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El valor económico de los consensos

En el 2012 México destacó por su dinamismo y logró un desempeño económico bueno, opina Marco Oviedo; para el próximo año se estima un crecimiento anual de 3%, una desaceleración moderada.
lun 03 diciembre 2012 06:01 AM
La crisis europea ha golpeado a las economías de China y Estados Unidos. (Foto: Thinkstock)
Dinero (Foto: Thinkstock)

La economía mexicana se ha expandido a una tasa de 4.2% anual hasta al tercer trimestre de 2012 y se espera un crecimiento cercano al 3.8% en todo el año, en un contexto donde la economía mundial quizás crezca cerca del 3.3%.

El desempeño de México es positivo si se considera que la tasa de crecimiento de largo plazo del país es de 3.5%, por lo que al final del año, la economía mexicana registraría tres años consecutivos de crecimiento por arriba de esa cifra. 

Como consecuencia, en este año que termina México se caracterizó por ser uno de los países emergentes que mejor dinamismo registraron, acaparando la atención de los mercados financieros internacionales.

Lo anterior se vio reflejado en el alto nivel de flujos de inversión hacia el país , tanto en el mercado de deuda gubernamental como en el mercado de capitales. El balance de 2012 para México será de un buen año, durante el cual tanto el sector exportador como el mercado doméstico aportaron al crecimiento.

Sin embargo, el panorama internacional hacia 2013 no es muy alentador. La economía mundial seguirá presionada por los problemas fiscales de las economías avanzadas. En particular, en Estados Unidos se espera la implementación de ajuste fiscal a través de mayores impuestos o un menor gasto público, que dependiendo de su magnitud, afectará el poder de compra del consumidor norteamericano, y en consecuencia, disminuirá las exportaciones de México a ese país.

Asimismo, la magnitud del ajuste podría significar desde una desaceleración moderada hasta una recesión. Será crucial conocer el desenlace de las negociaciones entre republicanos y demócratas al respecto antes de que termine el año para tener un diagnóstico acertado de la magnitud en que la economía mexicana se verá afectada. En ese sentido, dudamos mucho que la falta de acuerdos lleve a una recesión a los Estados Unidos, sin embargo, el riesgo de un ajuste mayor al esperado a causa de un desacuerdo político está latente.

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En cualquier escenario, la economía mexicana probará nuevamente si cuenta con la fortaleza para crecer en un contexto internacional complicado, como lo hizo en 2012. En Barclays estimamos que la economía crecerá 3.0% anual, lo que implica una desaceleración importante pero moderada.

En un tono más optimista, uno de los riesgos a la alza de este pronóstico es la expectativa de que la economía avance en los temas pendientes en materia de cambio estructural, fortaleciendo la confianza de los inversionistas locales y extranjeros.

El Congreso mexicano ya ha dado señales de que puede construir consensos políticos al aprobar las reformas laboral y de contabilidad gubernamental, incluyendo temas controversiales como la transparencia sindical.

En particular, creemos que la reforma a la Ley Federal del Trabajo , después de no sufrir modificaciones en 40 años, es un avance relevante para la economía y que la flexibilización del mercado laboral puede tener un importante efecto en la creación de empleo formal y productivo, lo que implicaría que la economía mexicana puede crecer a tasas más elevadas, incluso cercanas al 5% en el mediano plazo.

En conclusión, alcanzar acuerdos políticos en 2013 tendrá un valor económico nada despreciable en el contexto mundial adverso. Si el Congreso y el Poder Ejecutivo demuestran que pueden seguir consensuando la agenda de cambio estructural, aún si los acuerdos alcanzados no son tan profundos, se dará una señal de que la economía mexicana, y en particular, sus instituciones políticas, están en mejores condiciones que hace seis años.

De esta manera, el dinamismo económico en 2013 y años subsecuentes, puede fundamentarse en mayor medida en factores domésticos. Lo anterior continuará posicionando a México como una de las economías emergentes más sólidas del mundo, lo que seguirá siendo atractivo para los capitales de cartera y directos del exterior, lo que a su vez, contribuirá a mejorar las condiciones generales de la economía. Esperemos que las autoridades perciban el gran valor de esos acuerdos.

*El autor es Director of Emerging Markets Research, Barclays México.

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