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OPINIÓN: Las lecciones que nos dejó el referendum de Escocia

A pesar de no lograr su independencia, el ejercicio escocés es una excelente oportunidad de aprendizaje para democracias como la mexicana
mié 24 septiembre 2014 06:03 PM

Nota del editor: Arturo Espinosa es abogado especializado en temas electorales, con experiencia en derechos humanos, procesal y constitucional, actualmente.

(CNNMéxico)- En días pasados se llevó a cabo un referéndum en Escocia sobre su permanencia en el Reino Unido o su independencia. El fondo de la consulta realizada a los ciudadanos escoceses era una cuestión de identidad: ¿querían seguir formando parte del Reino Unido y con ello mantener el status quo o independizarse y tomar sus propias decisiones en todos los aspectos de su vida como nación?

El ejercicio no es desconocido a nivel internacional, sabemos que Quebec en Canadá ya ha pasado por un proceso similar, y Cataluña en España está buscando llevar a cabo su propia consulta sobre su independencia. Ya que en México la consulta popular es un tema novedoso, y que al parecer los partidos políticos la han agarrado de bandera proselitista, vale la pena destacar algunas lecciones que nos deja el referéndum escoces, de las cuales sin duda será necesario tomar nota:

1. Un proceso democrático. El tema sometido a consulta fue algo inédito para esta generación de escoceses, no existen precedentes sobre un referéndum similar, el último realizado fue en 1979, la consulta versó sobre el restablecimiento de la Asamblea Legislativa. El tema objeto de referéndum era trascendental para los ciudadanos escoces, e impactaba también en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte; la participación fue muy elevada, el debate y las campañas intensas. El voto de cada uno de los ciudadanos escoces tuvo la posibilidad de marcar un antes y un después en la vida de ese país.

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2. Un amplio debate previo sobre los pros y los contras de la independencia y la permanencia. La pregunta del referéndum fue: ¿debería Escocia ser un país independiente? Las respuestas posibles eran "Sí" o "No". En los meses previos al referéndum se debatieron las implicaciones de una u otra postura. El debate versó sobre la estabilidad de la economía escocesa, la moneda que se adoptaría en caso de aceptarse la independencia, la relación que tendría Escocia con el Reino Unido, la afiliación a la Unión Europea y la conservación de la monarquía, por mencionar algunos. Esto generó que los ciudadanos pudieran tomar una decisión debidamente informados de los beneficios y perjuicios que ella conllevaría.
 
3. Alta participación. Los ciudadanos escoceses se involucraron en el proceso: la participación fue mayor al 84% del padrón electoral, lo cual equivale a más de 3.5 millones de votantes. En gran medida esto se debió a que el tema sometido a consulta fue realmente trascendente para la vida de los ciudadanos escoceses, el debate generado sobre los beneficios y perjuicios de una u otra postura y las campañas de los defensores de cada postura fueron intensos. Llama la atención que tuvieron oportunidad de participar los ciudadanos mayores de 16 años, ello implica una reducción de la edad de los votantes.
 
4. Reconocimiento de los resultados. La agrupación política Yes Scotland fue la principal representante de la campaña por el «Sí» y la agrupación Better Together fue su contraparte por el "No". Al conocer los resultados derivados de la consulta, el resultado fue reconocido por unionistas y nacionalistas, además se aceptó la voluntad ciudadana, en el sentido de que la decisión adoptada se respetará hasta en tanto la actual generación de ciudadanos escoceses se renueve.
 
5. Conciliación entre las posturas. Si bien la pregunta realizada tenía solo dos respuestas, "Sí" o "No", al final es posible que todos los ciudadanos escoceses ganaran, no solo porque pudieron emitir su opinión sobre un tema trascendental para la vida de ese país, sino porque el referéndum no fue una cuestión de blanco o negro, por lo que si bien ganó la postura del no a la independencia de Escocia, el gobierno británico ofreció condiciones que otorgan mayor autonomía a Escocia, con lo cual los independistas no se van con las manos vacías.
 

Considerando que la consulta popular es una novedad dentro de la legislación mexicana, y de cara a las consultas que se plantearán a los ciudadanos el primer domingo de junio de 2015, mismo día en que celebrarán elecciones de diputados federales, así como de diversos cargos locales en 17 entidades federativas, será importante que autoridades, actores políticos y ciudadanos tomemos en cuenta algunos de estos puntos, de manera que más allá de la respuesta que se dé a la pregunta planteada, la consulta sea un verdadero ejercicio ciudadano en el que el electorado involucre a fondo en cada uno de los temas, se genere un debate serio y de fondo, y la participación sea amplia. 

Ello solo ocurrirá si los temas que se proponen son lo realmente atractivos y trascendentes para la ciudadanía, de manera que su voto pueda marcar realmente una diferencia. Eso lo veremos al tiempo.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Arturo Espinosa

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