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OPINIÓN: La contienda real en EU es entre Mitt Romney y Barack Obama

Es cuestión de tiempo para que los republicanos se decanten finalmente por el ex gobernador de Massachusetts
mié 11 abril 2012 04:54 PM
Romney
Romney Romney

Nota del Editor: Julian Zelizer es profesor de historia y asuntos públicos en la Universidad de Princeton. Es autor de “Jimmy Carter” (Times Books) y de “Governing America” (Princeton University Press).

(CNN) — El anuncio de Rick Santorum en el sentido de que suspende su campaña presidencial ha hecho que las elecciones primarias republicanas se acerquen a su fin. En medio de las especulaciones sobre negociaciones y ajustes de último minuto, las proyecciones iniciales parecen haber sido atinadas. Es casi seguro que Mitt Romney sea el candidato republicano que se enfrente a Barack Obama en el otoño.

La rebelión en contra de Romney tomó muchas formas desde que empezaron las primarias. Aparecieron el empresario conservador (Herman Cain), el conservador ideológico y radical (Newt Gingrich), el liberal (Ron Paul) y los conservadores de movimiento (Rick Santorum y Michele Bachmann). Todos trataron de ganarse los corazones y las mentes de los votantes republicanos asegurando ser mejores que Romney para la candidatura republicana.

Pero al final gana Romney. Podemos aprender muchas cosas de este resultado. La primera es que la organización y el dinero sí importan. A pesar de todo el interés por las victorias sorpresivas de sus oponentes en lugares como Iowa y Carolina del Sur, el hecho de que Romney haya podido juntar un aparato de organización tan extenso al principio de su campaña, y que recibiera grandes cantidades de dinero para llevar a cabo su publicidad, hicieron que fuera extraordinariamente difícil vencerlo en varios estados clave. La política al menudeo de sus oponentes no los llevó muy lejos.

La segunda lección es que Romney tiene más habilidades políticas de las que, por lo general, le reconocen, y sus oponentes nunca fueron tan fuertes como los hacían parecer los medios de comunicación. Romney comprobó que tenía algunas de las habilidades necesarias para sobrevivir a las altas y bajas del proceso primario. Fue exitoso en los debates y respondió bien a las inevitables metidas de pata y a los errores que se cometieron en estos meses.

Su insistencia en apegarse a temas económicos, junto con algunas distracciones para neutralizar a Santorum, reflejó una conciencia de sus propias fortalezas y una resistencia para reconstruirse a sí mismo a la mitad del concurso. Él es disciplinado en el camino de la campaña.

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Tampoco fueron muy fuertes sus oponentes. Gingrich fue un candidato con fallas desde el principio, cargado con el equipaje de su carrera política y su tendencia ya conocida para decir lo que piensa sin pensar en lo que le cueste políticamente.

También Santorum recordó su larga trayectoria en Washington y una infraestructura organizacional débil que no le sirvió de mucho. Otros, como Herman Cain, rápidamente se quemaron bajo el reflector nacional.

Finalmente, aprendimos que la rabia contra Obama y la frustración por el camino actual de la economía es mayor que cualquier debate interno que exista en el Partido Republicano.

Mientras Santorum sí animó muchas veces a muchos votantes en las primarias y caucus, nunca pudo terminar de convencerlos que tendría más oportunidades de derrotar a Obama que Romney. Cuando los republicanos tuvieron que decidir si quedarse otros cuatro años con Obama o con Romney a mitad de camino, parece que prefirieron a Romney.

Ahora viene la verdadera contienda.

Las opiniones recogidas en este texto corresponden exclusivamente a Julian Zelizer.

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