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OPINIÓN: Violada, embarazada y la lucha contra la ignorancia

Una víctima de violación quedó embarazada, estudió leyes y ahora lucha para impedir que los violadores puedan tener acceso a “sus” hijos
vie 24 agosto 2012 01:00 PM

Nota del Editor: Shauna R. Prewitt es abogada en Chicago. Es autora de “Giving Birth to a ‘Rapist’s Child’: A Discussion and Analysis of the Limited Legal Protections Afforded to Women Who Become Mothers Through Rape”, escrita para el Georgetown Law Journal.

(CNN) — Cuando asistía a la escuela de leyes, mi profesor de ley criminal nos habló sobre el crimen de la violación con una cita de Sir Matthew Hale, presidente del tribunal supremo y jurista inglés del siglo 17: “En un caso de violación es la víctima, no el defendido, quien está en juicio”.

No solo fue una lección de historia. Yo la viví.

En el transcurso de mi último año en la universidad, a los 21 años, me violaron. He analizado ese momento —el horrible suceso en el que me convertí en una víctima— desde cualquier ángulo posible. Lo he examinado y reexaminado. Lamentablemente, hasta sospecho de mí misma en un desesperado e inútil intento por entender cómo es que me convertí en una víctima.

Pero mi objetivo no era culparme a mí misma. Pensé que esas ideas retrógradas del siglo XVII habían muerto. Estaba equivocada. Personas que ni me conocían comentaban o especulaban acerca de mi violación. ¿Qué estabas vistiendo? ¿Gritaste muy fuerte? ¿Esto ocurrió en público?

Y así fue como aprendí una lección de vida, yo estaba en juicio y me enfrentaba al juez y al jurado más feroz: la ignorancia.

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Ocho años después de mi violación, estoy en contra de la ignorancia una vez más. Los recientes comentarios del legislador republicano Todd Akin que una “violación legítima” raramente tiene como resultado un embarazo no solo demerita los hechos científicos si no, para mí, es algo más profundo. Akin le ha quitado legitimidad a mi violación.

¿Sabes?, nueve meses después de mi violación di a luz a una preciosa niña. Podrías decir que fue concebida por una violación, lo fue. Pero también es mucho más que su descendencia. Felizmente creí que después de aceptar tener y criar a mi hija, la vida sería todo rosas y días interminables en el parque. Estaba equivocada de nuevo.

No pasaría mucho tiempo antes de que aprendiera de primera mano que en la gran mayoría de los estados, en 31 de los 50 que componen Estados Unidos, los hombres que son padres como resultado de una violación pueden hacer valer los derechos de custodia y de visita a sus hijos. Ninguna ley le prohíbe a estos violadores ejercer estos derechos. Por el otro lado, la mujer puede negociar sus derechos legales en un juicio penal a cambio de que el violador retire la petición de tener contacto con su hijo.

Tener que elegir entre una vida atada a su violador o una indemnización legal significativa parece fácil, pero es dolorosa. Por el bien del niño, muchas veces la mujer se sacrificará y enfrentará de nuevo a quien fuera su perpetrador humillado por la corte.

Lo sé porque yo lo viví, incluso estudié leyes para aprender cómo detenerlo. 

Después de luchar contra la injusticia desde hace varios años, ahora creo que la ignorancia es la culpable de esta carencia legal. Los opositores argumentan que ninguna mujer escogería criar a un niño que se concibió por una violación . Los únicos dos estudios que analizan las decisiones hechas por mujeres violadas y embarazadas indican lo contrario, al menos el 30% de las mujeres que concibieron por violación escogen tenerlo.

Otros argumentan que ningún violador buscaría tener derechos de paternidad. No solo mi experiencia prueba lo contrario, pero no es de sorprender que un hombre que cruelmente degrada a una mujer también buscará torturarla de una manera más infame como es buscando a su hijo.

Hoy nos tendremos que enfrentar a un nuevo reto: convencer a los legisladores de que las mujeres pueden embarazarse cuando sufren una violación.

Mis esfuerzos y los esfuerzos de los demás por persuadir a los legisladores de aceptar leyes que prohíban los derechos parentales a los violadores se verán directamente afectados por los recientes comentarios de Akin. Sin embargo, depende de nosotros como sociedad que estos esfuerzos progresen o se perjudiquen.

O luchamos contra la ignorancia y hacemos algo para legislar a favor de las mujeres violadas basados en la razón y los hechos, o seremos guiados por la ignorancia y las malas leyes. O simplemente el sistema seguirá fallando a favor del lado equivocado.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Shauna R. Prewitt.

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