La inseguridad sube la venta de puertas
Ante la situación de inseguridad que sufre el país, las construcciones y mobiliarios de todo tipo tratan de obtener aditamentos o adecuaciones en sus puertas que brinden una mayor confianza ante cualquier posibilidad o intento de asaltos.
En estos casos, las puertas automatizadas son una opción que puede ayudar a reducir la interacción entre el exterior y el lugar central de acceso, dice la compañía fabricante de mecanismos de apertura de puertas y accesos para casas, corporativos y autos, Merik.
"La ventaja que ofrece un automatismo (en las puertas del estacionamiento o acceso directo), es que con un solo clic en un transmisor de control remoto, a 35 o 40 metros de tu casa o empresa, puedes ir abriendo la puerta para que no gastes el tiempo que sueles gastar en abrir el portón arriesgándote a una intrusión o asalto", explicó en entrevista el director de mercadotecnia y cuentas clave de Merik, Alejandro Soto.
"Ante la crisis, en 2009 nos pudimos mantener de manera plana y seguir en el negocio, pero para este 2010 vemos un crecimiento de un 10% en ventas", aseveró Soto.
El costo de un sistema residencial de automatización Merik es de 5,000 pesos aproximadamente, esto incluye la instalación y garantía de 2 a 6 años o de forma ilimitada según el producto.
La automatización de puertas se utiliza para tener mayor seguridad, comodidad o para preservar elementos como humedad y temperatura en edificaciones especiales como laboratorios.
La firma ofrece automatización de puertas en ‘garages', rejas para cualquier acceso, puertas especiales para corporativos o laboratorios y sistemas de apertura y cerrado en vehículos de carga y andenes de descarga.
Los robos a casa-habitación aumentaron cerca de 8% en el primer semestre del año, llegando a las 2,545 denuncias en el 2010 frente a las 2,350 registradas en el 2009, según datos de Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ).
Soto dijo que la compañía de accesos automatizados, fundada en 1989, ha llevado productos a todo México y hoy se distribuyen en Guatemala, Costa Rica, Panamá, Colombia y Perú.