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Campamentos de verano, una dosis de independencia para los niños

Los menores aprenden nuevas cosas, desarrollan habilidades, creatividad y se desafían a sí mismos al estar lejos de sus padres
sáb 07 julio 2012 12:58 PM
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La última vez que hablé con el psicólogo y consultor de escuela, Michael Thompson, el libro Mamá Tigre, escrito por Amy Chua estaba en los titulares de los medios, llamando la atención sobre cómo dirigía a sus hijos al éxito. Thompson nos dio ejemplos memorables de los titulares , incluyendo: “Sabes que eres un padre extremo si te imaginas que tu hijo va a ser un jugador profesional incluso aunque ningún entrenador haya predicho este resultado”. Y, “Sabes que eres un padre extremo si haces que tu hijo realice 30 prácticas de exámenes SAT (examen estandarizado para entrar a la universidad en Estados Unidos) antes del examen real”.

Los padres extremos no necesariamente toman un descanso durante el verano. Tampoco Thompson: “sabes que eres un padre extremo”, me dice, “si mandas a tu hijo a un campamento por un mes y visitas todos los días el sitio web para encontrar una fotografía sonriente de tu hijo y te pones frenético y llamas al campamento si no puedes encontrar una”.

También está el padre “llámame”. “Un director de un campamento me decía que tuvo un niño que llegó con tres teléfonos celulares”, dice Thompson: “uno para entregar, otro para usarlo ilegalmente hasta que fuera confiscado, y el teléfono de respaldo”.

Estas historias verdaderas ayudaron a Thompson a escribir su nuevo libro sobre el valor del campamento de verano: Homesick and Happy: How Time Away From Parents Can Help A Child Grow (Extrañando el hogar y feliz: Cómo el tiempo alejado de los padres puede ayudar a un niño a crecer).

Algunos de nosotros tenemos hijos que en este momento extrañan el hogar, por estar en un campamento. Michael Thompson se siente afligido por ellos. Pero la aflicción termina cuando piensa en los “saltos de desarrollo” que muchos niños tienen en el campamento de verano, desafiándose a sí mismos en formas en las que no pueden cuando sus padres están cerca.

Thompson visitó 20 campamentos y habló con alrededor de 200 campistas para escribir Homesick and Happy. Está sorprendido por cómo los campistas aman contar lo que él llama sus “historias de terror en la fogata”; sobre el frío, noches miserables y piquetes de mosquito en todo su cuerpo.

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“Estas niñas están paradas allí con estas sonrisas brillantes en sus rostros, hablando sobre su malestar”, dice Thompson. “Están hablando de su triunfo personal sobre el malestar y el hecho de que fueron más valientes de lo que pensaron que iban a ser . No se quedaron inmóviles. No lloraron. Comieron cenas frías, se fueron a dormir, su bolsa de dormir estaba un poco mojada, y volvieron con una historia de triunfo”.

Thompson dice que recorrió aproximadamente 16,093.4 kilómetros al año visitando escuelas y hablando con los padres. La autoestima es una de las preocupaciones dominantes. “Los padres dicen, ‘¿cómo le doy a mi hijo autoestima?’…Y siempre se desmoralizan un poco cuando digo, ‘no puedes darle autoestima a tu hijo’”.

¿Cómo influyen los campamentos en la autoestima?

En el punto de vista de Thompson, el campamento es “lo más cercano a Hogwarts que tendrán los niños...Toda la literatura infantil sabe que las aventuras sólo comienzan cuando estás alejado de tus padres. Cada gran historia infantil es conducida por el niño que está alejado de sus padres, experimentando cosas por su propia cuenta”.

Thompson no desea una situación familiar al estilo Harry Potter para nadie. Pero hay una lección en Potter para todos nosotros. “Tus padres tienen que abrirte la puerta, dejarte salir para encontrar independencia, experimentarla y sentirte cómodo con ella”, dice Thompson. “Para mí, eso es el campamento”.

Esto es lo que Thompson ve de septiembre a junio, cuando es consultor de escuelas : “la constante presión año tras año hace a los niños estén increíblemente ansiosos y desarrollen síntomas de estrés y ansiedad; no pueden dormir; se preocupan todo el tiempo y nunca sienten que terminan. Y pienso, ¡por Dios!, estás viviendo la vida de un ejecutivo de mediana edad y sólo estás en el primer año de preparatoria”.

Es por eso que esta última idea es tan importante, ya sea que nuestros hijos estén en un campamento o en casa este verano.

“El campamento es sólo una fantasía la mayoría del tiempo”, dice Thompson. “Y en esta economía competitiva, con frecuencia no somos imaginativos con nuestros hijos. Y ellos aman completamente la fantasía”.

Los descubrimientos de Thompson abrieron mis ojos.

A partir de ahora, seré el padre más fantástico. No te dejaré saber cuál es mi definición de fantasía. Porque estoy determinado a convertir mi fantasía en una ventaja competitiva para mis hijos.

En cuanto a mi hijo, que ahora mismo está en un campamento, no voy a ser uno de esos padres extremos. No estoy buscando el rostro sonriente de mi hijo en el sitio web.

Pero me lo estoy imaginando.

¿Cómo estás creando niños independientes? ¿Has tenido problemas dejándolos ir? Comparte tus experiencias en los comentarios. 

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