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OPINIÓN: De la tragedia griega a una tragicomedia mexicana

La situación del país europeo desde el inicio espera un terrible desenlace, en la mexicana se esperan siempre cambios espectaculares
mié 15 julio 2015 08:28 AM

Nota del editor: Fernanda Diez es autora, economista y abogada por la Universidad de la Américas; es Directora de Relaciones Institucionales del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).

Las últimas semanas el mundo ha sido espectador de la tragedia desarrollada entre Grecia y sus acreedores . Se llevó a cabo un referéndum, donde el pueblo heleno decidió dar un "no" a la Unión Europea y exigir así una mejor negociación para hacer frente a una crisis trágica y a una deuda galopante.

Al final, el "no" solo sirvió para que Europa y Grecia renegociaran los tiempos de pago...  Tsipras, primer ministro, tuvo que aceptar condiciones aún peores a las propuestas antes del referédum . Entre ellas está el tema de pensiones... cuyas restricciones son todavía más estrictas. El mercado laboral también sufrió un recierte y habrá un fondo con activos "privatizables" para que, con su venta, se pueda reducir la deuda. La afrenta la aceptó un gobierno que sólo días antes, promovió un "inamovible no".  

La tragedia griega pasó del género literario a la realidad. Durante la función el público observa avances, mientras los actores se desgarran las vestiduras y el desenlace, sin importar lo narrado, siempre termina mal. Lo mismo ocurrió con el referéndum: no importó la decisión que tomó el pueblo heleno, pues el coro europeo dictó, al final, medidas draconianas.

La trama se cumple. Estamos en medio de una tragedia de la cual aún ignoramos el final. Sólo dan ganas de llorar.

En México, por otro lado, tenemos un género diferente: la tragicomedia.

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En efecto, se trata de una tragedia, pero reímos de ella. Se fugó el Chapo Guzmán y recurrimos a la broma, los "memes" y a comentarios jocosos.  Nos burlamos de las 3,250 toneladas de tierra que nadie vio sacar del túnel de un kilómetro y medio de longitud y, por ende, de los 379 camiones cargados que salieron de una casita en construcción.

No soslayamos el silencio omnímodo en la realización del túnel, ni olvidamos que expertos de la UNAM instruyeron al personal del penal para utilizar la tecnología del Radar de Penetración Terrestre (GPR)... la cual nadie utilizó.

Proponemos, entre sorna y anhelo, al Chapo como nuevo secretario de comunicaciones. Así, podría reconstruir la línea 12 del Metro en tiempo récord y sin ocasionar molestias a los vecinos.

Surgen las teorías de la conspiración y nadie deja de señalar la “coincidencia” que en dos de los peores escándalos de la presente administración (la Casa Blanca y el Chapo), el Presidente de la República estuviera en las nubes (volando a China y a Francia) .

Volvemos todo broma... pero en ella nos dolemos de reconocer cómo el Estado de Derecho no existe en nuestro país. ¿El colmo de la burla? Que se escapara justo "el día del abogado".

El escarnio se vuelve mundial y nuestro odiado Trump, celebra en Twitter con un “se los dije” . Recordamos dolores pasados, como el no era penal” del mundial de futbol y lo acomodamos para otro chiste, otra broma, pues el Chapo, aunque no precisamente futbolista, es especialista en penales.

Así, mientras en la tragedia griega, desde el inicio se espera un terrible desenlace, en la tragicomedia mexicana y desde el inicio, esperamos cambios espectaculares, lograr el campeonato del mundo (jugar como nunca y perder como siempre), cambiar la historia en un sexenio. 

Los ejemplos sobran: "sacaré a las víboras tepocatas en 15 minutos", Vicente Fox; "defenderé el peso como un perro", José López Portillo; "seré el presidente del Empleo", Felipe Calderón; “Mover a México”, Enrique Peña Nieto…

La trama de desenvuelve y el público espera final de telenovela... pero lo que se viene es drama puro. Así, de forma involuntaria, trocaremos el desastre en tragicomedia, burlándonos de todos, porque para no llorar, reímos a carcajadas.

Las opiniones de Fernanda Díez Torres son a título personal y no representan necesariamente el criterio o los valores del CEEY o de CNNMéxico.

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