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OPINIÓN: La rendición de cuentas es innegociable y debe ser mayor y mejor

La aprobación de la nueva reforma en materia de transparencia resultó en algo ajeno a lo que los partidos inicialmente pretendían
mié 28 agosto 2013 06:55 AM
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Nota del Editor: Guillermo Ávila es asesor del área de Transparencia y Rendición de Cuentas del Centro de Análisis e Investigación  Fundar . Sigue la cuenta de twitter:  @FundarMexico

(CNNMéxico) —  La reforma constitucional en materia de transparencia se aprobó en la Cámara de Diputados después de un proceso complicado y que no daba visos de resolverse de manera favorable para la exigencia ciudadana de saber lo que hacen el gobierno y las instituciones.

De este proceso conviene destacar dos aspectos: por un lado, el proceso legislativo en sí mismo y, por el otro, el contenido de lo que se aprobó finalmente .

Desde el principio, señalamos con preocupación el contraste evidente entre la gestión del Senado y el de la Cámara de Diputados, no solo en términos del contenido de las propuestas, sino paradójicamente, de transparencia y participación ciudadana.

Las y los senadores acordaron, prácticamente desde el principio del proceso, abrir la información y ponerla disponible para quien quisiera consultarla . También organizaron una serie de foros de consulta con especialistas e interesados en el tema: organizaciones de la sociedad civil, investigadores académicos, funcionarios de los órganos garantes y de organismos autónomos y gubernamentales.

Las comisiones encargadas del dictamen en la Cámara de Diputados , por su parte, hicieron lo contrario: no hubo información, pública y oportuna, sobre sus reuniones o sobre las propuestas que presentaron las y los diputados, de manera individual o por grupo parlamentario.

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Una y otra vez, las organizaciones de la sociedad civil agrupadas en el Colectivo por la Transparencia y México Infórmate , solicitamos que publicaran esta información, para que cualquier persona interesada en el tema pudiera conocerla y, principalmente, para mantener el estándar que fijó el Senado, deseable para la elaboración de las leyes en cualquier democracia.

Las leyes no se hacen buenas a partir de la precisión en la técnica jurídica o porque tengan una gran altura de miras. El producto final del proceso legislativo debe también contar con la legitimidad política que se consigue mediante la confrontación de las ideas, el análisis crítico y la discusión abierta. Elementos ausentes hasta el último día en la Cámara de Diputados.

Hace dos semanas, la Junta de Coordinación Política anunció que habría un segundo periodo extraordinario y propuso discutir y aprobar la reforma de transparencia, a pesar de no haber acuerdo entre los principales grupos parlamentarios sobre su contenido. Para obtener más información sobre las posiciones de cada diputada y diputado, enviamos un cuestionario sobre nuestras preocupaciones más fuertes : la inatacabilidad de las resoluciones del IFAI, la inclusión de los partidos políticos como sujetos obligados directos, la facultad del IFAI para interponer acciones de inconstitucionalidad y el método de designación de las y los comisionados.  

Con las respuestas pudimos observar la falta de coincidencia en esos temas entre los grupos parlamentarios, lo que corroboramos durante la reunión de las Comisiones Unidas , en la que se aprobaron una serie de medidas regresivas para el régimen de transparencia y acceso a la información en México. Sin embargo, durante los tres días que siguieron a esa discusión, el Colectivo por la Transparencia y México Infórmate, así como otras organizaciones, académicos, el IFAI y los senadores, señalamos el retroceso que habría significado la aprobación de ese dictamen en el Pleno y los diputados del PRI, PVEM, PRD y Nueva Alianza atendieron nuestro llamado y cambiaron su postura.

Los avances que se mantuvieron de la minuta del Senado:

  1. La facultad para interponer acciones de inconstitucionalidad, porque permitirá proteger, de manera más amplia e incluso preventiva, el derecho de acceso a la información. El IFAI podrá impugnar cualquier ley que considere que puede atentar a la transparencia y el derecho de acceso a la información.
  2. El proceso de selección de las y los comisionados del Instituto prevé la participación de la ciudadanía, además de que se hace mayor la posibilidad de contar con perfiles cuya heterogeneidad permita un trabajo integral del Pleno del IFAI.
  3. Se hace obligatorio que las dependencias produzcan los documentos necesarios para registrar todas sus acciones, lo que evitará en buena medida las respuestas argumentando la inexistencia de la información.
  4. A partir de la entrada en vigor de esta reforma, las y los ciudadanos podrán solicitar información directamente a los partidos políticos, los cuales tendrán que modificar sus estructuras administrativas para cumplir con esta nueva obligación.

Sigue pendiente el tema de la inatacabilidad de las resoluciones del IFAI. La propuesta original del Presidente otorgaba la facultad de interponer un recurso de revisión ante la Suprema Corte de Justicia, si se consideraba que una resolución podría poner en riesgo la seguridad nacional, al Consejero Jurídico de la Presidencia, los Presidentes de ambas Cámaras y los titulares de los órganos constitucionales autónomos.

El Senado eliminó esa propuesta a partir de las opiniones de los especialistas pero, en la Cámara de Diputados, el PRI propuso incluirla de nuevo, ampliando los temas a la estabilidad financiera y las afectaciones a los derechos humanos. Se aprobó de manera limitada: ahora solamente el Consejero Jurídico tendrá esa prerrogativa si se trata de una afectación posible a la seguridad nacional, que se define mediante la ley.

La aprobación de esta reforma es un avance para la garantía del derecho de acceso a la información y también para la construcción —que en nuestro país se ha dado a trompicones— de un sistema de rendición de cuentas. Por ello conviene continuar con la exigencia ciudadana, hacia las instituciones del poder político, de más y mejor información, y de inclusión y apertura en la toma de decisiones.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Guillermo Ávila.

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