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La esterilización femenina: ¿aceptable u horripilante?

La esterilización femenina como parte de un acuerdo legal para criminales ha desatado una ola de indignación y escándalo, pero ¿lo amerita?
mar 14 abril 2015 09:56 AM
mujer en la carcel rejas
mujer en la carcel rejas mujer en la carcel rejas

Nota del editor: Danny Cevallos es un analista legal de CNN, abogado defensor y socio en  Cevallos & Wong , practicando en Pensilvania y las Virgin Islands. Síguelo en Twitter:  @CevallosLaw . Las opiniones expresadas en este comentario son únicamente las del autor.

Recientemente, el fiscal de distrito de Nashville prohibió a los fiscales ofrecer la esterilización femenina como parte de acuerdos de culpabilidad. Aunque no lo crean, los fiscales de Nashville han ofrecido esta opción cuatro veces en los últimos cinco años.

Se ha desatado el escándalo público frente a la noción de que un acusado, en Estados Unidos, en 2015, le ofrezcan la esterilización como una opción de acuerdo de culpabilidad.

Excepto que, sucede todo el tiempo.

Algunos han considerado que esta práctica “evoca tiempos obscuros de la historia estadounidense” donde los enfermos mentales o “deficientes” eran obligados a someterse a la esterilización.

Sí, es cierto. Lo hicimos. Y fue malo. Excepto que esto no es exactamente lo mismo.

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La esterilización femenina está ligada al movimiento controversial de “eugenesia”, el que defiende la noción de que la raza humana puede ser mejorada por la reproducción selectiva de personas con genes superiores.

Incluso hay un caso de la Suprema Corte de 1927,  Buck v. Bell , en el que los jueces consideraron que un estatuto estatal que permitía la esterilización obligatoria de los “no aptos” o “imbéciles”, “para la protección y salud del estado” era constitucional.

La opinión en el caso es sorprendente, especialmente dado que la Corte Suprema técnicamente no la ha revocado. Pero Buck v. Bell trataba de la esterilización involuntaria de personas por su discapacidad mental, no porque estuvieran siendo castigados por un crimen.

Puedes odiar la esterilización, y el caso de Tennessee puede dar la sensación de la Antigua práctica de eugenesia, pero no es eso. La esterilización que se ofrece en los acuerdos actualmente incluye la decisión voluntaria de las personas acusadas de un crimen, para las cuales, la esterilización es parte de su condena.

Otros pueden argumentar que la Suprema Corte ya ha hablado con respecto al tema de la esterilización obligatoria como castigo, y la fulminó. Esto también es cierto, de alguna manera.

En  Skinner v. Oklahoma , la corte derogó una ley que permitía la esterilización de criminales obligatoria y resolvió que era inconstitucional, pero no porque fuera cruel o inusual. La ley fue derogada pues estaba siendo aplicada inequitativamente para crímenes similares.

Así que la pregunta permanece: ¿la esterilización como castigo es anticonstitucional?

La Octava Enmienda considera: “La fianza excesiva no debe ser requerida, ni se impondrán multas excesivas, ni se impondrán castigos crueles e inusuales”.

Prácticamente, sin embargo, los castigos son rara vez pensados como crueles o inusuales para el sistema judicial. Hemos ejecutado personas colgándolas y con una cuadrilla. La esterilización seguro está debajo de eso, ¿no? Ultimadamente, la constitucionalidad de la esterilización puede ser una cortina de humo en este análisis, dado que parece que incluso si un castigo viola la Constitución, es permisible si lo eliges voluntariamente.

Supongamos por seguir el argumento que la esterilización es marcada como un castigo cruel e inusual legalmente, y que viola la Octava Enmienda. Aquí es donde se vuelve interesante: continuaría siendo una parte apropiada y constitucional de un acuerdo de culpabilidad. ¿Sorprendido? No deberías estarlo.

Como ciudadanos, nosotros delegamos nuestros derechos constitucionales todo el tiempo. Tú niegas tu derecho a la Cuarta Enmienda en contra de la búsqueda cuando le dices que ‘sí’ al oficial que te pregunta “¿Puedo revisar su cajuela?”. Niegas tu privilegio a la Quinta Enmienda en contra de autoincriminarte cuando tratas de explicarle al detective en la sala de interrogación cómo ese cuerpo se metió a tu cajuela.

Entonces, si podemos rehusar válidamente nuestros derechos constitucionales, ¿podemos rechazar nuestra Octava Enmienda y elegir un castigo cruel e inusual, incluso si fuera inconstitucional? Y ¿hay personas escandalizadas porque esto podría ser un nuevo paso en el castigo o una nueva frontera resbalosa en el mundo de los acuerdos de culpabilidad?

No.

Los estatutos de esterilización han existido como castigo para los acusados en todo el país, y ellos han elegido voluntariamente el procedimiento. 

Si los acuerdos de esterilización son probablemente constitucionales, y lo hemos estado haciendo desde hace tiempo, entonces ¿Por qué el escándalo ahora? ¿Por qué la historia de un fiscal de Tennessee que perdió su trabajo por un acuerdo que parece ser una práctica usual?

En verdad hay dos posibilidades. Primero, algunas personas simplemente no tenían idea de que esto estaba sucediendo hasta que esta historia llegó a las noticias. En segundo lugar, incluso si sabíamos de esto, no nos importaba esta práctica por una diferencia fundamental.

La mayoría de los acusados esterilizados son hombres.

Busca en tu corazón, Luke. Cuando hablamos de castrar hombres que son predadores sexuales reincidentes y acosadores de infantes, la idea de la castración como castigo no suena tan mal, ¿cierto? Se honesto: deja ir tu “somos iguales en todas las formas” por un momento. 

Después de todo, no hace mucho, la ejecución era un castigo legal para los crímenes sexuales no homicidas en algunas jurisdicciones. Así que si estamos bien con la cámara de gas, probablemente estemos de acuerdo con una cortadita. Está bien. Lo puedes admitir; todos estamos creados con una predisposición al prejuicio sexual, nos guste o no.

¿Aún no estás convencido? Mira este truco: ¿Qué si hubiera sugerido la esterilización para una persona acusada de tener sexo con un menor? Hasta ahora no lo has descartado.

¿Y qué tal si se trata de una joven profesora de preparatoria que está acostándose con un alumno de 17 años? La mayoría de nosotros fuimos del “tal vez” al “no” justo ahora. Está bien admitirlo, también. Por supuesto, la esterilización no va a evitar que una ofensora sexual femenina lo haga de nuevo, al menos no de igual forma que evitaría que un hombre lo volviera a hacer. Pero el punto es, de alguna forma, la noción de esterilizar a un hombre es más aceptable para nosotros que esterilizar a una criminal femenina.

Tal vez es que en un nivel elemental e inconsciente, lo que se siente cruel e inusual para una mujer se siente menos para un hombre. Incluso si te sientes ofendido por esta teoría de por qué una práctica antigua es ahora una noticia “escalofriante”, debes al menos conceder que es posible. ¿Si no, por qué la castración de los hombres no ha sido ni un bip en el radar, pero el sólo ofrecer a una mujer esa opción es una travesía? Por supuesto, tenemos que considerar la justificación relacionada. Sobre todo, muchos más hombres cometen actos que merecen la esterilización que las mujeres. Tan sólo pregúntale a cualquier abogado de casos de violencia doméstica.

¿Son moralmente correctos los acuerdos de esterilización? Es difícil decirlo. Por ahora, parecen ser constitucionales, pero controversiales. Si sabemos que una madre probablemente matará o lastimará severamente a sus hijos o no-nacidos, ¿debería intervenir el gobierno? De ser así, ¿en qué grado? Afortunadamente, podemos evitar tomar la decisión final y continuar atacando el problema en una forma que parece ser más aceptable por ahora: continuar castrando a los hombres.

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