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La hormona oxitocina puede auxiliar en el tratamiento de fobias y autismo

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mié 31 marzo 2010 09:25 AM
Sin Pie de Foto
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La hormona oxitocina, denominada popularmente como "la hormona del amor y del contacto social", podría utilizarse en el tratamiento de afecciones psiquiátricas como el autismo o la fobia social, según una investigación realizada por el Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia, y el Welcome Trust Functional Imaging Laboratory de Londres.

El estudio, publicado en la revista Journal of Neuroscience, señala que la oxitocina es un neuropéptido segregado por el cuerpo cuando, por ejemplo, recibe un masaje, en el parto o durante la lactancia, y que tiene efectos relajantes y analgésicos.

Según varios estudios realizados en animales, la oxitocina aumenta la capacidad de interacción social entre individuos, como en el apareamiento, por su influencia directa sobre la amígdala, zona importante para la interacción social y para detectar amenazas emocionales en el entorno.

La investigación mencionada se realizó con 15 hombres, a quienes se les aplicó oxitocina o placebo intranasal, modalidad que envía el neuropéptido más rápidamente al cerebro.

Durante el estudio, se les pidió a hombres -cuya edad promediaba los 27 años-, que observaran fotos de cuatro rostros distintos; dos de las imágenes se combinaban a veces con una descarga eléctrica mínima, pero desagradable.

Los investigadores comprobaron que las fotografías seguidas de pequeñas descargas resultaban más desagradables que las otras.

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Mientras los sujetos observaban las fotografías se registró su metabolismo cerebral a través de la técnica de Resonancia Magnética Funcional.

En los sujetos que habían desarrollado la sensación de repulsión hacia ciertas imágenes se encontró un incremento de la actividad de la amígdala, que es un área relacionada con el procesamiento de emociones, y del área fusiforme, encargada de procesar el reconocimiento de rostros.

Los investigadores administraron oxitocina en aerosol a la mitad de los sujetos y placebo en la misma forma a la otra mitad, y observaron un cambio interesante.

Al mostrarles de nuevo los dos rostros antes emparejados con las descargas a las personas tratadas con oxitocina, éstas aseguraron que ya no les resultaban desagradables en absoluto.

No obstante, el grupo tratado con el placebo insistió en la sensación de repulsión ante dichas imágenes.

A nivel cerebral se observó una reducción de dicha actividad, mientras que los tratados con placebo seguían presentando alto índice de actividad en la zona.

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