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Cúpulas futuristas permiten experimentar la peor contaminación

En su obra “Pollution Pods”, el artista británico Michael Pinsky recreó la calidad del aire, el olor y la temperatura de Nueva Delhi, Sao Paulo y Beijing en una serie de cúpulas conectadas.
dom 09 julio 2017 07:10 AM
cúpula
Arquitectura La forma de las cúpulas de Pinsky es una oda a Buckminster Fuller, el célebre arquitecto que fue pionero en la cúpula geodésica y escribió extensamente sobre el cambio climático.

En Nueva Delhi, el calor es opresivo, la nariz solo distingue piras de basura ardiendo. En Sao Paulo y Beijing, el espeso smog envuelve la ciudad e irrita los ojos. En Londres, los motores diésel de los taxis se han convertido en el ruido de fondo de la capital. Pero en las tranquilas costas de la isla noruega de Tautra, el aire es limpio y tiene un sutil aroma a pino.

Estos sitios son centrales para el nuevo trabajo del artista británico Michael Pinsky. En su obra “Pollution Pods”, Pinsky ha recreado minuciosamente la calidad del aire, el olor y la temperatura de cada uno de ellos en una serie de cúpulas conectadas, ahora en exhibición en la ciudad noruega de Trondheim. Hasta el 7 de julio, los visitantes de la instalación podían realizar un viaje virtual por todo el mundo, siempre y cuando firmaran de antemano el descargo de responsabilidad.

La forma de las cúpulas de Pinsky es una oda a Buckminster Fuller, el célebre arquitecto que fue pionero en la cúpula geodésica y escribió extensamente sobre el cambio climático. Es también un guiño a los esfuerzos del arquitecto italiano Paolo Soleri, que intentó crear una ciudad eco-utópica en el desierto de Arizona en los años 70.

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La instalación es el culmen de Climart, un proyecto científico de cuatro años que pretende descubrir si el arte visual puede cambiar las percepciones de las personas en torno al cambio climático. Dirigido por la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU), el proyecto necesitaba una obra de arte para estudiarla rigurosamente, y eligió la propuesta de Pinsky entre 120 de todo el mundo.

Ciudad noruega de Trondheim
Pinsky recreó minuciosamente la calidad del aire, el olor y la temperatura de Nueva Delhi, Sao Paulo y Beijing.
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Los visitantes de la instalación de Pinsky debían responder una serie de cuestionarios cuyos resultados se usarían para un estudio que se publicará en diciembre para concluir la investigación.

"Mi trabajo es hacer una obra de arte de la manera que siempre hago y no alterarla a causa del estudio, de lo contrario le resta solidez al estudio", dijo Pinsky, que tuvo acceso a más de dos años de investigación de Climart.

El artista como activista

Al plantear preguntas desafiantes y a menudo polémicas a través de su trabajo, los artistas han sido a menudo los propagadores de un cambio social y político más amplio. Pinsky mismo se identifica como una de esas figuras.

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"Mi trabajo siempre ha sido muy político", admitió. "Mi objetivo principal es empujar los límites de lo que el arte puede hacer y cómo funciona a nivel político, intelectual y estético".

El equipo de Climart le facilitó los datos que habían recogido de estudiar las respuestas de la audiencia a más de 37 obras con conciencia ecológica durante el festival ArtCOP 2015 en París. El equipo incluso llegó a medir la actividad cerebral eléctrica de un puñado de participantes.

A lo largo de su trabajo, Christian A. Klöckner, psicólogo ambientalista que lidera el proyecto Climart, ha descubierto que Pinsky es parte de un movimiento global más amplio.

Estudio
El proyecto científico de cuatro años pretende descubrir si el arte visual puede cambiar las percepciones de las personas en torno al cambio climático.

"Hasta ahora en nuestros estudios hemos encontrado que los artistas están respondiendo cada vez más a la amenaza del cambio climático a través de su propia obra. Lo que esperamos ver en este proyecto es que el arte, que es menos dogmático que los textos científicos o la discusión política, le hable a las personas en un nivel más emocional", dijo.

Queda por ver si el arte puede provocar activamente el cambio. Pero con la continua amenaza del cambio climático, y la salida de Estados Unidos del acuerdo climático de París, el proyecto de Klöckner y Pinsky azuzará, por lo menos, un debate crucial. Para Klöckner, es un comienzo humilde para una misión mucho más grande.

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"Lo más importante en este proyecto es entender si el arte puede cambiar el comportamiento de las personas y tal vez, a partir de nuestros estudios, los artistas tomen nuestras ideas y las usen en la creación de nuevas piezas de arte", explicó.

Por el medio ambiente
A lo largo de su trabajo, Christian A. Klöckner, psicólogo ambientalista que lidera el proyecto Climart, ha descubierto que Pinsky es parte de un movimiento global más amplio.

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