En el Senado avanza el plan energético
Senadores mexicanos planean comenzar a votar esta semana una reforma energética que busca revertir el declive en la producción de petróleo de México, uno de los mayores proveedores de Estados Unidos, dijeron este lunes legisladores.
Dos comisiones del Senado, que desde hace semanas analizan tres iniciativas de reforma -la presentada por el Gobierno y las de los dos mayores partidos opositores- empezarían a votar a partir del martes la primera parte de un total de siete dictámenes.
Una vez que los aprueben, deben girarlos al pleno del Senado y luego tienen que ser enviados a los diputados.
"Pienso que una parte de la reforma podría quedar aprobada esta semana (en el pleno del Senado) y otra parte la próxima semana", dijo el senador Juan Bueno, del gobernante Partido Acción Nacional (PAN) y miembro de la comisión de Energía.
Las comisiones de Energía y de Estudios Legislativos se reunieron este lunes para seguir analizando los dictámenes, incluida una reforma para permitir a la petrolera estatal Pemex ofrecer contratos a firmas privadas para exploración, una herramienta clave para incrementar la producción.
El dictamen sobre contratos ha sido el más polémico dentro de las discusiones porque un sector de la izquierda los ve como un intento para privatizar a Pemex, vista por muchos mexicanos como un símbolo de soberanía nacional.
"Podemos votar alguno de los siete dictámenes, pero debemos tener un acuerdo sobre los asuntos importantes", dijo el presidente de la comisión de Energía, Francisco Labastida, del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI), durante el receso de una ronda de negociaciones.
Pese a que los senadores han rechazado para Pemex los llamados contratos de riesgo, con los que tendría que compartir las ganancias por la producción de crudo con las empresas, un ala dura del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) amenaza con organizar protestas contra la reforma.
Y, de acuerdo con versiones de la prensa local, pidió a sus legisladores que estén atentos por si se requiere tomar las tribunas del Congreso para impedir la votación de la reforma energética.
En la reunión del lunes, senadores de la oposición -que tienen más asientos en las dos comisiones- mantuvieron su rechazo a una propuesta del gobierno sobre refinación, que permitiría a empresas privadas ser propietarias de plantas procesadoras.
Pero también se desbarató un acuerdo de la oposición para que la industria de refinación permaneciera en manos del Estado mediante la creación de empresas filiales de Pemex, que serían las encargadas de construir las plantas refinadoras.
Esta parte de la reforma energética busca reducir las costosas importaciones de combustibles.
