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OPINIÓN: Javier Bardem, la lucha por acabar con los abusos en el Sahara

El actor escribe sobre los abusos a los derechos humanos que sufre la comunidad sarahui y el gobierno de Marruecos le responde
vie 14 diciembre 2012 03:38 PM
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Nota del Editor: Javier Bardem es el primer actor español en ganar un Oscar. Aparece en la película actual de James Bond, Skyfall, y otras de sus películas incluyen No Country for Old Men, Biutiful y Vicky Cristina Barcelona. Da click aquí para más detalles de su película Sons of the Clouds: The Last Colony. Da click aquí para conocer la Petición de la Fundación RFK sobre el oeste de Sahara.

Madrid (CNN) – La primera vez que fui al oeste del Sahara fue en 2008 al Sahara International Film Festival, el único en su tipo que se realiza dentro de un campo de refugiados. Poco a poco conocí la situación de esa región, la cual ha sido bastante olvidada por la mayoría de las agendas de los países e ignorada por los medios en general.

Como suele suceder con todos los que visitan esta área. Regresé en shock por el abuso de los marroquíes a los derechos de la gente saharaui. Solo estuve 10 días ahí. Desde entonces, he estado tratando de involucrarme en el asunto, y decidí hacer una película (Sons of the Clouds: The Last Colony) para tratar de llamar un poco la atención hacia este abandonado sector.

Marruecos es un fuerte y estratégico aliado, ubicado al norte de África, tanto de Europa como de Estados Unidos. Por supuesto que sabemos cómo funciona el mundo, entendemos lo que se conoce como real politik, en la cual los países tienen que lidiar con otros para aprobar o desaprobar acciones en nombre de "un interés económico o estratégico mayor", pero me pregunto si no debería de haber algo más importante que esas razones… alguna responsabilidad moral preventiva hacia los países que violan los derechos humanos.

El oeste del Sahara era una colonia de España hasta que murió el dictador Franco en 1975. Después de eso, el débil e inestable país cedió la tierra a Marruecos, tras haber sido invadido.

Marruecos tomó el control militar de dos terceras partes del territorio. Esta tierra, rica con fosfatos y bancos de peces, ahora es un área conocida como los territorios ocupados. Una gran parte de la población saharaui huyó a Argelia, donde ahora viven hasta 300,000 personas en campos de refugiados.

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La muerte de Franco fue el fin de un período muy oscuro para España, y lo último que querían era tener más conflictos con Marruecos. A la fecha, solo tiene un papel administrativo en el Sahara, de acuerdo con la ONU, pero es aún más importante la responsabilidad ética que tiene con la gente que vive ahí. No solo España, sino los aliados más fuertes de Marruecos como Francia y Estados Unidos, así como los líderes mundiales y miembros del Consejo de Seguridad de la ONU. Juntos deben de poner fin al sufrimiento de la gente Saharaui que está bajo la ocupación marroquí.

Christopher Ross, enviado de las Naciones Unidas, acaba de regresar de la región con un documento en el que se detallan muchos abusos a los derechos humanos por parte de las fuerzas ocupantes marroquíes. Él busca reunir a los partidos opuestos, el gobierno marroquí y el Frente Polisario Sarahui, para formular una licitación bajo el referéndum del tratado de paz de la ONU firmado en 1991.

Por su parte, Marruecos sugiere incorporar los territorios ocupados al estado federal, pero la gente saharaui no quiere ser parte de una nación que los invadió, abusó de ellos y los forzó a renunciar a sus recursos.

En los territorios ocupados se han comprobado violaciones a los derechos humanos de unas 200,000 personas saharauis. Está prohibido que más de dos o tres personas estén juntas en un solo lugar; se enfrentan a la violencia en las cárceles, y no tienen acceso a un juicio justo. Estas personas viven en la oscuridad.

Las autoridades no permiten la presencia de algún testigo internacional en los territorios ocupados con el fin de bloquear cualquier información al respecto.

Diciembre es una época clave porque Marruecos asumirá la presidencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, a pesar de continuar negando sus derechos a los saharauis.

Me temo que esto retrasará el proceso de solución al tema. Legalmente, el oeste del Sahara tiene la justicia de su lado, tan claro como una simple suma de dos más dos es igual a cuatro, entonces todo lo que bloquee una oportunidad de progreso debe ser superado.

Otra razón de peso es que después de todo, la Revolución Árabe empezó en el Sahara. Todo va de la mano, y a menos que las cosas mejores, es probable que grupos extremistas que no pertenecen a la zona podrían levantarse y complicar aún más la situación.

Polisario y los mismos saharauis no están de acuerdo con los musulmanes extremistas. Son una sociedad avanzada, construida por gente que demuestra su fe a la resistencia pacífica, la justicia internacional y las Naciones Unidas. Esta comunidad ha soportado los abusos por 35 años con paciencia y confianza en las resoluciones de las Naciones Unidas.

Queda claro que la resolución debe tener el interés de Marruecos, al igual que de la gente saharaui, y de la comunidad internacional para resolver el conflicto.

Cada país que tiene un voto en el Consejo de Seguridad debería importarle el problema, apoyar a Ross en sus esfuerzos por juntar a los dos partidos inmediatamente, y hacer presión en Estados Unidos, España y Francia. Los tres países son testigos y responsables clave para solucionar esta injusticia de la mejor manera y de una vez por todas.

Por el momento, la situación es crítica, la inestabilidad de la región aumenta y a los jóvenes saharauis se les acaba la paciencia, lo que podría desatar un movimiento violento ante la desesperación y frustración. Desde hace años, la situación ha sido muy injusta. No debemos cegarnos ante estos abusos. No importan las razones comerciales o estratégicas, lo importante es si deberíamos seguir permitiendo las violaciones a los derechos humanos en nombre del dinero.

Nota del Editor: CNN invitó al gobierno marroquí a dar su opinión sobre el artículo escrito por Javier Bardem. Esta es una respuesta de Khalfi Mustapha, ministro de comunicación.

El artículo de Javier Bardem presenta una imagen tendenciosa acerca de la situación en el Sahara. Le falta balance  y omite información acerca de los esfuerzos del gobierno marroquí por buscar una solución política duradera a este conflicto. Además hay una serie de información falsa que analizaré brevemente en cuatro puntos.

Primero, la descripción de las condiciones en los campos de Tindouf distorsionan la realidad. Human Rights Watch publicó en diciembre del 2008 un reporte sobre Derechos Humanos en el oeste del Sahara y en los Campos de Refugiados Tindouf que reporta casos de esclavitud y negación de los derechos a los disidentes como libertad de expresión o la oportunidad de regresar con sus familias en los campos. De ahí emergieron las violaciones por parte del Polisario, el caso de Mustapha Ould Salma, un oficial retirado y seguidor del plan de autonomía de Marruecos, es uno de los casos incluidos, además del de Allal Najem El-Kareh, artista saharaui, que fue objeto de malos tratos y censura por sus críticas al Polisario.

Después, Bardem dice que Christopher Ross, enviado de las Naciones Unidas “acababa de regresar con un documento detallado con varios abusos de derechos humanos”, pero no sustenta su declaración. El argumento de Ross no contiene esas cosas, en cambio, declara que “este conflicto debe de resolverse y yo creo que puede así si existiera el interés de tener un diálogo real y comprometido”.

A lo mejor el actor no sabe de las iniciativas de los representantes marroquíes por promover los derechos humanos en el Sahara. En 2004, la Instancia de Equidad y Reconciliación (IER por sus siglas en inglés) recibió casi 5,000 demandas y dio 72 millones de dólares a las víctimas y creó programas sociales para los mismos.

En el 2011, el Consejo Nacional de Derechos Humanos , una institución independiente, formado por saharauis, para monitorear, examinar, reportar y actuar ante los casos de abuso, al igual que otras 10 comisiones en diferentes zonas de Marruecos. La acción ha sido reconocida en el Consejo de Seguridad de la ONU, en su decisión No.1979 del 27 de abril de 2011.

El Sahara no está cerrado a los derechos humanos internacionales y a otras delegaciones. Hasta ahora 22 misiones extranjeras lo han visitado, el último fue un grupo de periodistas mandado por la Fundación Internacional de Medios de las Mujeres (IWMF por sus siglas en inglés). Anteriormente, Juan Méndez, investigador especial de tortura de las Naciones Unidas, declaró en una conferencia de prensa al final de la misión, que “la cultura de los derechos humanos está en crecimiento pero se necesitaba más”.

En segunda, la ignorancia de Bardem sobre datos básicos es alarmante. Él declara que la población estimada en el campo de Tindouf es de 300,000, lo que contradice las estimaciones del 2005 de la UNHCR cuando redujo ese número de 158,000 a solo 90,000.

También el Alto Comisionado para los Refugiados continuamente niega peticiones del Polisario y de Argelia para llevar un censo exacto de la población en el campo a pesar de la resolución del Consejo de Seguridad 2044 del 24 de abril de 2012 sobre el conflicto del Sahara. Para hacer constar esta declaración, Gordon Gray, vicesecretario asistente del Departamento de Estado de Estados Unidos en su presentación del 17 de noviembre del 2005 ante el subcomité de África dijo: “Hay reportes creíbles de que el Frente Polisario ha vendido porciones de la ayuda internacional de alimentos en el mercado negro”.

En tercera, Bardem declara –sin presentar ninguna evidencia– que el Sahara está en la oscuridad, que la población local está forzada a renunciar a sus recursos y que “España tienen un papel administrativo en el Sahara”. En realidad, España colonizó al Sahara a finales del siglo XIX y la tierra estuvo bajo la soberanía marroquí, que se resistió a la invasión española hasta 1934. También, muchos reportes del secretario general de la ONU presentan a “Marruecos como el poder administrativo del oeste de Sahara”, por ejemplo, en el reporte del 23 de mayo de 2003 al Consejo de Seguridad.

Con respecto al desarrollo económico y social, la región del Sahara ha documentado un nivel más alto comparado con muchas otras regiones de Marruecos. Son varias las instituciones democráticas existentes aparte de los 52 saharauis electos en el parlamento marroquí, quienes deliberan acerca de los proyectos de inversión y recursos naturales.

Entre el 2004 y el 2010 se han invertido mil millones de dólares en proyectos económicos y sociales: ahora más del 95% de la población tiene acceso a agua potable, el 93% tiene electricidad, hay cinco hospitales, 37 centros de salud y 139 establecimientos educativos.

El rango de pobreza en la región del Sahara se ha reducido de un 29.4% en 1975 a 6.2%. De hecho, las inversiones en la región superaron a cualquier ganancia generada. Por ejemplo, el sustento principal para que la mina de fosfato Phos-Boucoraa sobreviviera, tuvo que ver más con una razón social que económica. La compañía recientemente invirtió más de 325 millones de dólares para mantener a sus 1,900 trabajadores y más de 4.5 millones de dólares fueron para proyectos sociales en la región.

Finalmente, las acciones por parte de Marruecos han sido apreciados por todo el mundo. El Consejo de Seguridad notó, en varias resoluciones sobre todo la 1754, la 1783 y la 1813, los “serios y creíbles esfuerzos por avanzar en el proceso hacia una solución”. Estas declaraciones llegaron después de que Marruecos presentó un plan de autonomía del Sahara en respuesta al conflicto, y la cual fue adaptada como referéndum. Esto refleja la visión estratégica de mantener la estabilidad en el Gran Sahara, la región de Sahel y una mayor integración de Maghreb.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Javier Bardem y a Khalfi Mustapha.

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