Eduardo Tricio, por Daniel Servitje
Tuve el gusto de conocer a Eduardo hace unos 20 años. Desde entonces lo recuerdo como una persona inquieta, ávida de aprender y con un gran instinto empresarial.
Alguna vez me platicó acerca del negocio de compra y venta de ganado que emprendió solo, siendo todavía universitario, y en el que, aunque estaba todavía en ciernes, su estilo empresarial y su visión de largo plazo le permitieron aumentar sus recursos y consolidar sus planes de negocio.
No cabe duda de que Eduardo ha dejado una huella evidente en Lala, dándole un alto prestigio a la marca, incrementando su participación de mercado y consolidando su liderazgo en nuevas categorías y diferentes países.
Recientemente ha entrado a mercados internacionales, particularmente en EU, adquiriendo plantas y negocios establecidos.
Todo esto es ejemplo de lo que los empresarios mexicanos pueden lograr con entrega, dirección efectiva y visión de largo plazo.
Es un empresario vanguardista, con una amplia idea del mundo de los negocios, enriquecida por su disposición y claridad, así como por su preocupación por la problemática de nuestro país.
Aprecio mucho su sencillez, su franqueza y su inteligencia, y admiro el balance de vida que ha logrado, en formar a su familia y compartir con ella sus logros y sueños.
Nuestro país sería mejor si contáramos con más personas con su sensibilidad, compromiso y liderazgo.