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Sobrevivientes de sismo sufren en Italia

Varios afectados por el terremoto en la ciudad de L’Aquila perdieron sus casas y negocios; el sismo cobró la vida de 207 personas e hirió a 100; se desconoce la cifra de damnificados.
mar 07 abril 2009 11:14 AM

Angela Camon es parte de los cientos de sobrevivientes de L'Aquila, la ciudad devastada por un sismo en el centro de Italia, que se levantaron en una carpa ante la dura realidad de tener que reconstruir su vida desde cero.

Con su casa destruida y su oficina dañada después del terremoto del lunes que redujo edificios de varios pisos a escombros en la montañosa ciudad, Camon, de 37 años, se sentó en una manta con una Biblia en sus manos y una expresión ausente en sus ojos.

"No puedo ni siquiera pensar en el futuro, porque no tengo idea de qué vamos a hacer", dijo, conteniendo las lágrimas mientras recordaba cómo ella y su marido tuvieron que saltar por la ventana cuando su departamento comenzó a derrumbarse.

"Ayer era todo pánico. Hoy sólo siento una profunda tristeza", añadió.

Fuera de la carpa, una sombría Antoneta Florentina sostenía una manta. Esta rumana, que trabajaba como ayudante de una anciana italiana de 86 años, no tenía intenciones de volver a su trabajo o su departamento, y se preguntaba si eso implicaría regresar a Rumania para buscar empleo.

"No me voy a quedar aquí en L'Aquila, estoy demasiado asustada", dijo. "Cuando pienso lo que tengo que hacer en el futuro, no tengo ni idea. Quizá ir a Roma y buscar trabajo. No lo sé", agregó.

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Algunas de las personas que se levantaban luego de una fría noche lloraban abiertamente, mientras otras miraban desoladas hacia el horizonte, sin encontrar consuelo pese a los mensajes de aliento, como el título "Estamos todos con ustedes" que publicó en su tapa un diario local.

El número de fallecidos alcanzaba el martes los 207, con más de 100 heridos graves.

Mientras hacía fila para obtener té con leche caliente, Anna Bruno, de 70 años, se preguntaba si podría salvar la casa de dos pisos en la que vivió durante 31 años, que no se derrumbó pero ahora muestra profundas grietas.

"Si pienso en regresar a la casa, todo lo que veo en mi mente son esas grietas gigantes en la pared. Eso es en lo que pienso todo el tiempo. Pero soy de aquí, tengo que quedarme aquí, ¿a dónde voy a ir?", dijo la mujer.

Para Marco Manetta, los problemas de su hogar son pequeños frente al daño que sufrió su pequeño negocio de bebidas. Con los bares y cafés de la ciudad -sus clientes- cerrados indefinidamente, y una gran carpa azul como casa, el hombre está desconsolado.

"Para mi está todo terminado", dijo. "Nos va a llevar años volver a donde estábamos", añadió.

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