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Cómo identificar si tu hijo tiene TDAH

El Déficit de Atención e Hiperactividad es un padecimiento difícil de ver, dice Juan Carlos Pérez; se manifiesta en 3 niveles: inatención, hiperactividad e impulsividad, aprende a detectarlo a tiempo
dom 07 febrero 2010 06:01 AM
Los niños con este problema son etiquetados de malcriados y no se les presta la atención médica adecuada. (Foto: Jupiter Images)
niño-deficit-atencion (Foto: Jupiter Images)

El Déficit de Atención e Hiperactividad es uno de los padecimientos de salud mental que con mayor frecuencia enfrenta situaciones paradójicas previas a ser identificado, ya que por un lado se sobrediagnostica, o bien se le desestima. Ambas situaciones son causadas por el desconocimiento de los síntomas y los criterios para llegar al correcto diagnóstico, puesto que cualquier niño inquieto o muy travieso puede ser etiquetado como "hiperactivo", o por el contrario negar su existencia argumentando que "le faltan límites y disciplina".

Los padres de familia ya enfrentan dificultades cuando se nota un problema en la conducta con su hijo. Pero es común que sin conocer exactamente qué pasa, se le pongan etiquetas negativas al niño , y se le atribuyen otras a la manera de educar de los padres, generando mayor confusión.

Para evitar que esto suceda es relevante difundir información que debe de ser conocida no sólo por el médico, sino también por los maestros de las escuelas, los psicólogos y por supuesto los padres de familia para detectar y atender oportunamente a quien lo padece.

Los síntomas principales del Déficit de Atención e Hiperactividad  están consignados en el Manual Estadístico de Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM- IV, 2005) y son tres: Inatención, Hiperactividad e Impulsividad, mismos que se componen de los siguientes síntomas que se presentan a menudo en el pequeño:

Inatención:

1.      No presta la debida atención a los detalles o, por descuido, comete errores en las tareas de la escuela, el trabajo y otras actividades.

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2.      Tiene problemas para concentrarse en las tareas o en los juegos.

3.      Parece que no escucha cuando se le habla directamente.

4.      No sigue las instrucciones y no termina las tareas de la escuela, los quehaceres o cualquier otra responsabilidad en el trabajo (no por conducta oposicionista o por no entender las instrucciones).

5.      Le cuesta organizar actividades.

6.      Evita, rechaza o se niega a hacer cosas que requieren mucho esfuerzo mental por mucho tiempo (como tareas escolares o quehaceres de la casa).

7.      Pierde las cosas que necesita para hacer ciertas tareas o actividades (como juguetes, trabajos escolares, lápices, libros o herramientas).

8.      Se distrae con frecuencia.

9.      Tiende a ser olvidadizo en la vida diaria.

Hiperactividad:

1.      No deja de mover las manos ni los pies mientras está sentado.

2.      Se levanta de la silla cuando se quiere que permanezca sentado.

3.      Corre o trepa en lugares y en momentos inoportunos (es posible que los adultos y adolescentes se sientan muy inquietos).

4.      Tiene problemas para jugar o disfrutar tranquilamente de las actividades de recreación.

5.      Está en constante movimiento o parece que tuviera "un motor en los pies".

6.      Habla demasiado.

Impulsividad:

1.      Suelta una respuesta sin haber oído antes toda la pregunta.

2.      Le cuesta esperar su turno.

3.      Interrumpe al que esté hablando o se entromete, por ejemplo, en una conversación o juego.

El DSM IV considera además que para llegar al diagnóstico del Déficit de Atención e Hiperactividad se deben cumplir 5 criterios:

  • Presencia de 6 o más síntomas por un semestre o más.
  • Cuando menos uno de los síntomas fue evidente desde antes de los 7 años de edad.
  • Es notorio en más de un ambiente (casa, escuela, trabajo, etc.).
  • Existen pruebas claras de deterioro.
  • No es explicable por otro trastorno o problema médico.

Es importante señalar que el factor tiempo es importante para el diagnóstico, porque es muy común que algunos niños o niñas presenten ciertos síntomas por días o semanas dependiendo de su contexto emocional o por enfermedades pasajeras. Por esto, es necesario que para diagnosticar correctamente el Déficit de Atención e Hiperactividad, los síntomas se hayan presentado por más de 6 meses y que no haya ninguna otra circunstancia que los pueda justificar.

Como se observa, los tres síntomas: Inatención, Hiperactividad e Impulsividad, están relacionados con procesos cognitivos, es decir, con las actividades que realiza el cerebro para interactuar con el mundo circundante.

Los problemas entonces suceden dentro de la cabeza, son procedimientos que normalmente las personas hacen para elegir un estímulo, concentrarse en él y realizar la tarea que requieren sobre dicho estímulo. Debido a que este padecimiento se presenta en acciones mentales que no se observan, sino que se realizan en el cerebro, no era fácil que se entendieran antiguamente. Esto implica que la persona que lo padece se detecta por su actitud, por su desempeño y no porque presente algún síntoma evidente a simple vista.

*El autor es vicepresidente de la Fundación Federico Hoth, A.C y director general Proyectodah .

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