Los jóvenes están más expuestos a experiencias traumáticas: experta

El aumento de problemas de salud mental en los jóvenes de México se debe a que hoy en día están más expuestos a experiencias traumáticas y “adversidades crónicas”, afirmó en entrevista la Dra. Corina Benjet.

La doctora en psicología, quien este viernes recibe el Premio Nacional de Psiquiatría 2014, señaló que presenciar “estresores” como la violencia provoca el desarrollo de trastornos mentales, además de la “mayor disponibilidad de sustancias (drogas y alcohol) y mayor tolerancia para su uso” en la actualidad.

“Una de nuestras hipótesis es que tiene que ver (el aumento en enfermedades mentales) con las adversidades crónicas y los estresores que están viviendo los jóvenes hoy en día. 68% ha experimentado un suceso traumático y también muchos habían experimentado un tipo de estresor crónico, como ser testigos de violencia en sus hogares, por ejemplo; estas cosas elevan el riesgo de desarrollar un trastorno psiquiátrico”, dijo sobre el aumento registrado en la Encuesta de Salud Mental Adolescente.

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De acuerdo con este análisis, realizado en 2005 y encabezado por Benjet, 24.5% de los adolescentes encuestados experimentaron una “adversidad económica”; 19.4% fue testigo de violencia en el hogar; 13.8% sufrió maltrato físico, y 1.7% sufrió abuso sexual, por mencionar algunas experiencias.

Además, la también investigadora de la dirección de Investigaciones Epidemiológicas y Psicosociales del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente (INPRFM), apuntó que mantenerse en la escuela protege a los jóvenes de las enfermedades mentales.

“Desertar temprano en la escuela es un factor de riesgo para el consumo y abuso de sustancias (…) en otros tipos de trastorno como el déficit de atención o depresión, a ellos sí les cuesta más trabajo mantenerse en el sistema escolar y tienen  mayor probabilidad de desertar, pero parece que mantenerse más tiempo en la escuela es un factor protector para los jóvenes”, comentó.

 Trastornos más recurrentes en México

La Dra. Benjet aseguró que, de acuerdo con sus estudios, los trastornos prevalentes entre los jóvenes mexicanos son el abuso de alcohol, la depresión y los problemas de ansiedad y conducta.

“Depende de la edad, pero en la adultez temprana estamos viendo que los más prevalentes tienen que ver con abuso de alcohol y depresión. Cuando vemos edades más jóvenes vemos los trastornos de ansiedad y de conducta”, dijo.

Según la encuesta, 3.3% de los adolescentes entrevistados tiene dependencia a alguna sustancia, ya sea legales como el alcohol, o ilegales como la marihuana, cocaína, entre otras; el 4.8% respondió tener depresión, y el 3% dijo tener algún trastorno de conducta.

Enfermedades mentales, ¿un estigma?

Sólo 1 de cada 6 adolescentes que tienen un problema de salud mental busca y recibe la ayuda para tratar su padecimiento, lo que genera un “alto costo social y económico”, de acuerdo con la encuesta.

Benjet asegura que existen dos razones por los que la mayoría de los jóvenes que tiene una condición de este tipo no se trata o recibe ayuda: estigmas sobre las enfermedades mentales y la falta de acercamiento de los jóvenes al sector salud.

“Hay muchos estigmas asociados con los trastornos mentales. No pensamos dos veces para pedir ayuda para la influenza, pero pensar que la gente busque ayuda para problemas de sus nervios o depresión, pues hay muchos estigmas. Queremos que la población empiece a ver estas enfermedades como cualquier otra.

 “Los jóvenes físicamente son el sector más saludable entonces tienen muy poco contacto con el sector salud, y a veces es cuestión de cómo interpretan sus problemas, si lo hacen como un problema de salud mental o como otro tipo de problema”, dijo la investigadora, quien añadió que la infraestructura médica debe movilizarse para acercarse y atender a la población.

¿Cómo saber si un adolescente tiene un trastorno mental?

Benjet apuntó que algunos indicadores para saber si un adolescente tiene un trastorno mental se pueden notar en los cambios importantes de conducta.

La doctora en psicología añadió que la falta de interés en socializar, cambios en la forma de dormir o en su apetito, son alertas de que el joven tiene un padecimiento.

“Cuando empiecen a ver cambios importantes en la conducta del joven: no quiere salir con los amigos, perdió interés en las cosas que antes le importaban, cambios en su sueño, cambios en el apetito o si dice que quiere quitarse la vida, son señales de alerta”.

Ante este escenario, Benjet destaca que lo primero que debe hacerse es buscar ayuda profesional para poder dar diagnóstico y tratamiento al adolescente.

Sin embargo, también se pueden seguir las siguientes recomendaciones después de que haya experimentado un evento traumático.

-No obligar al joven a que cuente los detalles o hable sobre el suceso traumático que vivió. Lo contará cuando esté listo.

-Escuchar sin juzgar o disminuir cómo se siente.

-Ayudarlo a entender qué fue lo que pasó, sin  mentirle y explicando en términos sencillos.

-No hacer promesas que no se puedan cumplir.

-Crear un ambiente seguro y volver a las rutinas diarias.