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Alta abstención en elecciones Guatemala

Los resultados de la votación se darán a conocer hasta la medianoche del domingo;
dom 04 noviembre 2007 06:20 PM

Los guatemaltecos votaron el domingo en una jornada tranquila pero con poca participación para elegir presidente, entre un candidato que promete "mano dura" contra la delincuencia que azota al país y otro que busca reducir la extendida pobreza.

Tanto el militar derechista Otto Pérez Molina, como el centroizquierdista Álvaro Colom, se mostraron confiados en obtener la victoria respaldada por sondeos previos que anticiparon una cerrada competencia entre ambos.

Ambos debieron ir a una segunda vuelta electoral luego de que en la primera, realizada en septiembre, ninguno obtuviera la mayoría necesaria para alzarse con el triunfo.

"Aquí votamos a Colom, aquí la gente no quiere militares", dijo Miguel Angel Trianda, un maestro de 26 años, antes de votar en Santiago Atitlán, un pintoresco poblado ubicado a orillas del Lago Atitlán y rodeado de cuatro volcanes.

"Aquí muy cerca pasaron cosas horribles", agregó Trianda al referirse a la masacre de Panajab, un pueblo cercano que en 1990 fue escenario de una de las últimas masacres de la guerra civil que vivió el país entre 1960 y 1996.

La votación transcurrió en paz; pero según testigos y la prensa la participación fue sensiblemente menor que en la primera ronda, cuando también se eligieron a alcaldes y legisladores, lo que normalmente llama más la atención de los pobladores.

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La ronda final para definir la presidencia fue precedida de una ola de violencia que dejó medio centenar de muertos -entre políticos y activistas- en el último año y medio.

En el más reciente episodio de violencia, una observadora de la Unidad Nacional por la Esperanza (UNE) -el partido de Colom- murió el sábado en un tiroteo en Coatepeque, al este del país.

El alto índice de homicidios, uno de los más altos del mundo, ha hecho que Pérez Molina ganara terreno con su propuesta de mano dura contra los delincuentes.

"Los militares son muy disciplinadas, y el señor de la UNE no tiene el valor lamentablemente, él podrá tener muy buenas intenciones", dijo Noemí Samayoa, de 58 años, y quien vive cerca del barrio El Gallito, el más violento de la capital.

Nada de lo del pasado

Cerca de 2,000 centros de votación funcionaron desde las 7:00 horas local (13:00 GMT) hasta las 18:00 horas para recibir a los 5.9 millones de ciudadanos habilitados para sufragar.

En la primera ronda participó un 60% del electorado, en un país donde el sufragio no es obligatorio y mucha población indígena y campesina debe hacer viajes de varias horas desde el campo para llegar a los centros.

Pérez Molina emitió su voto confiado en ser el sucesor del neoliberal Oscar Berger por un período de cuatro años.

"A partir de mañana nos toca construir la Guatemala que todos queremos y sin diferencias de colores y diferencias de partidos políticos", dijo el militar retirado a periodistas.

El Tribunal Supremo Electoral informó que los primeros resultados de la votación se publicarán a las 21:00 hora local y que para la medianoche podría conocerse al triunfador.

Pérez Molina ha prometido establecer el estado de excepción, aplicar la pena de muerte y utilizar al Ejército para acabar con la delincuencia que está fuera de control, sobre todo por parte de las "maras" o pandillas juveniles que controlan barrios enteros.

"Como está la delincuencia, ellos no piensan cuando van a matar a una persona. Si ellos no piensan, ¿cómo es que uno va a tener los sentimientos para pensar en ellos? Si hay necesidad pues que los maten", dijo María José Alvarez, de 28 años, una de las últimas en votar en un centro del centro de la capital.

Colom ha advertido que un Gobierno de Pérez Molina hará retroceder al país a los tiempos de la sangrienta guerra civil que dejó cerca de 200,000 muertos y durante la cual el general retirado fue jefe de la temida unidad de inteligencia militar.

"Hemos tenido 'mano dura' por 50 años y nos ha costado más de 250,000 víctimas en una guerra sucia", dijo Colom tras emitir su voto temprano en Ciudad de Guatemala, rodeado por música de marimba.

Los guatemaltecos no buscan sólo seguridad, sino un presidente que acabe con la extendida pobreza que afecta a la mitad de la población, donde un gran porcentaje son indígenas mayas.

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