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Industria de pagos, el ‘boom’ de un gigante

A nivel corporativo y de consumo, existen más opciones de oferta y oferentes, dice Pablo Castillón; tan solo el número de cuentas de banca móvil creció más de 250% en un año.
mar 21 octubre 2014 06:04 AM
Televisa y TV Azteca son propietarios de Iusacell a partes iguales. (Foto: iStock by Getty Images.)
smartphone (Foto: iStock by Getty Images.)

La industria de pagos cuenta con un número mayor de productos y participantes, los cuales crean nuevas formas de interconexión, así como una red más compleja e interdependiente. Si consideramos solamente los pagos de consumo, por lo menos hay tres veces más variedad de productos que hace una década, al igual que nuevas empresas pequeñas y medianas con ofertas competitivas en medios de pago. El cambio también está dentro de la cadena de valor de un nuevo perfil para los actores que deciden la agenda de la industria. Esto representa un reto estratégico para bancos, procesadoras, incluso, firmas de servicios de pago; cuyo resultado tiende a ser bueno para los usuarios, cada vez más sofisticados y demandantes de servicios a la medida.

¿Por qué la explosión de opciones de oferta y oferentes? Tanto en pagos corporativos como de consumo, se vive un ciclo virtuoso en donde firmas tecnológicas de todos tamaños acceden a bajo costo al mercado masivo, el cual responde premiando o castigando a gran escala. Basta con mejorar lo ya existente, pues el ecosistema del sector favorece modelos de negocio abiertos que permiten construir rápidamente soluciones combinadas. El resultado es que tanto en productos como en plataformas de creación y procesamiento de pago, los bancos y otros participantes compiten y cooperan con mayor ahínco en un mar de nuevas opciones. Con mayor preponderancia, esta compleja red redefine el rol que cada participante tiene dentro del contexto global.

La industria pareciera ponerse de cabeza. Los jugadores dominantes ceden espacio, pasando gradualmente control de los emisores hacia los adquirentes, de bancos hacia corporativos, de productos tangibles hacia digitales, de contextos estáticos hacia dinámicos, de infraestructura propia a procesamiento en la nube, del hemisferio norte hacia el sur. Por ello, estimamos que el mapa del sector se redibuje en los próximos años, hasta observar un ambiente distinto a finales de la presente década.

Actualmente, los elementos tradicionales se redefinen o se eliminan. La terminal punto de venta cambia, para integrarse a ella desde dispositivos móviles hasta dashboards para comercios que reducen el control de los emisores en la selección de los productos de pago al momento de la compra. La firma se vuelve electrónica y hasta biométrica; el uso de efectivo y de cheques va en constante caída; las tarjetas de crédito pasan de ser una lámina de plástico en la cartera física a un logotipo en la cartera electrónica.

En pagos corporativos, la oferta de los bancos a las tesorerías a través de sus unidades de Servicios Transaccionales se amplía, incluso se modifica, en respuesta a un mercado más sofisticado. Para los bancos, los retos incluyen el cortarle el paso a la desintermediación en pagos de bajo volumen y alto valor; reducir costos a través de la transferencia selectiva de infraestructura de pagos propia a servicios en la nube; y mantenerse al día en cambios acelerados de la conducta de mercado, como el naciente corredor “Sur-Sur” que liga a flujos de pago de China y Brasil, con países del sur de Asia, África y América Latina.

En México, los cambios son positivos para la población en general y las personas no bancarizadas en particular. De acuerdo a cifras del Quinto Reporte del Consejo Nacional de Inclusión Financiera (CNIF), el avance de sofisticación de México en materia de medios electrónicos financieros y de pago ha sido muy positivo. Los datos disponibles más recientes confirman que el número de cuentas de banca móvil creció más de 250% en un año, pasando de 247 mil en 2011 a 883 mil en 2012. En aquel entonces, se sumaron:

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  • Más de tres millones de nuevos usuarios de banca por Internet
  • 20 millones menos de transacciones con cheque
  • 267 millones más de pagos con tarjeta

El tema de nuevos participantes y oferta en pagos se considera asunto estratégico para el país. El reporte encabezado por Hacienda concluye que “el desarrollo de nuevos productos por parte de otros intermediarios financieros no bancarios que también estén integrados a los sistemas de pagos tradicionales… es fundamental para favorecer una integración de estos servicios en zonas rurales y marginadas del país, lo cual promoverá una inclusión financiera más efectiva”.

Aunado a lo anterior, la industria de pagos pasa por un periodo de gran inflexión, en donde la competencia y la regulación, así como la cooperación y la estandarización que se presenta a nivel mundial multiplican el grado de complejidad y posibilitan nuevos servicios en un ecosistema altamente creativo e interdependiente.

El autor es socio especialista en medios de pago y modelos bancarios de KPMG en México.

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