 de enero se cumple un año desde que el Presidente Barack Obama asumió el poder del país más poderoso del mundo. Los análisis de evaluación del trabajo realizado durante su primer año no se han dejado esperar en diversos medios de comunicación. Los análisis van desde los más negativos hasta los más triunfalistas. Pero esos análisis adolecen de poner en su justa dimensión el contexto interno y externo con el que Obama inicia su mandato.

En primer lugar, recibió al país en medio de una de las crisis financieras y económicas mas graves desde 1929. El epicentro de la crisis fue el mismo sistema financiero estadounidense, y la falla en la regulación de los mercados provocó una burbuja inmobiliaria y de quiebras continuas de hipotecas.

La terapia de choque que Obama aplicó a los mercados financieros pareció ser la correcta, y el paquete de estímulo fiscal autorizado por el Congreso permitió que, a partir del mes de agosto del año pasado, la economía estadounidense detuviera su caída y se dieran los primeros aumentos en su producto interno bruto.

La crisis financiera internacional significó para su Gobierno el concentrar mucho de su atención y capital político en lograr convencer a los congresistas republicanos -pero también a los de su mismo partido- de aprobar el estímulo fiscal para rescatar la economía.

En segundo lugar, una evaluación y juicio exhaustivo del primer año de Obama poniendo como medida sus compromisos de campaña, me parece un acto aventurado. 12 meses son un periodo corto de tiempo para la gran cantidad de asuntos con los que el mandatario iniciaba su compromiso con sus ciudadanos.

En general se observan cambios importantes con su llegada. Su relación con el Congreso -en el cual su partido tiene mayoría- ha sido positiva y fluida.

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Se observa a un presidente que entiende el proceso legislativo, al cual escucha y atiende las recomendaciones de su equipo de asesores legislativos con amplia experiencia de trabajo en ambas Cámaras.

La aprobación, primero, del paquete de estímulo económico y, segundo, de la reforma de salud, son ejemplos de que el mandatario estadounidense está siendo inteligente en su relación con los congresistas.

Vendrá en noviembre próximo un reto importante para conservar la mayor cantidad de asientos en el Congreso para el partido demócrata.

Otro acierto ha sido en su política exterior. Si bien es cierto que el desastre que dejó el ex presidente Bush en este rubro, se nota que Obama está decidiendo con calma las batallas que luchará en el exterior.

A pesar de no haber iniciado su mandato con una crisis de seguridad nacional como la que han tenido otros presidentes (recordemos Kennedy y Bahía de Cochinos, Clinton con Somalia o Bush Jr. con el 11 de Septiembre) ha  sabido sortear un posible inicio de una crisis, y ha puesto al diálogo y la diplomacia antes de cualquier plan militar. Su posición sobre Afganistán e Irak ha ido acorde a lo prometido en su campaña: incrementar su presencia en el primero y salir del segundo.

Algo positivo de reconocer en Obama es que se ha alejado del escándalo en la Casa Blanca. Sus dos antecesores sufrieron de ser ampliamente cuestionados en los medios de comunicación.

La percepción de los ciudadanos en Estados Unidos es que su presidente necesita ponerse los "guantes" y pelear, ahora que inicia su segundo año, algunas batallas tanto internas como externas.

Sus índices de aprobación han ido cayendo de un 69% al inicio de su mandato, hasta un 48% al final del primer año. Sus éxitos en este primer año, como la aprobación del paquete de estímulo fiscal, la reforma de salud, la restauración de los fondos para la investigación de las células madre, y la orden para liberar los "memos de la tortura", deberán servir para que se renueve la confianza de sus ciudadanos y le otorguen un voto de confianza durante este segundo año.

El presidente Obama deberá estar atento a los desafíos que su segundo año le presentan: lograr una sensible disminución en las tasas de desempleo de su país, conservar la mayor cantidad de asientos en el Congreso para su partido, y lograr un texto vinculante en la próxima reunión sobre Cambio Climático a celebrarse en nuestro país el próximo diciembre, entre otros asuntos.

En la medida en que pueda mantenerse alejado de ser  capturado por la cúpula militar y financiera, el presidente de los Estados Unidos podrá tener mayores márgenes de acción para cumplir con sus compromisos de campaña.

*El autor es Licenciado en Relaciones Internacionales y Maestro en Derecho Internacional por el ITESM. Candidato a Doctor en Derecho Internacional por la Universidad Complutense de Madrid. Ha trabajado en la Embajada de México en Chile y en el Tec de Monterrey como Director del Programa de Relaciones Internacionales. Actualmente se desarrolla como Profesor-Investigador del  Departamento de Relaciones Internacionales del Tec de Monterrey, Campus Estado de México.

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