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Derechos humanos no mejoran sin Castro

Los opositores dijeron que la situación cambiará hasta que liberen a todos los presos políticos los disidentes dicen ser hostigados por las fuerzas de seguridad y reclaman libertad de expresi
mié 20 febrero 2008 04:22 PM

La renuncia de Fidel Castro no mejora la situación de los derechos humanos en Cuba, que no va a cambiar hasta que los presos políticos sean liberados, dijeron el miércoles los opositores.

Durante su casi medio siglo en el poder, el líder cubano no consintió la oposición y llamó a los disidentes "mercenarios" a sueldo de su enemigo Estados Unidos.

Tras su retiro el martes, más de 200 de ellos quedan tras las rejas en las cárceles de la isla, según la ilegal aunque tolerada Comisión Cubana de Derechos Humanos.

"El gulag está intacto, sigue tragando cubanos y las excarcelaciones son muy pocas", dijo Elizardo Sánchez, el presidente de la Comisión.

"El tema de los presos de conciencia es crucial. Sería el indicador principal de que la situación va a moverse en una dirección positiva", añadió el ex profesor de filosofía marxista convertido en disidente.

Los opositores cubanos dicen ser hostigados por las fuerzas de seguridad y reclaman el derecho a la libertad de expresión y asociación.

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Manuel Cuesta Morúa, del socialdemócrata Arco Progresista, percibe, sin embargo, un clima algo más "distendido".

En su opinión, las cosas comenzaron a moverse el sábado con la excarcelación por razones de salud de cuatro opositores presos desde el 2003, como resultado de negociaciones entre los gobiernos de Cuba y España.

"Yo creo se va a continuar. No tiene sentido ninguno que Raúl Castro herede una situación que no le ayudará, sino que perjudica su gestión en materia internacional. No gana nada con mantener a esas personas presas", añadió.

Otra señal, dijo el disidente, es el compromiso de Cuba a firmar pronto dos acuerdos sobre derechos humanos de Naciones Unidas.

Amnistía Internacional pidió al sucesor de Fidel Castro que designe el domingo por el Parlamento, probablemente su hermano Raúl, la liberación incondicional de todos los presos políticos.

"El nuevo liderazgo cubano debería aprovechar este cambio para introducir las muy necesitadas reformas que garanticen la protección de los derechos humanos", dijo el grupo.

Raúl preside interinamente Cuba desde que Fidel enfermó hace un año y medio. Según la Comisión Cubana de Derechos Humanos, en el 2007 el número de presos políticos cayó de 283 a 234.

Human Rights Watch, otro grupo de derechos humanos, dijo que el nuevo líder de Cuba deberá desmontar su "maquinaria represiva" de Castro.

"Hasta que eso no cambie, es poco probable que se produzcan avances concretos con respecto a los derechos humanos en Cuba", dijo José Miguel Vivanco, su director para las Américas.

El Gobierno cubano dice que respeta los derechos humanos.

Y en cuanto a los presos políticos, sostienen que se trata de "contrarrevolucionarios" que pretenden desestabilizar el sistema socialista.

Las autoridades toleran a una decena de grupos de oposición, poco conocidos y con escasa base social.

No parecen representar una amenaza para el sistema. A menudo están divididos y en el pasado muchos resultaron estar fuertemente infiltrados por la Seguridad del Estado.

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