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OPINIÓN: ¿La tortura ayudó a encontrar a bin Laden?

Un polémico reporte reveló que la información que llevó a encontrar al líder de al Qaeda no surgió de los interrogatorios coercitivos
sáb 04 abril 2015 06:36 PM

Nota del editor: Peter Bergen el analista de seguridad nacional de CNN, vicepresidente de New America y profesor en la Universidad Estatal de Arizona. Escribió el libro Manhunt: The Ten-Year Search for bin Laden -- From 9/11 to Abbottabad, en el que este artículo se basa en parte.

(CNN) – ¿Acaso los ahogamientos y las otras técnicas de interrogación coercitiva que se usaron con los detenidos de al Qaeda que estaban bajo custodia de la CIA sirvieron a la operación del grupo SEAL de la Armada estadounidense en la que murió Osama bin Laden en Pakistán durante la mañana del 2 de mayo de 2012?

El reporte que el Comité de Inteligencia del Senado estadounidense publicó el 9 de diciembre tiene una respuesta sencilla: ¡Por supuesto que no!

Según el reporte del Senado, un miembro de al Qaeda detenido proporcionó la información esencial gracias a la que se descubrió la identidad del mensajero de bin Laden, Ahmed al Kuwaiti (Ahmed el kuwaití, cuyas actividades finalmente revelaron a la CIA en dónde se escondía bin Laden en Pakistán), antes de que lo sometieran a los interrogatorios coercitivos de la CIA; dicha información se basó también en datos que brindaron algunos de los detenidos que se encontraban bajo custodia de gobiernos extranjeros. (El reporte es omiso respecto a la interesante cuestión de si alguno de estos gobiernos extranjeros anónimos obtuvo información alguna por medio de la tortura).

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También se obtuvo información esencial sobre el kuwaití por medio de técnicas convencionales de recopilación de información de inteligencia, no a través de los interrogatorios de alguno de los detenidos en custodia de la CIA, según el reporte.

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Peor aún para la CIA (que constantemente defiende la supuesta utilidad del programa de interrogatorios y la cacería de bin Laden), varios de los prisioneros a los que se sometió a los interrogatorios coercitivos constantemente proveyeron información engañosa diseñada para alejar a los interrogadores de la CIA del mensajero de bin Laden que a final de cuentas sería la clave para encontrar al líder de al Qaeda.

El reporte del Senado ofrece el relato más completo hasta la fecha sobre la secuencia precisa de los avances de los servicios de inteligencia que causaron que la CIA determinara que el mensajero, el kuwaití, probablemente vivía con bin Laden en Pakistán.

Esto parece más una meticulosa novela detectivesca de Agatha Christie que una historia sobre la eficacia de los interrogatorios coercitivos, que para algunos equivale a tortura.

En el reporte se señala que el mensajero estaba en contacto con Khalid Sheikh Mohammed, el comandante de operaciones de los ataques del 11-S y que se determinó la existencia de esta comunicación a través del análisis de inteligencia de las señales de los teléfonos y del intercambio de correos electrónicos en 2002, mucho antes de que los detenidos de la CIA hicieran patente esa conexión.

De hecho, en un pie de página fascinante se señala que los "cortes de voz" del mensajero se recopilaron por primera vez en 2002; ocho años más tarde se compararon con la voz del kuwaití y se "geolocalizaron" en 2012 en una región de Pakistán dentro de la que se movía. Esta fue una pista esencial que ayudó a que la CIA examinara el misterioso complejo de Abbottabad , Pakistán, en donde bin Laden se ocultaba.

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En 2002, los reportes de cuatro detenidos en custodia de gobiernos extranjeros proveyeron información importante respecto a la edad, la apariencia y los familiares del mensajero, información que también se había obtenido antes de que se obtuviera información por parte de los detenidos en custodia de la CIA. Los detenidos en custodia de los gobiernos extranjeros también dijeron que el mensajero era cercano a bin Laden.

Fue Hassan Ghul, un agente de al Qaeda al que capturaron en el Kurdistán iraquí, quien hizo el relato más detallado sobre el mensajero de bin Laden y de su relación con este en enero de 2004, antes de que quedara bajo la custodia de la CIA.

De acuerdo con un agente de la CIA al que se cita en el reporte, Ghul (quien estaba bajo custodia de los kurdos) "cantó como un pajarito. Confesó de inmediato y cooperó desde el principio".

Ghul dijo que el mensajero era el "asistente más cercano" de bin Laden y "uno de los tres individuos con los que probablemente está". Además, reveló que bin Laden tendría seguridad mínima y que "probablemente vivía en una casa con alguna familia en algún lugar de Pakistán".

Si bien había información de inteligencia de calidad procedente de fuentes que no estaban bajo la custodia de la CIA, el reporte del Senado demuestra que los detenidos bajo la custodia de la CIA a los que sometieron a interrogatorios coercitivos se esforzaron para ocultar la importancia del mensajero de bin Laden.

Se sometió a cinco de los detenidos de al Qaeda de mayor rango que estaban bajo la custodia de la CIA a las técnicas de interrogación coercitiva más intensas y de formas distintas dijeron que el mensajero trabajaba solo con miembros de bajo rango de al Qaeda; que no era el mensajero de bin Laden; que no era cercano al líder de al Qaeda, y que solo se concentró en su familia luego de haberse casado en 2002. Desde luego, nada de esto era cierto.

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Es evidente que la CIA no está conforme con la impresión que da su trabajo en el reporte del Senado y días después publicó una refutación en su página web en la que señala que los detenidos "en combinación con otras fuentes de información de inteligencia" sirvieron para encontrar a bin Laden.

La CIA cita a un detenido en particular: Ammar al Baluchi, a quien sometieron a interrogatorios coercitivos y proveyó lo que la agencia considera la primera información que indica que el kuwaití era en realidad el mensajero de bin Laden y no solo un miembro ordinario de al Qaeda.

La refutación de la CIA no es tan convincente como la historia tan detallada que se relata en el reporte del Senado, que se basa en abundantes notas sobre las fuentes.

En todo caso ¿los interrogatorios de los miembros de al Qaeda detenidos realmente fueron la clave para encontrar a bin Laden? Después de todo, pasó casi una década desde que se identificó por primera vez al mensajero hasta que encontraron a bin Laden.

Ciertamente hubo algunos avances clave que no tienen mucho que ver con los interrogatorios a los detenidos, cosa que descubrí durante las investigaciones para mi libro, Manhunt.

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Un gran avance, según las autoridades del contraterrorismo estadounidense, ocurrió en 2007, cuando un servicio de inteligencia extranjero al que no se identificó informó a la CIA que el verdadero nombre del kuwaití era Ibrahim Saeed Ahmed.

Aún pasarían tres años más para que la CIA encontrara a Ibrahim Saeed Ahmed en Pakistán, un país de 180 millones de habitantes. Se requirieron arduos esfuerzos para analizar ríos de conversaciones telefónicas para tratar de localizarlo a través de sus familiares y su círculo de conocidos.

En junio de 2010, el kuwaití y su hermano cambiaron la forma en la que se comunicaban vía teléfono celular, lo que repentinamente abrió la posibilidad de localizar vía satélite sus teléfonos, según las autoridades del contraterrorismo estadounidense.

Finalmente, en algún momento a mediados de 2010, el kuwaití recibió una llamada de un viejo amigo del golfo Pérsico, un hombre al que vigilaban los servicios de inteligencia estadounidenses. "Te hemos echado de menos. ¿En dónde has estado?", preguntó el amigo. El kuwaití respondió con una elipsis: "estoy de vuelta con la gente con la que estaba". Hubo una pausa tensa en la conversación mientras el amigo reflexionaba sobre la respuesta. Probablemente se dio cuenta de que el kuwaití estaba de nuevo dentro del círculo íntimo de bin Laden y respondió, luego de dudar un poco, "que Dios procure".

La CIA tomó esta llamada como la confirmación de que el kuwaití seguía trabajando con al Qaeda, cosa de la que los agentes no estaban del todo seguros.

La Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos estaba escuchando esta conversación y pudo determinar la ubicación del teléfono celular del kuwaití por medio de tecnologías de geolocalización. Sin embargo, el kuwaití seguía medidas de seguridad operacional rigurosas y siempre se cuidaba de poner la batería y encender su teléfono cuando estaba cuando menos a una hora de camino del complejo de Abbottabad en donde vivían él y bin Laden. Tratar de encontrar en dónde vivía el kuwaití monitorizando su teléfono celular no serviría de mucho.

En agosto de 2010, un "activo" pakistaní que trabajaba para la CIA rastreó al kuwaití y lo encontró en la bulliciosa ciudad de Peshawar, en donde bin Laden fundó al Qaeda más de dos décadas atrás. En la época en la que bin Laden vivió en el complejo de Abbottabad, el kuwaití pasaba regularmente por Peshawar ya que es la entrada a las regiones tribales pakistaníes en donde al Qaeda se reintegró en los años posteriores al 11-S.

Una vez que el agente de la CIA identificó la característica camioneta blanca del kuwaití en Peshawar, la CIA pudo seguirlo en su camino a su casa en Abbottabad, a más de dos horas hacia el este.

El enorme complejo en el que el kuwaití finalmente se apeó llamó de inmediato la atención de la agencia porque no tenía teléfono ni servicio de internet, lo que implicaba que sus propietarios no querían que los detectaran.

Pronto, algunos de los funcionarios de la CIA llegaron a creer que el mismo bin Laden vivía allí.

Tenían razón, desde luego .

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Peter Bergen.

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