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Se buscan personas feas y reales para promover destinos turísticos

Algunos hoteles han adoptado nuevas estrategias de mercadotecnia como nombrar los defectos del lugar y promocionar destinos para gente fea
vie 19 abril 2013 02:02 PM
pareja vacaciones playa sexo
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Los anuncios publicitarios mienten. O mentían.

Los comerciales de vacaciones de golf son las peores. ¿Personas que lucen una sonrisa de oreja a oreja después de perder 11 bolas y terminar con 30 golpes sobre el par?

Es imposible que un golfista real se vea tan feliz.

Y los anuncios de las vacaciones en la playa muestran personas con cuerpos esculturales y nada de celulitis, que no se parecen a la gente que realmente ves en las playas.

Familias falazmente felices pasando momentos grandiosos por un gran precio, sin muestras de disfunción, falta de armonía o diarrea. Parejas que se miran anonadadas y caminan por la playa bajo la luna caribeña sin el menor signo de malestar por las travesuras que ella cometió con el empleado del hotel el día anterior.

Y los cruceros que muestran foto tras foto de caras sonrientes disfrutando del mejor momento de sus vidas. Nadie está mareado o encerrado en su camarote. Ninguna de las fotografías es capturada en el momento exacto en que la conversación se convierte en pelea durante la cena y un miembro de la familia le pregunta a otro “¿Por qué viniste en este crucero?”

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“Porque soy fácilmente engañado por los avisos publicitarios”.

La realidad es que ningún comercial puede comunicar de qué se tratan unas vacaciones verdaderas y todas las frustraciones que acarrean.

Y es previsible.

Pero hay algunos signos de que así como los viajantes desciframos las estrategias de mercadotecnia de la industria turística, ellos también se están volviendo más creativos para seguir convenciéndonos.

Ser feo está de moda

Soy un miembro honorario del Club de Feos del Mundo. Recibí la distinción en el autoproclamado lugar más feo del mundo. El  Club dei Buitti  tiene sede en Piobbico, Italia. Cuenta con unos 30,000 miembros alrededor del mundo y organiza un festival de personas feas cada septiembre.

Piobicco hoy está en el mapa del mundo. Ser feo es su producto. Se promociona como el lugar donde los feos pueden sentirse a gusto.

Y es efectivo. Las horribles hordas de gente llegan cada año impulsando el turismo y dinamitando los estándares de belleza.

La República Checa apuesta por el mismo camino. Se promociona como un lugar para malos esquiadores, y ofrece “numerosos y encantadores escenarios” y lugares nevados y planos donde puedes “disfrutar de la naturaleza mientras tienes problemas para esquiar” y donde también puedes conocer a “esquiadores no muy capaces”.

Los superhombres y las pretensiones no son su mercado. Así que todos los demás pueden pasarla bien. La publicidad funciona bien, porque es diferente, chistosa y real.

El  hotel Hans Brinker  en Amsterdan se enorgullece “de llevar 40 años decepcionando turistas”.

Sus sucias habitaciones  se reservan con meses de anticipación por su absoluta honestidad, ingenio e hipérboles negativas que rozan lo caricaturesco.

Su lema es: “No podemos ser peores aunque hacemos nuestro mejor intento”.

No se responsabiliza por gastroenteritis, crisis nerviosas o pérdida de extremidades.

¿Es mercadotecnia inteligente, o la simple verdad, lo que atrae a los viajeros con poco presupuesto y poca exigencia?

Seguramente se trate de ambas.

¿Qué están promoviendo?

Ser bombardeados permanentemente por senos perfectos y hombres esculturales me molesta.

Los avisos de cruceros no logran que reserve un viaje; sino que tenga ganas de arreglarme la dentadura.

Los estudios recientes sugieren que  ya no creemos en los anuncios que muestran a famosos , particularmente los de productos de belleza. ¿El antes y el después de Scarlett Johannson? No lo creo.

Ya es momento de que los comerciales utilicen a personas normales con cuerpos y expresiones faciales acordes a la realidad. Personas no tan felices. Personas no tan fotogénicas.

Los profesionales de mercadotecnia tienen que descartar los superlativos y la venta exagerada del concepto paraíso.

Como me dijo un amigo del Club de Feos: “Los feo debemos unirnos para vencer. Somos mejores y más fuertes que los bellos. Y somos muchos más”.

A sí que no exageren. Busquen la cruel verdad. Democraticen. No idealicen. Digan las cosas tal como son. Y muéstrenlas así.

Sean reales. Quizás así dejaremos de decepcionarnos cuando finalmente lleguemos allá.

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