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En ‘deuda’ con la bursatilización

La crisis de hipotecas ‘subprime’ en EU dio una mala imagen a este mercado, dice José González; las fallas no fueron en sí de estas transacciones, sino de su uso voraz y poco entendimiento.
vie 19 febrero 2010 06:03 AM
El riesgo de créditos subprime no fue bien valuado para establecer niveles de aforo óptimos. (Foto: Jupiter Images)
hipoteca-subprime-casa (Foto: Jupiter Images)

Derivado de la actual crisis económica, y luego de que la punta del iceberg que se dejó ver en las bursatilizaciones de hipotecas subprime en Estados Unidos , las estructuras para este tipo de financiamientos han sido etiquetadas con un sello rojo de "alto riesgo". Esto en parte, debido a que no se entienden bien estas estructuras, y algunos inversionistas etiquetan sus dudas como riesgo adicional.

En pocas palabras y disculpando la simplicidad, vale destacar que lo que se hace en una emisión de bursatilización es ceder cartera crediticia a un fideicomiso , el cual emite títulos que vende a los inversionistas y posteriormente, los amortiza con intereses mediante el producto de la cobranza de la cartera cedida inicialmente.

La debacle no radicó en el concepto mismo de la bursatilización, sino en la irresponsabilidad de los administradores de portafolios en no entender y explicar los títulos que compraban para sus clientes (Indiviglio, 2009).

Por su parte, las estructuras específicas de esas emisiones también tienen cierto grado de culpa. Aunque nunca se ocultaron las características del colateral, se argumentó que el riesgo se pulverizaba por la gran cantidad de créditos que fueron empaquetados. En particular, se omitieron tres cuestiones: primero, las tasas de interés de las hipotecas individuales que conformaban los grandes paquetes eran variables, sin haber existido ninguna cobertura que fijara esas tasas.

Segundo, no se consideró dentro de la cartera bursatilizada el hecho de que había acreditados que estaban comprando preventas a crédito para vender después el inmueble más caro y con esos recursos prepagar los créditos. Ello incrementó el riesgo de que el esquema de negocio de los acreditados dejara de funcionar ya sea por el incremento en las tasas o por la devaluación de los inmuebles (o ambas, como efectivamente sucedió).

Tercero, el riesgo de créditos subprime no fue debidamente valuado para establecer niveles de aforo óptimos que realmente permitieran un manejo más holgado del riesgo.

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Todo lo anterior se resumía en un incremento en el factor de riesgo, que algunos administradores de portafolios omitieron ver, obnubilados por los altos rendimientos. La ambición desmedida por los rendimientos que generaban las bursatilizaciones derivó en valuaciones de riesgo miopes, a pesar de las advertencias (Benner, 2009). Es por esto que la administración Obama en Estados Unidos envió una propuesta de legislación al Congreso, mostrando políticas clave a seguirse en los mercados de bursatilizaciones (Brown, 2009).

Distinguir las diferentes fuentes de riesgo para los distintos tipos de cartera es importante también para poder establecer sistemas de coberturas y de valuación que permitan establecer aforos correctos para cada tipo de riesgo. En Wall Street hay quienes, de plano, están apostando a la muerte de los acreditados, empaquetando cartera asegurada con coberturas de vida de gente que se espera próxima a morir, y esperando que los flujos de efectivo provengan de las aseguradoras (Leinfuss, 2009).

Debemos, desestigmatizar los proyectos de bursatilización y establecer estructuras tan sencillas como sean posibles para que sean más fácilmente entendidas. Los esquemas de bursatilización de cartera pueden ser un medio poderosísimo para financiar las operaciones de organizaciones privadas y públicas en todo el mundo. En Alemania, de hecho, el Ministerio de Economía prevé que un mercado de bursatilizaciones líquido puede hacer los productos de crédito de los bancos más atractivos, lo que ayudaría a evitar una debacle del crédito en ese país (Thomas, 2009).

Finalmente, ¿qué puede ser más eficiente que financiar cartera con la propia cartera; flujo con los propios flujos?

*El autor es aspirante al Doctorado en Administración de la Universidad Anáhuac México Sur . Revisado por Dr. Carlos Miguel Barber Kuri.

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