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Hay que prevenir para no gastar

El neumococo es un padecimiento excesivamente costoso de atender, dice Gerardo Mercado; la inversión en 4 dosis de la vacuna es mínima con los 9,000 pesos al mes que cuestan las secuelas.
sáb 21 agosto 2010 06:00 AM
El préstamo del BM será pagado a 18 años. (Foto: Notimex)
salud

"Una onza de prevención vale tanto como una libra de curación", sabiamente declaró el científico estadounidense Benjamin Franklyn justo en la época en que el médico británico Edward Jenner inventara la primera vacuna contra la viruela, que se convirtió en la única alternativa contra esa epidemia que afecta desde hace miles de años a la humanidad. El descubrimiento de Jenner no sólo logró erradicar la viruela sino que también fue una herramienta clave para optimizar recursos. La campaña mundial de inmunización costó 100 millones de dólares a lo largo de 10 años hasta 1977, lo que permitió un ahorro de 1,300 millones de dólares anuales en costos de prevención y tratamiento.

Desde entonces, a partir de experimentos realizados con gérmenes de ese tipo de viruela, surgió la era de la vacunación, que ha sido la gran solución para prevenir otras enfermedades mortales, como difteria, sarampión, hepatitis A y B, influenza, tétanos, polio y neumococo.

Hoy en día, el gran reto para los gobiernos y las instituciones de salud, es la optimización de recursos y el ahorro en el costo de los tratamientos de las enfermedades. De ahí, la importancia de implementar un programa nacional de vacunación efectivo.

En ese sentido, México es reconocido a nivel internacional como pionero en implementación de uno de los mejores esquemas de vacunación a nivel mundial, que protege contra enfermedades como neumococo y sarampión, con ahorros significativos para las instituciones públicas en su tratamiento.

Las vacunas contra el neumococo: un reto

El neumococo es un padecimiento excesivamente costoso de atender. La bacteria de la enfermedad ha desarrollado tal resistencia a múltiples antibióticos que los médicos deben redoblar esfuerzos en su prevención.

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Según la Organización Mundial de Salud (OMS), el neumococo cobra la vida de cerca de 20,000 pequeños anualmente en América Latina, cuya muerte se podría evitar con la aplicación oportuna de vacunas.

La inversión de tan sólo 4 dosis que se requieren para prevenir la enfermedad, es mínima en comparación con los gastos que implican su tratamiento, y que van de 25,000 a 50,000  pesos por tan sólo un día de hospitalización en una Unidad de Cuidados Intensivos, además de otros gastos como soluciones intravenosas y honorarios de los especialistas involucrados.

Si la enfermedad provoca secuelas en el paciente, a los gastos anteriores habría que sumarle los generados por cuidados especiales, como la atención y educación, que en total resulta en un costo aproximado de 9,000  pesos al mes.

En términos de salud, esta bacteria provoca también un número importante de padecimientos en adultos, que complican algunas enfermedades crónicas, entre ellas, pulmonares, cardiacas, diabetes y alcoholismo, además de que la mortalidad puede ser tan elevada como  20% o 30% en pacientes de alto riesgo y mayores de 65 años.

Aplicar vacunas neumocócicas conjugadas, como la heptavalente, a niños, confiere un beneficio adicional: la extensión de protección a ciertos grupos de la población no vacunada; este fénomeno radica en evitar propagación de la bacteria de los niños vacunados a los adultos.

En la actualidad, una importante biofarmacéutica cuenta con una vacuna que protege frente a 13 diversas variedades de la bacteria del neumococo, y que ya ha sido aprobada por los organismos regulatorios más exigentes en materia de salud a nivel mundial, como la Food and Drug Administration (FDA por sus siglas en inglés) en Estados Unidos y la Cofepris en nuestro país.

Esta vacuna, que cubriría hasta el 76% de los microorganismos infecciosos graves (serotipos), ocasionaría un ahorro anual potencial en los costos directos de hasta 2,114 millones de pesos al sistema de salud de nuestro país en comparación con las alternativas de vacunación con menor cobertura de serotipos.

No son gastos menores. Así, no está de más tener presente el adagio de Franklyn en este contexto: la vacunación mejora la salud de los niños mediante la prevención de enfermedades que afectan su calidad de vida, antes de recurrir a medicamentos y tratamientos costosos tanto para la familia como para el Estado.

*El autor es Médico Pediatra. Gerente para asuntos médicos de vacunas, Pfizer México.

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