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Obama debate estímulo con republicanos

El presidente de EU acude este martes al Capitolio para negociar un plan de ayuda de 825,000 mdd; el paquete podría ser aprobado hasta el mes entrante.
mar 27 enero 2009 11:52 AM

El presidente estadounidense, Barack Obama, visitará este martes el Capitolio para tratar de convencer a los republicanos sobre la necesidad de apoyar un paquete de 825,000 millones de dólares que considera es esencial para resucitar a un economía que se hunde.

Una semana después de haber asumido, Obama enfrenta una crisis económica que parece empeorar cada día que pasa.

Las mayores compañías estadounidenses recortaron decenas de miles de empleos el lunes mientras crecen los problemas del sector inmobiliario y la industria financiera.

El encuentro de Obama con los legisladores tendrá lugar después de que el presidente lograra una primera victoria en el frente económico: la confirmación de Timothy Geithner como secretario del Tesoro, aunque 34 senadores votaron en su contra.

Ahora que su equipo económico está en funciones, Obama espera conseguir la aprobación del plan de estímulo para mediados de febrero.

Aunque el presidente, de origen demócrata, no necesita un apoyo amplio de los republicanos para aprobar el paquete, la oposición podría poner obstáculos de procedimiento que dilatarían el trámite de aprobación.

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El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dijo que los encuentros de Obama con los legisladores de la Cámara de Representantes y del Senado serían más que nada una oportunidad para buscar opiniones, y no una negociación.

"El quiere oir sus ideas. Si hay buenas ideas, y yo creo que él supone que las habrá, miraremos esas ideas", dijo Gibbs a los periodistas.

Se espera que la Cámara y el Senado aprueben el paquete para mediados del próximo mes, sin importar cuántos republicanos le den su apoyo.

Si bien en el Congreso, liderado por los demócratas, existe un amplio respaldo para la aplicación de medidas audaces destinadas a reactivar la economía, los republicanos y algunos demócratas moderados están preocupados por el enorme costo de las iniciativas, en momentos que el déficit presupuestario de Estados Unidos ya apunta al billón de dólares.

Unos 275,000 millones de dólares del paquete irían a recortes de impuestos. Los otros 550,000 millones de dólares financiarían proyectos de obras públicas, iniciativas de energía alternativa y el refuerzo de los subsidios para los desempleados, además de otros programas sociales.

Algunos republicanos han cuestionado que algunos elementos del gasto en el plan, incluyendo el dinero para los programas anticonceptivos y la asistencia en la educación universitaria, no servirían para crear más empleos en el corto plazo.

El líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell, en una entrevista con la cadena de televisión NBC, estuvo de acuerdo con que era importante arrojarle a la economía un salvavidas, pero dijo que los demócratas han llevado al paquete hacia gastos excesivos.

"Estamos ansiosos de ayudarlos. Pensamos que el país necesita un estímulo", dijo McConnell.

"Escuchando lo que él quería, pensamos que podemos estar más cerca de eso, aunque parezca mentira, de lo que está la mayoría de los demócratas, que parecen estar tirando en la dirección de menos alivios fiscales y cosas como arreglar el National Mall", afirmó.

Los asesores de Obama han dicho que tres cuartos del gasto se sentirían en la economía en el plazo de los primeros 18 meses.

Según un reporte emitido la tarde del lunes por la Oficina de Presupuesto del Congreso, cerca de un 64% del paquete de estímulo sería introducido dentro de la economía en los próximos 19 meses.

El plan de los demócratas de recortes impositivos dirigiría los beneficios más hacia los trabajadores de menores ingresos, mientras que los republicanos de la Cámara le darían ayuda a todos los contribuyentes.

Cuando algunos republicanos presionaron a Obama el viernes para que modificase esa parte del plan, éste replicó que él había ganado la elección y que se apegaría al plan con el que había hecho la campaña.

Otro tema que podría surgir en la reunión en el Capitolio es la tambaleante condición del sistema financiero estadounidense.

A medida que la crisis del crédito empeora, los asesores de Obama buscan modos de ayudar a los atribulados propietarios y detener el caos en el sector bancario.

Los asesores en la Casa Blanca no descartan que Obama busque fondos adicionales para ayudar al sector financiero más allá de los 700,000 millones de dólares aprobados por el Congreso en otoño pasado.

Pero el programa de rescate es impopular en ambos partidos, así que cualquier petición de más dinero sería algo difícil de conseguir.

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