Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

DF y gobierno federal chocan por basura

Un amparo del gobierno local tiene en suspenso el cierre del Bordo Poniente, promovido por Semarnat; los habitantes de la Ciudad de México producen más de 12,500 toneladas de desechos cada día.
dom 15 febrero 2009 06:00 AM
El tamaño del basurero, sobre el lecho del lago de Texcoco, equivale a 20 veces el territorio de la Ciudad del Vaticano. (Foto: Reuters)
bordo poniente

La capital mexicana no sabe dónde poner los desperdicios que produce, capaces de llenar cuatro Estadios Azteca anualmente, mientras los problemas ambientales presionan a las autoridades locales para cerrar el gigantesco y saturado basurero de la ciudad.

El Distrito Federal y su zona metropolitana, con casi 20 millones de habitantes, escupen más de 12,500 toneladas de basura por día que en su mayoría terminan en las montañas de desperdicios del Bordo Poniente, ubicado en las afueras de la ciudad en territorio federal.

El basurero, que descansa sobre el lecho del viejo lago de Texcoco, es tan grande que su superficie equivale a 20 veces el territorio de la Ciudad del Vaticano y una quinta parte del de Manhattan.

Ahí confluyen desde desperdicios domésticos, computadoras viejas y celulares hasta vísceras del matadero y restos de cerdos de barrios rurales.

Pero el Gobierno federal cree que el basurero, que ya lleva un cuarto de siglo funcionando, ha cumplido con su vida útil y ordenó su cierre por considerar que amenaza el medioambiente.

De acuerdo con las autoridades federales, el Bordo podría hacer colapsar las paredes del vecino canal de desagüe de la ciudad, algo que inundaría de aguas negras zonas populares e incluso el cercano aeropuerto internacional.

Publicidad

"Si se rompe este canal, sería un desastre. Tendrías a miles sino es que millones de personas inundadas en aguas negras", dijo Mauricio Limón, subsecretario de la Secretaría de Medioambiente y Recursos Naturales.

Como si fuera poco, el basurero produce lixiviados -fluidos resultado de la lluvia y la descomposición de la basura- que según Limón podrían llenar una piscina olímpica al día.

"Más tiempo en operación significa que seguirá generando más gas metano, lo cual tiene un efecto de calentamiento global muy alto, más fauna nociva (ratas) y malos olores", sostuvo.

Pero las autoridades capitalinas no están convencidas de la opción que les da el Gobierno federal de llevar la basura al vecino Estado de México a una decena de predios operados por empresas privadas, algo que triplicaría los costos de recolección y depósito de basura de la Ciudad de México.

Por eso aseguran que interpusieron un amparo en un tribunal local, al menos para demorar la clausura y tener más tiempo para realizar un cierre ordenado.

"NO ES LA SOLUCION"

La clausura fue ordenada para el 15 de enero, pero el Gobierno de la capital, aunque reconoce el problema en el medioambiente, quiere tiempo para lanzar nuevos planes de reciclaje y así reducir el volumen de basura.

Incluso algunos funcionarios capitalinos dicen que el basurero, inaugurado en 1985 para recibir los restos de edificios que se cayeron en un terremoto en la capital, aún tiene capacidad para acumular desechos por varios años más.

"La ciudad debe transitar hacia un programa integral de residuos que transforme de manera profunda la forma cómo manejamos la basura", sostuvo la encargada de medioambiente del Gobierno de la ciudad, Martha Delgado.

"'Cierren ahí y a ver qué hacen y tírenla dónde puedan'. No creo que sea una solución", agregó.

La Ciudad de México, que ha crecido vertiginosamente en las últimas tres décadas por migraciones internas desde el campo en busca de trabajo y la deficiente planeación familiar, lanzó hace unos años un plan para separar desde los hogares la basura orgánica e inorgánica y aumentar el reciclaje.

Pero hoy apenas recicla un 15 por ciento de su basura. En contraste, en algunas naciones europeas como Holanda sólo un 2.7 por ciento de sus desperdicios llega a los basureros: el 64 por ciento de sus desechos son reciclados y 33 por ciento de ellos sirven para generar energía.

Sin embargo, en el Bordo se han puesto en marcha programas piloto, incluido uno en el que siete millones de hambrientas lombrices comen restos orgánicos para producir abono.

"Un cierre impactaría terriblemente en el manejo de los residuos porque sería como dar un paso hacia atrás en lo que se ha avanzado, aunque sea en pequeña escala", dijo Judit López, de 39 años, quien dirige una planta dentro del basurero que produce 120 toneladas de abono orgánico al día, rodeada de arbolitos de Navidad que esperaban para convertirse en abono.

Además, la ciudad está comprando terrenos para construir un complejo de reciclaje que se llevará la cuarta parte de la basura de la capital y generará electricidad, y entre otros planes tienen la idea de extraer energía del gas metano contaminante que emite el Bordo.

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad