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OPINIÓN: El mundo le está exigiendo cuentas a México

Las ejecuciones en Tlatlaya y la desaparición de normalistas en Ayotzinapa ponen a las autoridades mexicanas en el ojo internacional
jue 20 noviembre 2014 11:45 AM
Fotos y veladoras en las escalinatas del Ángel de la Independencia, como parte de las manifestaciones para exigir justicia por el caso Ayotzinapa
Fotos y veladoras en las escalinatas del Ángel de la Indepen Fotos y veladoras en las escalinatas del Ángel de la Independencia, como parte de las manifestaciones para exigir justicia por el caso Ayotzinapa

Nota del editor: Rina Mussali es analista, internacionalista y conductora de Vértice Internacional y de la serie 2014: Elecciones en el Mundo, en el Canal del Congreso. Síguela en su cuenta de Twitter:  @RinaMussali

(CNNMéxico)— México está en el ojo internacional. Los casos de Tlatlaya y Ayotzinapa esfumaron los aplausos globales por el MexicanMoment y los convirtieron en reclamos de justicia para que el gobierno informe y rinda cuentas sobre este crimen que abate a la nación. Hoy, el mundo le presenta una doble cara a México: ser un actor que observa, examina y presiona por el esclarecimiento de la verdad al tiempo de ser un aliado estratégico para el ciudadano de a pie que a todas luces modela descobijado frente al Estado y crimen organizado trasnacional.

El lado más obscuro de México se dejó palpar en el escenario internacional. Hemos recibido una condena enérgica y una ola de indignación despertada en muchos países del mundo. Sobre Ayotzinapa han alzado la voz gobiernos, parlamentos, ONG, organismos regionales e internacionales. Destaca la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA que dictó medidas cautelares y firmó un acuerdo de asistencia técnica con el gobierno mexicano o la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos que se mostró "profundamente perturbada" por los jóvenes desaparecidos el 26 y 27 de septiembre, así como organizaciones no lucrativas que exigen castigo penal a los responsables materiales e intelectuales de los crímenes cometidos.

Lee: La gente debe "alzar la voz" por Ayotzinapa, dice el Nobel de la Paz 2014

El mundo le está exigiendo cuentas a México, una excelente noticia que empodera la voz de los invisibles y de muchos héroes anónimos que luchan todos los días para hacer de este país un país de leyes. Tratados internacionales, convenciones y diversos instrumentos del derecho internacional público que han sido firmados por el Ejecutivo Federal y ratificados por el Senado de la República están siendo recordados de manera puntual e inquisitiva por un mundo que no se contenta con respuestas dilatorias y tardías. México no vive aislado, hemos contraído derechos y obligaciones ante la comunidad internacional que no tarda en reaccionar cuando comprueba que muchos de estos instrumentos son letra muerta.

¿De qué sirve tener más mundo en México y más México en el mundo? El mundo nos sirve en momentos de auge y bonanza pero también en las deshoras del dolor, las crisis y las grandes tragedias nacionales. Cuando el sistema interno está desgastado y agujerado, la comunidad internacional organizada abre sus puertas para proteger al ciudadano indignado, rabioso y vulnerado. El mundo nos ofrece sus instancias jurídicas regionales e internacionales que emiten cuestionamientos, pronuncian recomendaciones yofrecen asesoría, ayuda técnica y reforzamiento de capacidades.

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La comunidad internacional se convierte en una fuerza vigilante de la toma de decisiones nacionales que impone plazos y fechas determinadas para dar respuestas. Las autoridades se sienten presionadas por esa mirada internacional que los cuestiona, les reclama y les demanda actuar. Precisamente el mejor incentivo para los ciudadanos desprotegidos y desconfiados es esa mirada que incomoda a la clase política mexicana que ha dado muestras definitivas de irresponsabilidad y que ha puesto al descubierto la red de complicidades con la corrupción y el crimen organizado trasnacional: un entramado que desvela la descomposición y el deterioro institucional poniéndole hora al descontento social.

Los mexicanos debemos de entender que el mundo nos sirve y nos beneficia en estos y otros momentos, pero que ya no podemos seguir siendo una sociedad tan parroquial y provinciana. El mundo es fuente de conocimiento, intercambio de experiencias, aprendizajes, oportunidades pero también partida de riesgos. Hoy muchos problemas de carácter nacional no se podrán resolver si fallamos en mirar como se resuelven en otros países del mundo. Quizá conjuntar la voz de la inconformidad afuera con las acciones de justicia que se demandan adentro pudiera ser una ecuación ganadora para nosotros los ciudadanos.

Por esta razón, el mexicano debe comenzar a ver al mundo como un aliado estratégico, que actúa a su favor cuando el gobierno no lo ve ni lo escucha. La ciudadanía mexicana debe comenzar a despertar y pensar más allá de su entorno inmediato.Buscar aliados estratégicos en el mundo y formar ciudadanía son las acciones que nos pueden marcar la ruta para frenar los abusos y excesos de los Estados que como el nuestro carga con una historia reprobada en materia de transparencia y rendición de cuentas.

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