Productores argentinos levantan huelga
Los productores agrarios argentinos levantaron el viernes una extensa huelga de más de dos semanas que puso al país al borde del desabastecimiento, mientras se espera que el Gobierno anuncie medidas para moderar el impacto del alza impositiva que causó la furia del campo.
La protesta, la peor en años en Argentina, fue una prueba para la presidenta Cristina Fernández, quien enfrentó su primera crisis política y se vio obligada a moderar su discurso y a mostrarse dispuesta al diálogo para que llegara a su fin.
La medida, lanzada contra un alza en los impuestos a las exportaciones de granos, paralizó desde el 13 de marzo el comercio de granos y carne de uno de los mayores proveedores de materias primas del mundo, al tiempo que incluyó bloqueos de carreteras en todo el país.
Las cuatro entidades agropecuarias en huelga dijeron en un comunicado que "entendiendo que ésta debe ser la base del reencuentro de los argentinos, se ha decidido levantar la medida de fuerza, manteniendo el estado de alerta y movilización a la vera de las rutas".
El reclamo provocó que, en el país de las vacas, fuera una pequeña odisea conseguir carne, especialmente en supermercados de Buenos Aires, en tanto que también escasean los lácteos.
Imágenes de televisión mostraban el viernes a carreteras con largas filas de camiones circulando lentamente, mientras los productores miraban desde el costado del camino.
Minutos antes del anuncio, una fuente del Ministerio de Economía explicó que el Gobierno trabaja en una propuesta para aliviar el peso que el alza del impuesto a las exportaciones tiene sobre los pequeños y los medianos productores.
"Se está trabajando en alternativas a la medida, quizás con algunos ajustes en beneficio del pequeño y mediano productor. También se buscaría reforzar la ganadería y el sector lácteo", explicó la fuente, quien prefirió que su identidad no fuera revelada.
Los mayores impuestos a la exportación, establecidos hace más de dos semanas por el Gobierno, buscan reforzar el superávit fiscal del país y frenar una escalada inflacionaria en los alimentos que amenaza a la economía.
Pero para los productores fue un manotazo del Gobierno central a los recursos que generan.
La tensión entre las partes había empezado a aliviarse el jueves, cuando la presidenta Fernández moderó su duro discurso contra el sector agrario, al que acusa de querer quedarse con toda la renta extraordinaria derivada de los precios récord de las materias primas agrícolas.
Argentina es el primer exportador mundial de harina y aceite de soja y uno de los mayores proveedores globales de maíz, trigo y carne vacuna, por lo que la huelga alteró los mercados internacionales de materias primas y forzó a algunas exportadoras a declarar "fuerza mayor" y dejar de operar.
