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OPINIÓN: ¿Qué significa la victoria de Syriza para el sur de Europa?

La victoria de Syriza fue una señal del fallo de la estrategia política empleada para implementar austeridad en los países del sur de Europa
mar 27 enero 2015 05:55 AM
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Nota del editor: Alexandre Afonso es un catedrático en Políticas Comparadas en King’s College en Londres. Su trabajo analiza las reformas de austeridad al sur de Europa. Las opiniones expresadas son exclusivas del autor. Sigue a Alexandre Afonso en Twitter:  @alexandreafonso

(CNN)— Como era de esperarse, el partido radical de izquierda Syriza fue el gran ganador de las elecciones en Grecia, con solo dos asientos menos de los necesarios para tener la mayoría absoluta en el parlamento. Pero no queda claro si el nuevo primer ministro Alexis Tsipras será capaz de conseguir sus objetivos antiausteridad y renegociar los términos de la deuda griega con sus acreedores —y seguramente deberá hacer algunas concesiones para su compañero de coalición, el partido de derecha con agenda antiinmigración Griegos Independientes— .

¿Qué significa esta victoria para Grecia y para los países con deudas al sur de Europa? Para Grecia, este es un paso decisivo para el final de PASOK y Nueva Democracia, los partidos que han permanecido en el poder durante 40 años.

En segundo lugar, muestra los fallos de la estrategia política de la Troika (el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea) para implementar la austeridad en el sur de Europa confiados en que los partidos de centro formarán un cártel alimentado por los votantes.

La austeridad es, por supuesto, la principal culpable de la muerte de la política tradicional en Europa. Esto es debido a que ha minado el sistema patronal de los partidos populares, donde dos grandes partidos de centro-izquierda (PASOK) y centro-derecha (Nueva Democracia) confían en alternar el poder.

Por cuatro décadas, políticos de ambos partidos han construido su éxito electoral basados en la distribución de premios políticos a cambio de votos: el sector laboral público (para sus sindicatos afiliados), proyectos de infraestructura, protección contra la competencia por medio de licencias y mercados cerrados (para taxistas y camioneros), así como beneficios sociales dirigidos a ocupaciones específicas, entre otros beneficios para los militantes de ciertos partidos.

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Las “políticas de pork barrel” —término despectivo utilizado en Estados Unidos cuando los gobernantes destinan dinero para el financiamiento de proyectos de interés local a cambio de votos—, como se les conoce, han sido la piedra angular de la política griega y han sido responsables, en parte, de los graves problemas económicos a los que se enfrentan hoy en día.

Este costoso sistema fue capaz de sobrevivir a la alta inflación y a la devaluación de la moneda—antes del euro—o el aumento de la deuda pública—después del euro—. Pero cuando las tasas de interés del gobierno fueron rebasadas y ya no fue posible financiar los sistemas de gratificación, Grecia fue al borde de la bancarrota .

Cuando la Troika impuso un programa drástico de austeridad y liberalización, PASOK y Nueva Democracia perdieron todas las herramientas en las que habían confiado para mantenerse en el poder.  Al cerrar la llave del gasto público, se cortaron las muñecas: los votantes del sistema clientelista tradicional los abandonaron porque ya no tenían un programa ideológico más que liderar el país.

Este problema fue particularmente brutal para PASOK, que colapsó de casi 40% de apoyo antes de la crisis a 4% actualmente. Esto abrió paso para nuevos competidores de la izquierda (Syriza), que prometían una ruptura de las viejas élites, pero también de la extrema derecha (Aurora Dorada).

Lee: El líder de Syriza, Alexis Tsipras, ¿logrará sacar a Grecia de la crisis?

La victoria de Syriza fue una señal del fallo de la estrategia política que había sido empleada para implementar austeridad en los países con altas deudas al sur de Europa—una estrategia mejor descrita como “políticas de cártel”.

Las políticas de cártel implican la formación de alianzas políticas entre los partidos centristas para implementar la austeridad. Como firmas adversarias algunas veces acordaban ajustar los precios o los niveles de producción, los partidos rivales acordaron poner sus diferencias ideológicas de lado para alcanzar el poder juntos a pesar de la gran impopularidad de estas normativas.

Eso fue esencialmente lo que ocurrió en Grecia con los gobiernos de PASOK y Nueva Democracia, pero también en Italia con el gabinete tecnócrata de Mario Monti o la gran coalición de Enrico Letta, que unió al Partido Democrático (centro-izquierda) y al PdL de Silvio Berlusconi.

Lee: Así está Grecia cinco años después del rescate financiero

En Portugal, otro país con precarias condiciones económicas, el gobierno de minoría socialista de José Sócrates también se benefició del apoyo informal de su contraparte de centro-derecha para llevar a cabo medidas de austeridad y evadir la quiebra (que falló).

En España, el ascenso del partido de izquierda Podemos, también se explica por la falta de diferenciación entre las políticas de centro-izquierda y centro-derecha antes y durante la crisis, incluso si nunca se ha conformado una coalición de facto.

Formar cárteles políticos es comprensible en un contexto donde cualquier partido al mando debe pasar políticas impopulares (recortes al gasto público, aumento de impuestos) demandadas por los acreedores que costarán votos y alejarán a gran parte del electorado.

Es una buena manera de permanecer al mando durante un corto periodo de tiempo, pero es una forma terrible de mantener votantes a mediano y largo plazo porque no hay otra opción para los ciudadanos. No importa por quien voten, las políticas serán las mismas y eso será doloroso. El abstencionismo y la apatía crecen y los votantes se sientes atraídos a los competidores que prometen alternativas. Mientras la base de los partidos de centro se aminora, la otra forma de que permanezcan en el poder es mantenerse unidos y compensar la falta de votos hasta que su base electoral se disuelva tanto que no puedan permanecer en el poder.

Syriza es el primer competidor que rompe el cártel político de Grecia. El país debe tener un caso especial debido al colapso económico, pero otros movimientos también están apareciendo en el horizonte.

En España, Podemos ha liderado las encuestas a pesar del hecho de que fue creado hace menos de un año. En Italia, el movimiento cinco estrellas Beppe Grillo se ha abierto paso en las elecciones europeas- Otros surgirán si los políticos continúan con la creencia de que la democracia se puede detener para satisfacer al mercado.

Las opiniones expresadas en este texto pertenecen exclusivamente a Alexandre Afonso

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