¿Por qué aún lloramos la muerte de Jobs?
En las semanas siguientes a la muerte del CEO y cofundador de Apple acaecida hace un año, más de un millón de personas enviaron correos electrónicos a una dirección creada por Apple.
Los mensajes en blogs, Facebook y Twitter, e incluso los improvisados actos de despedida en las tiendas de la compañía, demostraron una tristeza colectiva por el fallecimiento del directivo .
Este año, Memmento.com, un cementerio en Internet, no tiene uno, ni dos, sino tres memoriales en honor a Jobs. ¿Por qué tanta gente que nunca lo conoció lamenta tanto que se haya ido?
Andrew Przybylski, psicólogo de la Universidad de Essex, encuestó a varios cientos de usuarios de Apple acerca de cómo su relación con sus dispositivos determinó sus sentimientos sobre la muerte de Jobs.
Un tercio de los participantes dijeron sentirse emocionalmente conectados con sus Macs, iPads, iPhones y iPods , concordando con la declaración de que los dispositivos "ocupan un lugar especial en mi corazón", y esas personas se sentían un 70% más tristes sobre la muerte de Jobs que los que no sentían ese afecto.
Un concepto denominado ‘teoría de la autodeterminación' usado en la educación, el deporte, y en los círculos de juego nos dice que la gente se implica más en términos psicológicos cuando las circunstancias satisfacen ciertas necesidades universales.
De hecho, Przybylski encontró que las personas se sentían emocionalmente conectadas con sus gadgets de Apple -y, por extensión, con su creador- porque esos dispositivos satisfacen dos de esas necesidades básicas y universales, a saber la necesidad de "relacionarnos" y la necesidad de "autonomía", que, explica, "atañen al mismo centro del propósito de los dispositivos computacionales: conectarnos con los demás y ofrecernos opciones o decisiones significativas".
Más allá de poner la tecnología en manos de la gente, hay algo único en el legado de Steve Jobs. "Creo que él entregó experiencias que cumplen y en muchos casos superan las expectativas de los usuarios ", explica Przybylski. "Les dio a generaciones de científicos, estudiantes, empresarios y artistas herramientas para ir más lejos de lo que pensaban que podían".
Una versión más breve de este artículo aparece en la edición de Fortune del 8 de octubre de 2012.