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IED, impacto modesto en el PIB

Con la llegada de IED se aprovecha el ahorro externo para generar inversión, dice Benjamín Núñez; la innovación y el emprendimiento podrían impactar en el crecimiento real del PIB.
mar 05 octubre 2010 06:02 AM
Después de la Segunda Guerra Mundial, la economía de EU repuntó haciendo que la industria automotriz fuera la más prospera hasta la actual crisis financiera. (Foto: Jupiter Images)
dolares-billetes-cash-dinero-JI (Foto: Jupiter Images)

Una de las estrategias de crecimiento económico que algunos países de América Latina han utilizado para dinamizar sus economías  es atraer inversión extranjera directa (IED). Se piensa que con la llegada de IED se aprovecha el ahorro externo para generar inversión, empleo, ingreso (nacional y per cápita) y crecimiento en el interior de la economía nacional.  

Sorprende sin embargo el bajo impacto que la IED tiene sobre la tasa de crecimiento real del PIB (TCREALPIB) en diversos países del orbe sin importar su grado de desarrollo.

Las gráficas siguientes nos dejan ver que la entrada de IED genera un impacto muy modesto en el crecimiento económico. Así en la actual estrategia "secundaria exportadora" México podría apostar a otras variables que impacten más fuertemente en la tasa de crecimiento real del PIB. Dos de esas variables son indudablemente la innovación y el emprendimiento.

 

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Fuente: Elaboración propia con datos de OCDE

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La innovación se entiende como una resultante de la aplicación del conocimiento científico a la producción de bienes y servicios. El proceso de convertir a la innovación en un factor de crecimiento económico requiere canalizar un mayor porcentaje del PIB a la investigación y desarrollo (proceso en el que las empresas y el Estado como agentes económicos juegan un papel fundamental en los países en desarrollo). También requiere de la formación de una base de científicos e investigadores en las carreras de ciencias e ingeniería. Habrá entonces que aumentar la matrícula de estudiantes en esas carreras; Corea ya lo hizo a partir de 1980 con excelentes resultados.

Sin embargo,  de poco sirve invertir en la formación de investigadores si no hay  relaciones articuladas y permanentes entre las empresas y aquéllos, en ausencia de esas relaciones los hombres de ciencia terminarán trabajando en el extranjero en alguna corporación multinacional o sólo publicando los resultados de sus trabajos sin impactar a los procesos productivos. Será necesario resolver esa desarticulación para que la innovación dinamice las economías nacionales. Discutir si es el Mercado o el Estado el responsable de generar las redes de vinculación entre empresas y hombres de ciencia es una cuestión de estrategia y hasta ideológica y sería conveniente que ambos agentes económicos compartieran coordinados esa tarea.

El emprendimiento se entiende como el proceso de creación de las empresas capaces de competir en el mercado. La creación de empresas depende de factores institucionales como el número de trámites que deben realizarse para su puesta en marcha y  el costo económico (monetario, de oportunidad y de tiempo) que debe asumir un emprendedor para iniciar su empresa y permanecer en el mercado durante un período razonable para recuperar la inversión adelantada.

Al correlacionar el gasto en investigación y desarrollo como % del PIB (I & D) con la TCREALPIB en el caso de México se observa que I & D tiene el triple de impacto en el crecimiento económico respecto del que presenta la IED. Cierto es que ese impacto se genera en un plazo mayor que el de la IED, pero es necesario no dar tanto privilegio al presente y valorar más el futuro. También Corea es un caso exitoso en este aspecto.

La ruta parece trazada entonces para México, además de mantener fundamentales macroeconómicos estables, será necesario privilegiar factores de largo plazo como la I & D articulada a la producción, la innovación y el emprendimiento sin dejar a un lado la IED como factor complementario.

Llegó la hora de sustituir estrategias (y no sólo importaciones), habrá que sustituir las exportaciones de hombres de ciencia y de emprendedores por la exportación de más bienes de consumo duradero y no duradero e imitar las mejores prácticas de los ejemplos exitosos de Corea, Taiwán y Singapur basados en la disciplina, la competitividad, la innovación y el emprendimiento. Esperemos que esa disciplina y el privilegio mayor del futuro no requieran de dictaduras y/o guerras como en pasado.

Benjamín Núñez Zavala es profesor de economía en la Universidad Anáhuac México Sur. Su correo electrónico es benuza9@hotmail.com.

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