¿Malos recuerdos? Son de fácil memoria
Los recuerdos de episodios traumáticos no sólo no son suprimidos por las personas que los viven, sino que además podrían ser evocados claramente, revelaron investigadores canadienses.
Sigmund Freud desarrolló una teoría que sostiene que las víctimas de eventos horribles reprimían los recuerdos difíciles para poder vivir con lo que les sucedió.
Sin embargo, científicos de la Dalhousie University en Halifax hallaron en un estudio de cinco años de duración que los eventos placenteros son más difíciles de recordar que los desagradables.
"Realmente nos sorprendimos", dijo el autor principal del estudio, Stephen Porter, durante una entrevista.
"Nos sorprendimos de cuan consistentes fueron (las rememoraciones traumáticas) en relación con los buenos recuerdos de la vida, que se habían deteriorado drásticamente y lucían muy insignificantes frente a los informes que escuchamos años atrás", agregó el experto.
El equipo de Porter entrevistó a 29 personas que habían pasado por un episodio traumático, como un abuso sexual o violencia doméstica, en los últimos meses.
Los participantes fueron consultados sobre los detalles de la experiencia, así como también sobre algún evento feliz reciente, como una boda, el nacimiento de un hijo, la graduación o las vacaciones.
Porter y sus colegas volvieron a entrevistar a los participantes después de tres meses, y entre cuatro y cinco años luego de la primera consulta.
A partir de un cuestionario con un máximo posible de 36 puntos, la marca promedio de los participantes referida a la rememoración de la experiencia traumática fue de 30 puntos, comparados con los 15 obtenidos al tratar de evocar los episodios positivos.
"Creo que es bastante obvio que este tipo de eventos realmente impregnan nuestra conciencia", señaló Porter en referencia a los episodios traumáticos.
"Esto proporciona evidencia de que (la teoría de Freud) está completamente fuera de lugar", dijo el experto, cuyos resultados serán publicados en la revista Psychological Science.
Realmente tiene sentido que el evento traumático se recuerde bien en el futuro, para poder evitar esa circunstancia y maximizar nuestras posibilidades de supervivencia, concluyó Porter.
