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Banxico: el gavilán que busca ser paloma

Las acciones del banco frente a la inflación determinarán a qué clase pertenece, dice Marco Oviedo; el indicador deberá sortear riesgos, como la gripe aviar o sequías, agrega el analista de Barclays.
mié 20 febrero 2013 06:00 AM
El panorama de inflación será favorable en los siguientes dos años, considera Banxico. (Foto: Getty Images)
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En la jerga financiera se le denomina a un banco central "gavilán" si la entidad manda una señal al mercado de que la inflación le preocupa y que tomará acciones para controlarla. En caso contrario, si ve una inflación benigna, se le considera un banco "paloma".

Recientemente, el Banco de México mandó la señal de ser más "paloma" y dejó en claro que desea recortar la tasa de referencia, la cual se ha mantenido sin cambio desde julio de 2009.

Tras la crisis, diversos bancos centrales han aplicado política monetaria expansiva en un incremento de liquidez nunca antes visto en la economía mundial.

Toda vez que México es una economía relativamente pequeña, abierta y con tipo de cambio flexible, durante este tiempo Banxico ha podido transitar en esas aguas de extrema liquidez gracias a que el tipo de cambio ha sido la variable financiera de ajuste y que ha resultado exitosa al amortiguar los choques derivados del exterior.

Sin embargo, la extrema liquidez que ha persistido en los mercados financieros internacionales ha llevado a las tasas de interés en todo el mundo a niveles históricamente bajos.

México no ha sido la excepción. Las tasas de interés en el mediano y largo plazo se encuentran en niveles mínimos históricos.

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Por ejemplo, el bono gubernamental con vencimiento a 30 años paga hoy un rendimiento cercano al 6%, cuando en julio de 2009 era de alrededor de 9%. Y al parecer, esta abundante liquidez permanecerá un tiempo más.

Por otro lado, Banxico ha sido cuidadoso de cumplir con su mandato de mantener la inflación dentro de su rango objetivo antes de sumarse a esta ola de liquidez.

En los últimos dos años, la inflación del sector servicios, la cual se considera como la medida más cercana a las condiciones internas de la inflación, se ha mantenido en una tendencia descendente, llevando a la inflación subyacente a mínimos históricos en términos anuales.

Aunado a lo anterior, la inflación general se ha acercado al objetivo de 3% de manera acelerada tras haberse desviado en la segunda mitad de 2012 por los efectos de la gripe aviar en el precio del huevo.

Ante este desempeño, Banxico considera que el panorama de inflación será favorable en los siguientes dos años, esperando que se mantenga "cercana al 3% anual".

La inflación esperada y las bajas tasas de interés en el mediano plazo están poniendo sobre la mesa de la Junta de Gobierno de Banxico la posibilidad de un nuevo recorte de tasas de interés.

Los mercados han iniciado el proceso de "apostar" en qué momento y en qué magnitud será el recorte, sin consenso entre analistas.

En particular, el banco central mexicano indicó que esperará a que la "convergencia de la inflación se confirme". Esto implica que es necesario observar varios meses con inflación cercana a la meta para que la entidad considere recortar la tasa. Creemos que eso puede suceder quizás hasta junio.

En nuestra opinión, el recorte de tasas es deseable ya que corregiría las primas de riesgo entre el corto y mediano plazos en la curva de tasas, dando un menor rendimiento al segmento de corto plazo, y reduciendo el costo de financiamiento de la economía. Sin embargo, aún hay un largo y sinuoso camino por recorrer.

La inflación deberá sortear riesgos, como los nuevos brotes de gripe aviar, las sequías y el hecho de que los mercados financieros globales no están exentos todavía de incertidumbre adicional.

Por otro lado, todavía habrá que probar la estabilidad de la inflación subyacente en un contexto donde la economía seguirá creciendo cercana a su nivel potencial.

Al final, el mandato de Banxico le obliga a vigilar en todo momento el comportamiento de la inflación más allá de las consideraciones financieras o de crecimiento económico.  

Si la inflación no se consolida alrededor de la meta, el banco quizás tenga que reconsiderar el recorte, a pesar de la abundante liquidez que existe en el mundo. El gavilán no podrá ser paloma. Peor aún, si no recorta ahora, ¿entonces cuándo podría?

Marco Oviedo es analista en jefe en México para Barclays.

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