Microsoft crea robot-representante
Cuando tu jefe está de vacaciones en una isla tropical, usualmente es motivo de celebración. Pronto, sin embargo, tu supervisor podría estar en la oficina y vacacionando, al mismo tiempo. En su laboratorio de investigación emplazado en Redmond, Washington, Microsoft está trabajando en un robot que permitirá a las personas estar en dos lugares a la vez.
El robot viene con un par de cámaras, una pantalla de alta definición y ruedas. Está controlado a través de Internet por un usuario sentado delante de un ordenador con una cámara web. Esa configuración le da al usuario la capacidad de "ver" y deambular por la zona, y hablar "cara a cara" con alguien de pie delante del robot.
La cámara del robot puede ser entrenada para enfocarse en la persona que está hablando, y conforme la persona se mueve, el robot gira o se mueve a la par. Eso posibilita desde una reunión en una sala de conferencias hasta una conversación en la que los interlocutores caminan.
Así, mientras disfrutan de un trago en la piscina, los jefes del futuro podrían al mismo tiempo hacer rondas y reprender a los empleados.
Por supuesto, hay muchas otras posibilidades de uso. Podrías enviar un robot a una reunión de padres mientras estás en el partido de futbol de tu hijo. O podrías asistir a un concierto que de otra manera no podrías disfrutar. O tal vez podrías viajar por el mundo desde la comodidad de tu casa, relacionándote con otros robots en tierras lejanas.
Al igual que todos los proyectos de investigación de Microsoft, los robots son un experimento que quizás nunca llegue a comercializarse. Sin embargo, si Microsoft no perfecciona la tecnología, alguien más lo hará. La startup especializada en robótica Anybots ha tenido cierto éxito con sus robots de telepresencia QB, que vende a un precio base de 9,700 dólares.
El despliegue de las redes 4G y la presencia cada vez más penetrante de Wi-Fi significa que es sólo cuestión de tiempo para que encontremos robots conectados a Internet vagando por las calles y los pasillos de la oficina.
La mala noticia es que también puede significar el fin de los días en que nos reportamos enfermos.