Del Game Boy al Wii U, el legado de Satoru Iwata
El amanecer de una nueva era
Satoru Iwata tenía sólo 42 años cuando tomó las riendas de Nintendo en 2002. La empresa se encontraba estancada. Acababa de lanzar el GameCube, que era divertido, pero ni de lejos tan exitoso como su predecesor, el N64.
Había mucha presión, pero Iwata cumplió desde el principio.
Game Boy Advance SP (2003)
Foto tomada de amazon.com
Este fue el primer experimento de Nintendo con el diseño de tapa abatible, y funcionó.
La consola era más pequeña y más portátil que el original Game Boy Advance. Su capacidad de doblarse y cerrarse la protegía mejor en los bolsillos de los niños. La pantalla iluminada te permitía jugar de noche. Su batería era recargable. Y podías jugar toda la biblioteca de juegos anteriores de Game Boy.
Todas estas mejoras dieron fruto. Fue especialmente popular en el continente americano. Nintendo vendió 43.5 millones de ellas alrededor del mundo.
Foto tomada de nintendo.com
Este fue el primer jonrón de Iwata.
La Nintendo DS encarnaba el total rediseño de un dispositivo portátil de videojuegos. Tenía dos pantallas y la de abajo era táctil, usabas una stylus. En ese momento, eran consolas… extrañas.
Pero los gráficos eran espectaculares. Además, la pantalla táctil le dio a los juegos una nueva sensación, y un vistazo al futuro.
Fue un gran éxito en todas partes. Nintendo vendió 154 millones de consolas Nintendo DS, convirtiéndose en la segunda consola de juegos más popular de la historia.
Foto tomada de nintendo.es
Esta salió al mercado cuando lo que estaba de moda era lo pequeño. Apple estrenó su iPod Nano. Y esa tendencia de reducir el tamaño se cristalizó en la Game Boy Micro.
Pero resultó ser la primera pifia de Iwata. No tenía mucho sentido.
Sorprendentemente, los jugadores descubrieron que el tamaño reducido facilitaba el manejo con las manos. Pero los viejos cartuchos de Game Boy no cabían, por lo que la biblioteca de juegos era más pequeña.
Además, el precio de 100 dólares de la Micro ponía a los jugadores en una difícil disyuntiva. Si gastaban 20 dólares más podían conseguir una Game Boy Advanced SP compatible con todos sus juegos antiguos. Y con 30 dólares más ya alcanzaban una mucho mejor Nintendo DS Lite.
Foto tomada de nintendo.es
La Wii marca el momento culminante del legado de Iwata.
Es verdad que los juegos Wii lucían anticuados en comparación con el Xbox y la PlayStation. Pero los fans de Nintendo amaron su radical nuevo enfoque respecto al ‘gaming’.
Cada persona usaba dos controles en lugar de uno. El "Wiimote" también incorporaba un acelerómetro y un sensor óptico, así que los juegos reaccionaban al movimiento físico, logrando que los niños por fin se levantaran del sofá.
Nintendo vendió 101.5 millones de unidades, gracias a lo cual la Wii figura entre las consolas más populares de todos los tiempos.
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Iwata y Nintendo conquistaron otra victoria importante con este juguete. Se vendieron 52 millones.
La consola 3DS venía con algo de magia. Te dejaba ver imágenes en tres dimensiones sin utilizar gafas especiales. También venía con una cámara que tomaba fotos en 3D.
Pero los defectos en el modelo de negocio de Nintendo comenzaron a aparecer. La 3DS tenía una cámara, internet, juegos. En pocos años, sería vista como un costoso smartphone que no podía hacer llamadas telefónicas.
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Lo último que lanzó Nintendo bajo la gestión de Iwata fue un fiasco.
La Wii U estaba destinada a los niños, y se notaba. La Nintendo Network no te permitía socializar. La aplicación de streaming de Netflix era terrible. El sistema operativo era lento. La batería era miserable. Además, ni quisiera podía reproducir DVD o Blu-rays.
La Xbox One y la PlayStation 4 hacían todas estas cosas mejor.
Como resultado, sólo se vendieron 9.5 millones de consolas Wii U.
Nintendo goes mobile
Nintendo tiene que compensar el fracaso de la Wii U , por eso este año está incursionando en el mundo de los juegos móviles.
Es la primera vez que Nintendo se vuelca en algo cien por ciento software . Para la compañía japonesa es un terreno totalmente nuevo que podría marcar un giro hacia los cielos o una caída hacia los infiernos.
Iwata estaba supervisando esta importante transición. Por desgracia, no estará aquí para ver su visión hecha realidad.