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Impacto psicológico de la influenza

La epidemia del virus H1N1 puede provocar cuadros de estrés y ansiedad en la población; conoce lo que debes hacer para evitar que la alerta sanitaria afecte tus emociones.
lun 04 mayo 2009 08:30 AM
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Las empresas debe disponer medias que garanticen la segurida

Existen varias maneras en que la epidemia de la influenza puede impactar a la Ciudad de México, entre ellos tenemos:

Y el impacto psicológico como efecto secundario de la influenza relacionado a la muerte, a la salud mental y emocional y a la epidemia en la fuerza laboral, horas de trabajo y productividad
En la Ciudad de México se vive un terror físico y psicológico, las escenas que podemos ver por toda la ciudad, son escalofriantes; los establecimientos cerrados, la mayoría de la gente con tapabocas y guantes, multitud de gente comprando despensas para tener reservas. Escenas que por lo general las vemos en las películas de Hollywood y por supuesto que todo esto tiene un impacto psicológico.
Entre varios de estos efectos secundarios psicológicos podemos encontrar impactos que incluyen:

  • Absentismo laboral-medido por reducción en horas laborales.
  • Una sobre preocupación en los cuidados médicos

Cambio en la conducta del consumidor y empresarios en reacción a la pandemia

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Los efectos son claramente visibles, en las desiertas calles de México, inunda la TRISTEZA y la DEPRESIÓN, el MIEDO, la ANSIEDAD, la PARANOIA, la PSICOSIS y la SOBRE PREOCUPACIÓN sobre las cuestiones económicas.
La estrecha relación con el desastre del temblor de 1985 surge en los recuerdos de los mexicanos, las estadísticas de la epidemia en España y la relación con esta. Las IDEAS CATASTRÓFICAS invaden los pensamientos ante un futuro incierto.
Los pensamientos de un Apocalipsis empiezan a circular por las mentes de los mexicanos y obviamente todas estas conductas, emociones y pensamientos crean un aumento significativamente de estrés, de paranoia, de incertidumbre, se empieza a rumorar las teorías del fin del mundo, de una conspiración política de un cambio de era.
Estrés
Entre los efectos psicológicos mas predominantes y significativos se encuentra el ESTRÉS; Este se traduce, por un lado, en síntomas físicos como morderse las uñas, dolor de cabeza o cansancio. Más graves son los efectos psicológicos como la ansiedad o la depresión y la aparición de enfermedades en el aparato locomotor (dolores de espalda), en el aparato digestivo (úlceras, sobre todo) así como la hipertensión e, incluso, patologías cardíacas (asociadas a otras patologías). Se trata, sin duda, de un cuadro que afecta a todas las capas de la sociedad, es mucho más evidente en el entorno laboral.
De hecho, el estrés se produce ante "todo cambio que suponga una alteración de la vida cotidiana, tanto si es un cambio positivo como negativo"
Las consecuencias en la salud mental de la población y las secuelas a mediano y largo plazo en su desarrollo personal y en la calidad de vida de las víctimas son secuelas psicosociales devastadoras que quedan como producto de este tipo de acontecimientos provocados  por circunstancias en las que el hombre poco ha podido hacer. En algunos casos los resultados pueden ser pasajeros y, en otros, ocasionan trastornos graves de la personalidad.
Erikson (1976) señala que los tipos diferentes de trauma psíquico, individual y  colectivo son evidentes en la conducta de las personas afectadas por una crisis.
Define el trauma individual como "un golpe a la psique que rompe las defensas de la persona de mantera repentina y fuerte", y define el trauma colectivo como "un golpe al trama de la vida social que lesiona los vínculos que unen a la gente y daña el sentido prevaleciente de comunidad". Barton (1970) clasifica este tipo de situaciones de estrés colectivo que surgen cuando muchos miembros de un sistema social no reciben condiciones de vida que esperan de dicho sistema. Agrega que dicho estrés colectivo puede provenir de fuentes externas al sistema o de este mismo. Considera, además, al sistema social como una colectividad
de humanos cuya interacción se mantiene en la forma de patrones identificables durante un periodo relativamente prolongado, afirma que el desequilibrio sistemático es resultado del estrés de eventos catastróficos.
Cualquier evento que sea profundamente significativo o catastrófico, puede desencadenar una reacción de estrés en las personas. Un desastre es un suceso que trastorna el funcionamiento vital de una sociedad y afecta a los siguientes sistemas:

  • Sistema de orden (división del trabajo, patrones de autoridad)
  • Sistema biológico de supervivencia (alimentación, cobijo, salud, reproducción)

Lo anterior se refleja psicológicamente en el individuo con la aparición de depresión y cuadros de estrés y ansiedad, que dentro del DSM-IV (Clasificación de las Enfermedades Mentales, según la Asociación Psiquiátrica Americana se conoce con el nombre de Trastornos por Estrés Postraumático  y que se atribuye a un individuo que ha vivido un acontecimiento que se encuentra fuera del marco habitual  y que se considera marcadamente angustiante para casi todo el mundo. La fase de manejo va relacionada con el aprendizaje adquirido en donde surge el manejo de significados, duelo, elaboración de nuevos planes y la finalización de la respuesta.
Al pasar por un estado de crisis, este provoca una alteración y un desequilibrio en la estructura tanto familiar como social.
La respuesta psicológica de la persona ante una crisis está condicionada por su sistema de apoyo social y emocional, que le ayuda a resolver el estrés. La naturaleza de la matriz social de un sujeto puede ser origen de factores de gran influencia que lo protegen contra el efecto posterior de un evento crítico, los mecanismos psicofisiológicos y recursos internos del individuo, así como la red de apoyo de la familia y amigos, revisten suma importancia en este proceso de readaptación.
Enfrentar y superar problemas y retos hace secretar dos sustancias cerebrales muy gratas: la dopamina y la serotonina.
Segregamos dopamina durante el proceso, y serotonina ante cada resultado positivo ascendente hacia la meta, o cuando se requiere de esfuerzo adicional.   
La dopamina fluye al crear la expectativa de sentirse capaz de superar el reto. Por caso, cuando luego alguien elige enfrentar con energía y dinamismo el reto inmenso de superar la crisis, desde ese instante y los meses siguientes, su cerebro secretará la deliciosa dopamina y serotonina, los neurotransmisores de la expectativa positiva, el esfuerzo y los logros... ¡de la felicidad!.  
La primera medida preventiva para evitar la aparición de estrés es "aceptar el propio cuerpo como una máquina que tiene un suministro limitado de energía", así como aprender a detectar los primeros síntomas y desarrollar estrategias que incrementen la tolerancia hacia el trastorno.
Además, propone una serie de técnicas para rebajar la tensión derivada del estrés, desde practicar hobbies y aficiones a la realización cotidiana de deporte, las relaciones sociales, la risa, el canto, la meditación y 15 minutos diarios de relajación., "la relajación es la actividad más natural que existe para combatir el estrés". Basta con observar el comportamiento animal, en el que se alternan las fases de tensión con las de relajación.
Es muy importante conservar la calma y el control de nuestras emociones para preservar nuestra salud;
A continuación, algunos puntos que serán de gran ayuda a nuestros lectores para sobrellevar esta etapa.
Información es poder, infórmese adecuadamente y de fuentes fidedignas, no se deje llevar por los rumores.

 

  • Relajación. Procure tomarse unos minutos al día para relajarse o para hacer algo que le guste.
  • No se la pase ante el televisor o el Internet escuchando y leyendo la misma información una y otra vez.
  • No se obsesione.
  • No autogenere psicosis.
  • Cumpla los lineamientos de prevención.- Usted que ya tiene la información precisa de prevención, ahora cúmplala.
  • Es importante mantenerse sereno y relajado. Está comprobado que un estado de tensión o ansiedad puede provocar una baja en las defensas del sistema inmunológico, poniéndolo en riesgo. Por lo tanto, ahora es el momento de demostrar el temple, así que relájese, trate de concentrarse en su trabajo o en su familia, piense en cosas constructivas.
  • En caso de un ataque de ansiedad.- Cambie de inmediato su postura tratando de calmarse (si está sentado, levántese; si está de pie, siéntese: lo importante es cambiar su fisiología. Si es necesario, dígase mentalmente la orden: RELÁJATE y repítaselo las veces que sean necesarias. Trate de respirar normalmente. Camine un poco por el lugar, y mueva sus articulaciones: cuello, hombros. Controle sus miedos pensando en lo importante que es para sus seres queridos verlo entero y calmado.
  • Conserve su buen humor.- Está comprobado, el buen humor ayuda a sobrellevar épocas de gran ansiedad.
  • No se paralice.- Que el pánico no paralice sus actividades. Todos los días hemos salido a la calle, y no nos ha detenido el riesgo potencial de otras enfermedades. Sin embargo, la prevención, la higiene, o un sistema de defensas fuerte en su organismo, le mantuvo saludable. Sea responsable, pero no al grado de que el pánico le invada.

*El autor es Profesor Psicología Universidad Anáhuac México Sur. Este artículo está basado en Psicología de las masas, Economist, La Psicología y los desastres. (University of Minnesota/Lacrosse University, EUA)

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