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OPINIÓN: Desarmar a Corea del Norte será más difícil con una diplomacia rota

Con poca visión para el futuro, la mano del presidente de Estados Unidos en la diplomacia de la ONU es más débil que la que tuvieron sus predecesores sobre Corea del Norte, opina Nic Robertson.
vie 08 septiembre 2017 06:28 AM
Corea del Norte
Corea del Norte El que Kim sea una amenaza global habla claramente de los peligros de las carencias diplomáticas de Trump. (Foto: KCNA/REUTERS)

Nota del editor: Nic Robertson es editor de diplomacia internacional de CNN. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.

(CNN) — Kim Jong Un se ha adelantado al mundo. Su meta de ser una amenaza nuclear global parece casi cristalizada. Esa es la opinión del hombre cuya misión habría sido acorralar la capacidad nihilista de Kim a las armas convencionales, si se le hubiera dado la oportunidad.

Por desgracia, para Yukiya Amano, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), a quien entrevisté esta semana, faltó la diplomacia necesaria para que sus inspectores tuvieran acceso a los nefastos sitios nucleares de Corea del Norte.

Por desgracia para el resto de nosotros, esa escasez de diplomacia no tiene miras de cambiar.

Los inspectores del OIEA consiguieron acceder, aunque a veces en problemas, a Corea del Norte cuando las potencias mundiales del mundo han estado en cierto modo alineadas.

Los seis actores que otrora estuvieron involucrados en las conversaciones (Estados Unidos, China, Rusia, Corea del Sur, Japón y por supuesto Corea del Norte) tuvieron una breve concertación de intereses desde principios de 2007 hasta finales de 2008, hasta que Kim Jong Il, padre del actual líder norcoreano, rechazó y expulsó a los monitores del OIEA del país.

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Hoy, Rusia y China se suman a Estados Unidos en el tema de Corea del Norte, han unido sus fuerzas diplomáticas para exigir un enfoque quid pro quo (freeze for freeze) en la península coreana. Este plan haría que Estados Unidos y Corea del Sur detuvieran sus ejercicios militares a cambio de que Kim suspendiera sus pruebas nucleares.

Pero la embajadora estadounidense en la ONU, Nikki Haley, ha declarado que este plan no es viable, arguyendo que mientras Kim amenaza a Estados Unidos, ahora no es el momento de escatimar los ejercicios con los aliados.

Lee: Corea del Norte avisa a EU de más 'regalos' tras su última prueba nuclear

El abismo entre Estados Unidos por un lado y Rusia y China por el otro no había sido en los últimos años tan ancho como ahora.

Desde su llegada al poder, el presidente Trump ha vacilado entre los brazos abiertos y la hostilidad abierta con ambas naciones. Ahora, por esa inconstancia, ninguno de los dos países (que tienen el poder de vetar las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU) sabe qué esperar de Washington, por lo que tiene sentido que se preparen para lo peor.

El presidente de Rusia Vladimir Putin está siendo particularmente belicoso, ha descrito la situación de Corea del Norte como otro Iraq, implicando que Estados Unidos es un matón al borde de una invasión vana y desastrosa .

China teme las advertencias de Trump de una guerra comercial. Estos temores podrían verse amplificados por las recientes amenazas de Trump de cortar el comercio con cualquier país que haga negocios con Corea del Norte.

En estos momentos, nada que salga de Washington da confianza a China o Rusia.

Y así como China tiene su propia agenda, también la tiene Putin.

El mandatario ruso quiere ser protagonista en todos los asuntos mundiales. Rusia todavía está sufriendo las sanciones occidentales impuestas en respuesta a su invasión de Ucrania, la anexión de Crimea y sus acciones en Siria. Pero el Foro Económico Oriental en Vladivostok, con su repentina atención en los actores regionales en la crisis de Corea del Norte, convierte automáticamente a Putin en un mediador clave.

Putin dijo abiertamente que la demanda de Haley de un último intento diplomático y más sanciones de la ONU sobre Corea del Norte era "inútil".

Lee: Las 7 sanciones de la ONU contra Corea del Norte

Por supuesto, en esta situación, Trump no tiene a nadie a quien culpar más que a sí mismo. Incluso sus aliados están en guardia y recelan de él.

El pasado fin de semana tuiteó que el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, “contemporizaba” con Kim. Hace unas semanas amenazó con soltar "fuego y furia" sobre Corea del Norte, y unos días después dijo que incluso eso no era suficiente.

Mientras Haley decía al Consejo de Seguridad de la ONU que Kim estaba "pidiendo una guerra", el embajador de Gran Bretaña, un aliado de Haley, emitió un tono más moderado, recordando a los diplomáticos reunidos que las sanciones estaban funcionando.

Otros aliados de Estados Unidos también han mantenido su distancia. La alemana Angela Merkel y el francés Emmanuel Macron emitieron declaraciones conjuntas sobre el ensayo nuclear de Corea del Norte, enfatizando no solo las sanciones de la ONU, sino también las sanciones europeas.

Mientras el presidente chino Xi Jinping y Putin planean a largo plazo, los seguidores de Trump en Twitter alimentan su naturaleza impulsiva. Poco ayudan para promover los intereses de Estados Unidos, o incluso los del propio Trump.

Trump está pagando la factura de su irascibilidad y tanto Rusia como China la ordeñarán según les convenga a ellos y a sus intereses nacionales.

Ambos países temen un resultado que incremente la influencia estadounidense en la región. Ahora es el momento ideal para triturar todos los grandes y pequeños agravios que tienen contra Trump.

Tal animosidad hace que la mano del presidente de Estados Unidos en la diplomacia de la ONU sea más débil que la que tuvieron sus predecesores sobre Corea del Norte. No solo porque Kim está mucho más cerca de tener armas nucleares, sino porque la inclinación de Trump de abordar cada tema sobre la marcha con poco ojo para el futuro está volviéndose en su contra.

Desde que llegó al poder hace siete meses ha antagonizado a sus adversarios y distanciado a sus amigos.

Y pese a todo, Amano en la OIEA vive en la esperanza de la diplomacia. Mientras Kim ultima su mortal arsenal de armas nucleares, Amano está intensificando la disposición y preparación de la OIEA, por si las sanciones consiguen que Kim se siente a negociar y permite que los inspectores entren al amurallado reino.

Amano no puede decir si la amenaza norcoreana de la bomba de hidrógeno ya es una realidad, o lo que sus inspectores pueden hacer si esto es así. Pero su insólita conversación con este periodista y su advertencia de que Kim es ahora una amenaza global hablan claramente de los peligros de las carencias diplomáticas de Trump.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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