Jobs y Murdoch: estrictamente negocios
Esa amistad es poco probable. Uno es un demócrata de toda la vida, el otro dirige un imperio mediático con tendencias derechistas.
El diario The Sunday Guardian, haciéndose eco de lo publicado en Woman's Wear Daily, dice que el CEO de Apple, Steve Jobs, es "un gran fan" de Rupert Murdoch.
¿Cómo? ¿De verdad alguien que puso a Al Gore en su mesa directiva y salió con Joan Baez puede ser fan del hombre que creó Fox News?
Ambos reportes se remiten a la información que circula en torno a la nueva publicación The Daily que girará exclusivamente en torno al iPad y que Murdoch diseña en el piso 26 del rascacielos e3 News Corp. en Manhattan. Con un staff de más de 100 personas y un elenco de editores provenientes del New York Post, el Atlantic, el Sun, ABC News y el New Yorker, la publicación verá la luz a principios de 2011, según Woman's Wear Daily, aunque el Guardian informa que su lanzamiento será dentro de 10 días.
"Hay algo que no cuadra aquí. Murdoch no sabe, no le gusta y no tiene interés en la tecnología, y en este nuevo proyecto ha integrado una sala de redacción con muchos tecnófobos afines a él", indica Michael Wolff, director editorial del grupo Adweek y autor de "The Man Who Owns the News: Inside the Secret World of Rupert Murdoch." Wolff, para dejarlo claro, tampoco es fan de Steve Jobs.
"Es más, no existe evidencia de que Rupert sepa incluso cómo hacer un periódico que le guste a los estadounidenses. Edita tabloides para la clase trabajadora, un formato que ya no se usa desde los 60s, o sosas publicaciones (como The Times en Reino Unido, cuyos pasos se dice sigue el estadounidense The Wall Street Journal)", apunta Wolff.
"Además Jobs y Murdoch llevan tiempo sintiendo una previsible antipatía mutua. Toda la vida y obra de Jobs es contraria a la visión y al estilo de Murdoch. En mi presencia Murdoch ha descrito a Jobs como un ‘tonto'", agrega.
"Murdoch obtiene promoción especial por esa nueva publicación. ¿La aprobación de Jobs? ¿Un botón para iPad? ¿Pero qué obtiene Jobs a cambio? ¿Qué demonios pasa?", se pregunta el editor.