Muertes por terrorismo sube 40%
El número de personas que ha muerto víctima de actos de "terrorismo" en todo el mundo aumentó en un 40%, a más de 20,000 el año pasado, principalmente debido a la violencia en Irak, reveló el lunes un informe estadounidense.
Las víctimas mortales provocadas por el terrorismo en el mundo se elevaron a 20,498 en 2006, en comparación a las 14,618 registradas en 2005.
La mayoría de las muertes del año pasado, alrededor de 13,000, ocurrieron en Irak, donde las fuerzas lideradas por Estados Unidos luchan contra grupos "terroristas" como Al Qaeda, con la insurgencia y la violencia sectaria desde hace cuatro años.
En el último incidente, un atacante suicida que portaba un cinturón lleno de explosivos mató a 32 personas al inmolarse entre los asistentes a un funeral chiíta en la ciudad de Khalis, en la provincia de Diyala ubicada al norte de Bagdad, afirmó la policía.
Desde que las fuerzas iraquíes y estadounidenses iniciaron en febrero una operación de seguridad en Bagdad, los militantes han perpetrado cada vez más ataques en las afueras de la capital. Entre los insurgentes se incluyen islámicos sunitas de Al Qaeda.
Según un anexo de la publicación anual del Departamento de Estado titulada "Country Reports on Terrorism", el número de incidentes "terroristas" del año pasado llegó a 14,338, en relación a los 11,153 detectados en 2005.
De aquellos incidentes, los ataques en Irak casi se duplicaron, alcanzaron los 6,630, en comparación a los 3,468 asaltos del 2005 y representan a un 45% del total.
El reporte describió a Irak como el centro de la "guerra contra el terrorismo" de Estados Unidos.
También indicó que las fuerzas de la coalición combaten contra Al Qaeda en Irak y los insurgentes, así como a "las milicias y escuadrones de la muerte cada vez más comprometidos en la violencia sectaria y organizaciones criminales que toman ventaja de la deteriorada situación de seguridad".
El número de ataques también aumentó a 749 de 491 en Afganistán, donde las fuerzas de la OTAN y otros contingentes intentan controlar el resurgimiento de la insurgencia, más de cinco años después de que Estados Unidos derrocara al régimen talibán que protegía a Al Qaeda.
