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Evo Morales inicia huelga de hambre

El presidente de Bolivia busca presionar al Congreso para aprobación de una ley; la oposición lo acusa de chantaje por una ley de transición constitucional.
jue 09 abril 2009 11:51 AM
El presidente de Bolivia busca la aprobación de una ley crucial (Reuters)
Evo Morales_Bolivia

Una sorpresiva huelga de hambre iniciada el jueves por el presidente Evo Morales agudizó la tensión política que rodea al debate en el Congreso de una polémica ley de transición constitucional, clave para consolidar su "revolución" indigenista y socialista. "Es un chantaje", dijo uno de los líderes de la oposición conservadora en el Congreso, Walter Guiteras, asegurando sin embargo que continuaba una ardua negociación en busca de un acuerdo sobre la norma que regulará comicios generales en diciembre, en los que Morales buscará la reelección.

La demanda opositora de una reinscripción general de votantes, rechazada por "impracticable y dilatoria" por el oficialismo y la Corte Electoral, era el principal obstáculo para un acuerdo, dijeron fuentes a medios locales.

El indígena Morales inició el ayuno a las 9.50 hora local (1350 GMT), mientras las cámaras legislativas, en sesión conjunta, acumulaban más de 20 horas ininterrumpidas de un debate de desenlace imprevisible sobre la ley que, según la Constitución, debió estar aprobada a más tardar el miércoles.

Guiteras declaró a reporteros que la presión presidencial "es una dificultad adicional en el diálogo", en tanto que otro legislador opositor, Carlos Bohrt, calificó al ayuno de Morales como "mucha dosis de presión en un escenario complicado".

Aunque minoritaria, la oposición derechista logró bloquear el proyecto oficialista de la ley que regulará los comicios de diciembre, en los que, además de la elección presidencial en la que Morales competirá, el Congreso será sustituido por una Asamblea Plurinacional con bancas reservadas para indígenas.

Morales, socialista seguidor del venezolano Hugo Chávez y cuya reelección se da por segura en medios políticos por su popularidad entre los sectores indígenas y campesinos, comenzó la huelga de hambre en el palacio presidencial, acompañado por una decena de dirigentes sociales.

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El mandatario dijo que ayunaba "frente a la negligencia de algunos parlamentarios neoliberales" y explicó que busca "defender el voto y el mandato del pueblo", que en un referendo el 25 de enero aprobó la nueva Constitución indigenista y socialista que establece ese régimen de transición.

"Los parlamentarios sabían exactamente que en 60 días tenía que aprobarse esta ley transitoria electoral, sin embargo no quieren (...) la aplicación de la nueva Constitución Política del Estado boliviano", expresó.

Sesión continua

Sin plazo para llegar a una votación, el Congreso prolongaba entre tanto el debate sobre la ley de transición, que había sido interferido en un principio por una amenaza de renuncia en masa de los legisladores pro gubernamentales.

Líderes oficialistas dijeron que una comisión, paralela a la sesión plenaria, parecía cerca de un acuerdo sobre asuntos conflictivos como el registro de electores.

Morales -el mandatario boliviano más popular en medio siglo pero enfrentado en sus tres primeros años de Gobierno a una dura oposición conservadora y a un intento de sedición que dejó un tendal de muertos- amenazó varias veces con recurrir a un decreto para poner en marcha el nuevo proceso electoral.

Analistas predicen que las elecciones de diciembre podrían dar a Morales el poder suficiente para consolidar entre otras medidas la nacionalización de los recursos naturales, como el gas que Bolivia exporta a Argentina y Brasil, y la erradicación de los latifundios.

Cadenas de radio y televisión dijeron, citando a fuentes anónimas, que la oposición conservadora podría retirar parcialmente sus objeciones al actual padrón electoral y al voto de los bolivianos migrantes, a cambio de un recorte de la cuota indígena en el legislativo.

La futura Asamblea tendrá bancas exclusivas para los pueblos indígenas minoritarios, por mandato de la nueva Constitución vigente desde febrero, pero su número y forma de elección provocaron duras disputas políticas.

Esos pueblos "originarios" tendrían 10 votos en la Cámara de Diputados de 130 miembros, cuatro menos que los planteados inicialmente por el oficialismo, dijeron medios.

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