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Simplicidad, trascendencia y karma, las bases de la religión de Steve Jobs

El cofundador de Apple desarrolló un lado espiritual basado en su educación, el budismo, la simplicidad y el interés por dejar huella
jue 06 octubre 2011 11:24 AM

Es bien sabido que el secreto del éxito meteórico de Apple en el mundo de la tecnología de consumo fue la visión, el liderazgo y la creatividad de Steve Jobs , el célebre fundador de la compañía.

"Steve construyó una empresa y una cultura que es diferente a la de cualquier otro lugar del mundo y vamos a permanecer fieles a eso, está en nuestro ADN", escribió Tim Cook, el sucesor de Jobs, en el comunicado al personal después de Jobs renunció a su puesto como director ejecutivo de Apple en agosto.

De lo que se habla menos es de lo que motivaba a Jobs, quien murió el miércoles a los 56 años.

Al igual que con cualquier persona, su educación y sus experiencias moldearon sus valores. Nació en 1955 en San Francisco y se crió en medio del surgimiento de la contracultura hippie. Bob Dylan y Los Beatles eran dos de sus músicos favoritos, y compartía con ellos sus inclinaciones políticas, sus puntos de vista contra lo establecido, y al parecer, la experimentación juvenil con el uso de sustancias psicodélicas.

Se dice que el nombre de la empresa de Jobs se inspiró en Apple Corps de Los Beatles, que en repetidas ocasiones demandó al fabricante de productos electrónicos por infracción de registro de marcas hasta que firmaron un acuerdo exclusivo de distribución digital con iTunes. Al igual que Los Beatles, Jobs tuvo un retiro espiritual en India y regularmente caminaba descalzo por su barrio y en la oficina. Viajar por India provocó la conversión de Jobs al budismo. 

"La vida es una cosa inteligente"

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El renacimiento es un precepto del budismo y Apple experimentó el renacimiento, cuando Jobs regresó, después de que fue despedido, para rehacer una empresa que había caído al borde de la quiebra.

"Creo que la vida es una cosa inteligente, que las cosas no son al azar", dijo Jobs en una entrevista de 1997 con la revista Time, en un vistazo de su complicado sistema de creencias que se extendía mucho más allá de las enseñanzas budistas.

El karma es otro de los principios de la religión, pero no parece ser un sistema bajo el que viviera Jobs. Si hubiera temido que el karma regresaría a cobrarle, ese sentimiento no era visible en sus declaraciones públicas acerca de la competencia y de sus antiguos colegas, que calificaba de "payasos" que carecían de gusto. Por ejemplo, los que trabajaron para él, lo describían como un tirano al que temían encontrarse en el ascensor.

"Usted se sorprendería de lo duro que trabajan las personas aquí”, dijo Jobs en una entrevista de 2004 con la revista BusinessWeek. "Ellos trabajan en las noches y durante los fines de semana, a veces no ven a sus familias por un tiempo. Pueden estar hasta la Navidad para conseguir la herramienta correcta en una fábrica en un rincón del mundo para que nuestros productos puedan salir".

Algunos ingenieros que trabajaron incansablemente en la Mac original terminaron el proyecto separados de sus cónyuges e hijos. La incansable ética de trabajo de Jobs pudo haber sido formado por algunos de los problemas de su familia disfuncional también.

"He hecho cosas de las que no estoy orgulloso"

Jobs fue adoptado por Clara y Paul Jobs, quienes le prometieron a su madre biológica, Joanne Simpson (quien más tarde localizó a Jobs con la ayuda de un investigador privado), que lo iban a enviar a la universidad. Abandonó el Reed College después de un semestre y nunca estuvo dispuesto a hablar con su padre biológico.

Jobs tuvo una hija, Lisa, fuera del matrimonio con Chrisann Brennan. Negó la paternidad durante muchos años y juró en un documento judicial que era estéril. Más tarde, tuvo tres hijos con Laurene Powell.

"He hecho muchas cosas de las que no estoy orgulloso, embarazar a mi novia cuando tenía 23 años y la forma como lo manejé", dijo Jobs en un comunicado en 2011 para promover su biografía autorizada. Aquellos capítulos fueron antes de que se convirtiera al budismo y al karma.

"Los valores centrales son los mismos"

Las escrituras budistas, según la tradición, se transmitieron en secreto, al igual que muchas de las relaciones comerciales de Apple y las luchas personales de Jobs. Al igual que el secreto con el que rodeaba el desarrollo de los productos de Apple, Jobs rechazó la mayor parte de las solicitudes para una entrevista y se negó a revelar los detalles de su cáncer hasta después de someterse a una operación. En cualquier caso, siempre jugó bajo sus propias reglas.

Los que revelaron sus secretos o hablaban calladamente sobre su compañía fueron castigados o amenazados. Apple demandó y finalmente llegó a un arreglo con el bloguero anónimo detrás de Think Secret, que informó con precisión sobre los rumores de Apple en la década de 2000.

Y luego está la historia del prototipo de un iPhone 4 que se perdió, y después lo compró y publicó el blog Gizmodo. "Cuando todo esto sucedió con Gizmodo, mucha gente me dijo y me anconsejó: 'Tienes que dejar que se resbale'", dijo Jobs en el escenario en una convención de tecnología en 2010. "Pensé profundamente sobre esto, y llegué a la conclusión de que lo peor que podría suceder a medida que éramos más grandes y teníamos un poco más de influencia en el mundo era que cambiáramos nuestros valores fundamentales y empezáramos a dejar pasar las cosas. No puedo hacer eso. Prefiero renunciar".

Esa postura se repitió este año, con Jobs como director ejecutivo, aunque todavía con licencia médica, cuando otro empleado dejó un prototipo del iPhone 5 en un bar. Apple contó con la ayuda de la policía de San Francisco para investigar.

"Tenemos los mismos valores ahora como los que teníamos entonces", dijo Jobs en la conferencia de AllThingsD. "Tenemos un poco más de experiencia, sin duda más gastados, pero los valores básicos son los mismos".

"Estamos aquí para dejar una marca en el universo”

Tal vez el más destacado de esos valores es, simplemente, tener un impacto enorme en la sociedad. O, como Jobs dijo, "estamos aquí para dejar una marca en el universo". Sin embargo, Apple y Jobs no dejaron mucha marca en la filantropía.

"Hacemos las cosas en donde sentimos que podemos hacer una contribución significativa", dijo Jobs en 2004 a Businessweek. "Y nuestro objetivo principal aquí no es (…) ser el más grande o el más rico".

Para lograr ese objetivo, Jobs fue un administrador detallista obsesivo. Parte de la razón de que el ADN de Jobs "está tan arraigado en Apple es porque puso su mano en muchas partes de la misma. Él, personalmente, atendió algunas de las solicitudes de servicio al cliente que le enviaron por correo electrónico, participó activamente en el diseño de los productos, fue coautor de más de 300 patentes, y que supervisaba los esfuerzos de mercadotecnia, incluyendo el famoso Think Different (Piensa Distinto) y las campañas de Mac en contra de la PC.

"¿Qué es Apple, después de todo?", cuestionó Jobs a la revista Time. "Apple se trata de la gente que piensa 'fuera de la caja’, para las personas que quieren usar las computadoras para que les ayuden a cambiar el mundo, para que les ayuden a crear cosas que hagan una diferencia, y no sólo para hacer bien un trabajo”.

"El enfoque y la simplicidad"

Es conocido que Jobs atrajo a John Sculley, presidente de PepsiCo, para dirigir Apple, cuando le dijo: "¿Quieres pasar el resto de tu vida vendiendo agua azucarada, o quieres una oportunidad para cambiar el mundo?" (Tuvieron un alejamiento permanente cuando despidieron a Jobs de Apple).

"Lo que hace diferente a la metodología de Steve de la de los demás es que él siempre creyó que las decisiones más importantes que se deben tomar no son acerca de las cosas que haces, sino sobre las cosas que decides no hacer", dijo Sculley en una entrevista en 2010 con Businessweek. "Él es un minimalista. Recuerdo que fui a la casa de Steve, y casi no tenía muebles. Sólo tenía una imagen de Einstein, a quien admiraba mucho, y había una lámpara de Tiffany, una silla y una cama. Simplemente no creía en tener muchas cosas a su alrededor, pero él era extremadamente cuidadoso en lo que seleccionaba".

Restricciones, por lo menos en el diseño de gadgets y en la decoración de interiores, era un principio fundamental para Jobs. Poco después de su regreso a Apple, cerraron varias divisiones y centró su atención en algunas iniciativas clave. Incluso hoy en día, las líneas de productos de Apple y sus ingresos se concentran en sólo unos pocos sectores en los que la empresa puede dominar.

"Ese ha sido uno de mis mantras: el enfoque y la simplicidad", dijo Jobs a Businessweek en 1998. "Lo simple puede ser más difícil que lo complicado: tienes que trabajar duro para limpiar tu pensamiento para que sea simple, pero al final vale la pena porque una vez allí, puede mover montañas."

Seis años después explicó en detalle la entrevista con la publicación: "Se trata de decir no a 1,000 cosas para estar seguros de que no vamos en el camino equivocado, o tratamos de hacer demasiado Siempre estamos pensando en nuevos mercados en los que podemos entrar, pero sólo al decir que no es que puedes concentrarte en las cosas que son realmente importantes". 

"Sigue hambriento. Sigue inquieto"

Los miembros del equipo de administración de Apple adoptaron cada uno algunas de las partes de este código. Jonathan Ive, el ejecutivo de diseño industrial, hace eco de la ética de "simplicidad".

Scott Forstall, el líder de software móvil, al parecer heredó algo del entusiasmo de Jobs y su teatralidad.

Y Cook, el anterior jefe de las operaciones y, según algunas versiones, actual micromanager adicto al trabajo, dirige la compañía al igual que maneja su vida privada: en secreto.

Sin embargo, Cook sale de su caparazón con el fin de difundir las normas de ética a los nuevos reclutas. Él, junto con otros ejecutivos, enseñan en la Universidad de Apple.

La Universidad de Apple asegura que los empleados estén bien educados en los principios de la compañía y en los ideales con los que vivía Jobs . Jobs creía que la gente nunca dejaba de aprender y que deberían abrir sus mentes de forma voraz a nuevas ideas.

Dicho de otra manera, al igual que en su discurso de clausura de clase que se graduó de Stanford en 2005: "Sigue hambriento. Sigue inquieto".

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