OPINIÓN: Y el IVA, ¿qué va a hacer contra el abandono de animales?

Nota del editor: Javier Rivera V. es vocero del grupo de Asociaciones Protectoras de Animales de México (APASDEM). Una agrupación creada en 2006 y que engloba a todas las organizaciones dedicadas a la protección animal en el país. Síguelos en Twitter:  @APASDEM  

(CNNMéxico) — Tras la presentación de la reforma fiscal propuesta por el presidente, Enrique Peña Nieto, algunos grupos de usuarios de redes sociales iniciaron una campaña contra el IVA en alimentos para animales, a través del hashtag #NOAlIVAenAlimentosParaAnimales.

Los argumentos que esgrime la iniciativa presentada por Peña Nieto en lo que se refiere a eliminar la tasa de 0% en IVA a alimentos procesados destinados a animales domésticos, en mi opinión, no son particularmente brillantes.

En la propuesta se expone  la supresión de la contribución que prevé la Ley del Impuesto al Valor Agregado  en la enajenación de alimentos procesados para perros, gatos y pequeñas especies, utilizadas como mascotas en el hogar, ya que se trata de alimentos que evidentemente no están destinados al consumo humano.

Además afirma que quienes adquieren estos bienes reflejan capacidad contributiva y, en consecuencia, es una manifestación de riqueza que deben ser gravada, por ser considerado un bien suntuario.

Si viviéramos en un país de primer mundo, donde virtualmente no existe fauna doméstica viviendo en las calles, donde la venta y tenencia responsable de mascotas es regulada debidamente, seguramente no habría objeción alguna. Sin embargo, sabemos que en nuestro país esto no es así. Considero que en su afán recaudador, la propuesta fiscal basa su punto de vista en una miope y simplista generalización, incapaz de discernir algunas realidades que conlleva el tema.

Para empezar, no todos los dueños de mascotas reflejan una capacidad contributiva, ni mucho menos representan manifestaciones de riqueza. Existe un amplio sector de propietarios que no compran (ni lo harían si pudieran) animal alguno. Tampoco poseen mascotas como bienes suntuarios, ni para venta y/o negocio o como señal de estatus social. Muchos de ellos adquieren una mascota por motivos muy distintos a los que enmarca la reforma fiscal.

Me refiero aquellos (tanto particulares como grupos organizados) que amparan o dan en adopción a animales que usualmente fueron rescatados de alguna situación como: abandono en las calles, abusos y maltratos, así como explotación reproductiva, negocios poco regulados, comercio ilegal, en peleas de animales o han sido rescatados del antirrábico. Este sector de propietarios, que también incluye a los protectores animales, ya de por sí tienen, dificultades para alimentar a sus animales mientras los rehabilitan.

Además pagan (de sus propios bolsillos) atención veterinaria, pensiones y esterilizaciones. Acciones que la propuesta fiscal ignora (o pretende ignorar), así como la importante labor social y de salud que realizamos para la comunidad que, en mi opinión es lamentablemente invisible para las autoridades, pues con limitados recursos propios intentan alejar o permiten retirar animales de las calles para trata de mitigar tanto la irresponsabilidad humana en el manejo y tenencia de mascotas, como la ausencia de iniciativas por parte de las autoridades contra el maltrato, abuso y la venta indiscriminada.

La aplicación del 16% de IVA a los alimentos para animales podría ser un factor determinante en el incremento de animales abandonados en las calles . Mientras nuestras las autoridades no regulen e intervengan -de manera efectiva- en la adquisición y tenencia responsable de mascotas, a fin de reducir o evitar la proliferación de los mismos, no se justifica que se haga más complicada la de por sí difícil labor de los propietarios y protectores de animales, quienes realizan un trabajo que debería ser apoyado por todos, incluido el gobierno mismo.

Cito el lema de la asociación 3Marías (@hogarT3Marías): "Amar y respetar a los animales no es un acto de bondad (ni de lujo, agrego yo), sino de justicia."

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Javier Rivera V.