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Reforma fiscal, un lastre para México

La reforma aprobada carece de sustento técnico y golpea a la clase media, dice Víctor M. González; el presidente nacional del IMEF afirma que esta decisión es un retroceso para la economía nacional.
lun 25 noviembre 2013 06:01 AM
Las modificaciones fiscales aprobadas por el Senado impulsarán el mercado informal. (Foto: Cuartoscuro)
fiscal

En vista de lo relevante, debatible y cuestionable que resultan las medidas planteadas en el Paquete Fiscal 2014, el IMEF considera necesario exponer algunos puntos de preocupación acerca del mismo:

  • No se trata de una reforma fiscal propiamente dicha sino de acciones fiscales recaudatorias. Para haberse concretado una reforma debió integrarse un cuerpo coherente de medidas; no solo enfocar el lado del ingreso sino también el del gasto público, su eficiencia y su transparencia.
  • Son acciones de impacto recesivo, no son procrecimiento, condición que la economía mexicana requiere en esta coyuntura.
  • No combate la informalidad ; al contrario, alienta el mercado laboral informal, la elusión y evasión fiscal. Debe insistirse en que la creciente informalidad es uno de los peores males de nuestra economía que no se está atendiendo. Hace falta un plan decidido y severo de incentivos para promover la formalidad, acompañado de medidas sancionatorias.
  • Las acciones son de carga regresiva, afecta de manera muy severa a la clase media. Ello, aunado con la informalidad, daña la equidad tributaria.
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  • Plantea utilizar la política fiscal para fines ajenos a los que fue diseñada; por ejemplo, promover una supuesta "política nutricional" con el gravamen del 8% a un grupo importante de alimentos.
  • La mayoría de las medidas no tienen un respaldo técnico que las avalen; por ejemplo, estudios de elasticidades de la demanda de bienes afectados por los gravámenes.
  • La improvisación que reflejan varias medidas indica que no se llevó a cabo una discusión seria y estructurada por parte de los diputados; se legisló con premura y poca seriedad.
  • Preocupa el aumento del endeudamiento público que está detrás de varias medidas, como es el caso de la pensión universal y previsiblemente el seguro de desempleo . Simplemente en el caso de la pensión universal, de acuerdo con las cifras que reporta el Consejo Nacional de Población, el grupo de adultos mayores aumentará su tamaño de 7.1 millones en 2010 a 9.8 millones en 2020, y a 23.1 millones en 2050. En contraposición, el número de personas en edad laboral alcanzará 73.3 millones en 2010; 82.6 millones en 2020; y 85.5 millones en 2050. Es decir, para el 2050 el número de personas adultas se triplicará, mientras que el número de personas en edad de trabajar tan solo se elevará en un 16% y serán ellos quienes deberán soportar la carga de esas pensiones.
  • Aumentar el déficit fiscal, aunque sea de manera transitoria, manda una señal totalmente inconveniente sobre el compromiso de la disciplina fiscal por parte del Gobierno.
  • El principio de gravar operaciones en Bolsa puede ser correcto; sin embargo, la tasa es demasiado elevada (considerando estándares internacionales) y constituye un desincentivo para el ahorro y la inversión y por ende para el crecimiento económico.
  • El principio de homologar el IVA en la frontera es correcto; sin embargo, para evitar impactos de choque graves sobre la economía fronteriza, debió plantearse de manera gradual a lo largo de varios años.
  • La reforma aprobada va en contra de la tendencia mundial de no tener impuestos al ingreso de las personas físicas tan elevados y de racionalizar el gasto corriente del sector público. Hubo ausencia de un "decreto de austeridad" para el Gobierno.
  • Elevar a rango constitucional la pensión universal y el seguro de desempleo puede tener consecuencias adversas muy graves, hoy palpables a nivel internacional, si a futuro no se logran los recursos suficientes para mantener tales compromisos. Este tipo de esquemas deben ser prefondeados para asegurar su sustentabilidad.
  • El incremento en las cuotas patronales en el seguro de enfermedades y maternidad (del 1.05% al 2.8% en las prestaciones en especie y del 0.7% al 1.8% en las prestaciones en dinero) representa también un fuerte golpe para el sector patronal, que sumado a la reforma para la homologación de bases para efectos del cálculo de cuotas obrero patronales con la base para el cálculo del impuesto sobre la renta de los trabajadores (en vías de ser aprobada por el Senado), tendrá un impacto mucho más grave, en detrimento del empleo formal y de los salarios y prestaciones a los trabajadores.

En conclusión, el IMEF considera altamente lamentable que el Congreso de la Unión haya aprobado un paquete fiscal con características tan perversas que obstaculizan el crecimiento y el bienestar de las familias y empresas mexicanas.

Se ha perdido una gran oportunidad para impulsar un auténtico cambio estructural fiscal muy necesario y ya largamente pospuesto. Es una lástima que sigan prevaleciendo los criterios políticos en vez de las consideraciones técnicas y argumentos serios para plantear medidas fiscales. Por ello el IMEF respalda a los demás organismos empresariales de México en expresar su rechazo a esta supuesta "reforma fiscal". 

*El autor es presidente nacional del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF). Su correo es: presidentenacionalimef@imef.org.mx 

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