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OPINIÓN: Los jóvenes, la clave en la lucha a favor del matrimonio gay

Ellos salieron de las sombras para cambiar las actitudes en sus propias comunidades, vecindarios, oficinas y templos
jue 27 junio 2013 12:27 PM

Nota del editor: Yoruba Richen es una cineasta documentalista que ha dirigido y producido cintas en Estados Unidos y el extranjero. En su más reciente filme, The New Black, analiza la homofobia en el pilar institucional de la comunidad negra: la iglesia negra. La cinta ganó el premio del público en el festival AFI Docs. Richen también es profesora adjunta en el Posgrado de Periodismo de la CUNY.

(CNN) — Ha habido un cambio trascendental en la actitud de los estadounidenses hacia los derechos de los gays.

En 2012, una encuesta de Gallup demostró que el 59% de los adultos estadounidenses decían que las relaciones entre personas del mismo sexo eran moralmente aceptables, un aumento de 19 puntos porcentuales respecto a la de 2001.

Las encuestas muestran que la mayoría de las personas del país apoyan el matrimonio gay.

El tema llegó a las salas de la Suprema Corte y derribó una disposición clave de la Ley para la Defensa el Matrimonio (DOMA por sus siglas en inglés) y la Propuesta 8 de California, una inciativa aprobada por los votantes en la que se prohibía el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Mucho se ha escrito acerca de cómo los gays han dejado de ser una minoría denigrada en cuestión de décadas.

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Sin embargo, es importante recordar que este no fue un cambio mágico que ocurrió simplemente porque conocimos adorables personajes gay en programas de televisión como Will and Grace y Modern Family.

Gran parte se debe a las personas reales, encabezadas por los jóvenes que salieron de las sombras para cambiar las actitudes en sus propias comunidades, vecindarios, oficinas y templos.

Durante los últimos tres años, grabé The New Black, en la que examino la forma en que la comunidad negra aborda el tema de los derechos de los gays a la luz del movimiento por el matrimonio y la lucha por la equidad.

La cinta se centra en Maryland —donde hay un considerable sector de votantes negros— durante las elecciones de 2012. En ella documento la labor de los activistas para obtener apoyo a favor del referendo de igualdad para los matrimonios.

Figuran jóvenes como Karess Taylor-Hughes, quien pasó los últimos tres años pidiendo apoyo en las iglesias y comunidades negras.

La seguí por las calles de Baltimore y por los verdes suburbios del condado de Prince George mientras abordaba a personas de todos los estratos para demostrarles que la iniciativa por la equidad es una ramificación de los derechos civiles. Cuestionó que las personas negras, en vista de la lucha que han librado para obtener libertades, pudieran oponerse a otorgárselas a alguien más.

En Maryland vi que estos activistas desentrañaban el tema y buscaban comunicarse de una forma nunca antes vista. Fueron los jóvenes —los "nuevos negros" de la película— quienes presionaron a sus padres, a sus maestros y a algunos de sus clérigos para que entendieran que l os derechos de los gays son una extensión de los derechos civiles .

Esas conversaciones ayudaron a lograr un resultado muy diferente en Maryland en 2012, a diferencia de lo ocurrido en California en 2008. Por primera vez, el público votó a favor de la igualdad para el matrimonio.

Esas discusiones tenían lugar en varios hogares de todo Estados Unidos.

Incluso el presidente Barack Obama hizo una referencia a sus hijas —Malia y Sasha— al evolucionar y apoyar no solo a las uniones civiles, sino también a los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Pareciera que sus esfuerzos ahora han permitido alcanzar un nuevo nivel de entendimiento sobre los derechos y la percepción de los estadounidenses hacia las personas homosexuales.

Aunque aún hay muchas batallas por librar —acabar con los crímenes de odio, promover leyes que permitan las adopciones y terminar con la discriminación laboral—, cada vez es más notable que la comunidad gay es menos vista como un grupo rechazado que pide derechos especiales y mayormente considerados seres humanos que merecen derechos civiles, justicia e igualdad absoluta.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Yoruba Richen.

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