Mientras que las exportaciones mexicanas a Estados Unidos alcanzaron los US$186,071 millones los primeros ocho meses de este año –que significa una baja de 0.27% comparado con el mismo periodo de 2012–, aquellas provenientes de China y Canadá reflejaron un alza de 2.8% y 1.5%, respectivamente, según datos del Departamento de Comercio Estadounidense. En otras palabras, las exportaciones de México representaron 10 puntos base de las compras hechas por el país vecino del norte, en tanto que las chinas fueron de 70 puntos y las canadienses de 40.
A pesar de que los datos parecen poco alentadores, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se muestra optimista. De hecho, en fechas recientes publicó que una reducción de apenas 1% en los costos de transporte podría convertirse en un incremento del 2.6% en las exportaciones. Y es que de acuerdo con el organismo, la partida destinada a vías de comunicación se ha empleado para el mantenimiento de ciertas regiones –como el noreste– más no para expansión.
Por lo pronto, el plan de infraestructura propuesto este sexenio pretende destinar $4,000 millones a la construcción de autopistas, puentes, tramos de trenes de carga, siete aeropuertos y siete puertos marítimos. De lograrse el objetivo, las regiones centrales, el noroeste y sureste mexicanos tendrían la posibilidad de comercializar sus productos no solo con Estados Unidos, sino también con Canadá, sin que los costos de transportación impacten de manera negativa.
La posibilidad de fortalecer la relación comercial con el tercer integrante del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) hoy está más presente que nunca pues, según reportes de Estadísticas de Canadá, las exportaciones de México a Canadá crecieron 5.94%. Así, de agosto de 2012, cuando sumaron US$1,997 millones, se elevaron a US$2,123 millones en el mismo mes de este año. Pero, ¿qué busca el mercado canadiense en suelo mexicano? Maquinaria y aparatos mecánicos, equipo eléctrico, grabadoras y reproductores de imagen y sonido, y aparatos de televisión.
A pesar de las oportunidades de diversificar los destinos de las exportaciones mexicanas, los analistas coinciden en que el gran reto para México sigue siendo la producción de artículos con alto valor agregado. La innovación se ha convertido en la cartas fuerte de economías como la china y, bajo esta premisa, cada vez son más los países que privilegian la calidad sobre la cantidad. En ese sentido, las empresas nacionales necesitan fortalecer sus cadenas de producción para integrarse a nuevos mercados.
Contar con un aliado estratégico que permita a las compañías mexicanas producir y operar en otros países resulta vital en la actualidad. Desde financiamiento para capital de trabajo en otras divisas, hasta facturación y cobranza internacionales son conceptos que ya deben estar presentes en el día a día a fin de alcanzar los objetivos de negocio en el mediano y largo plazo. Hoy es el día para cambiar el rumbo con dirección hacia el éxito.